«La Arquitectura Comprometida»
La conservación de los conjuntos conventuales ubicados en edificios históricos se ha realizado en la mayoría de los casos con los escasos presupuestos de mantenimiento con los que éstos contaban, en gran medida procedentes de las donaciones de los fieles.
Estos presupuestos no contemplaban habitualmente labores de conservación y restauración extraordinarias sino que daban respuesta a las cuestiones de emergencia que iban surgiendo. Estas circunstancias han dado lugar generalmente a intervenciones poco acordes con edificios de gran valor patrimonial y una gran descoordinación que hace muy difícil el conocimiento de las actuaciones llevadas a cabo con anterioridad en el bien.
Pues bien, en ese mismo contexto, en el año 2007, GR arquitectos asociados recibió el encargo de un proyecto para erradicar la humedad del templo. Aunque se trató de un proyecto puntual y perfectamente acotado, supimos ver que la oportunidad de intervenir en un conjunto arquitectónico tan rico y complejo como este, hacía plenamente recomendable la elaboración de un Plan Director del conjunto conventual, como herramienta fundamental de gestión que garantizaría la coherencia de todas las actuaciones que en el futuro se llevasen a cabo. Esta propuesta, con todo acierto, fue aceptada de inmediato por la Comunidad de Clarisas Capuchinas que, como propietarias y sin estar obligadas a ello, supieron ver las bondades de esta innovadora metodología de trabajo. Así pues, el Plan Director pudo sentar las bases de una actuación ordenada, temporal y económicamente, en función de las necesidades más urgentes planteadas en ese momento por la congregación, pero también, y sobre todo, hizo posible vislumbrar otras que estaban ocultas y que eran del mismo modo necesarias.
Trascurridos ocho años desde entonces, y ya ejecutadas casi todas las actuaciones propuestas en el Plan Director, el balance es claramente satisfactorio, siendo asimismo un momento propicio para evaluar de lo que queda por realizar, en función de aquel Plan, así como de poner en marcha el plan de mantenimiento del conjunto conventual, realizado al efecto.
Quisiera además hacer una mención especial a la virtualidad que ha tenido el Plan Director para contextualizar, también administrativamente, cada una de las actuaciones llevadas a cabo, lo que a la postre ha básico para agilizar los trámites ante la Comisión del Centro Histórico de Granada, por cuanto la justificación de lo proyectado cobraba sentido a través de la visión integrada que había aportado el plan director. En todo caso, expresar mi agradecimiento al presidente y técnicos de dicha comisión municipal, así como a los representantes de la Delegación Territorial de Cultura de la Junta de Andalucía en Granada.
Por otro lado, esta iniciativa de la Comunidad de Clarisas Capuchinas, constituye una ejemplar experiencia para la tutela del patrimonio cultural en Andalucía, en el que debieran mirarse otras instituciones públicas y privadas, por lo que es más que loable la iniciativa de la congregación de darlo a conocer a través de esta colección de publicaciones, de la que la presente constituye el segundo tomo.
Quiero así mismo agradecer su participación a todo el elenco de profesionales y especialistas de numerosas disciplinas que han intervenido bien durante la pase de investigación y de planificación (plan director), bien durante las fases posteriores de proyectos y de ejecución de las actuaciones, cuya profesionalidad puede explicar la óptima calidad de los resultados. Por una parte, una mención especial a todo mi equipo de GR arquitectos asociados, que día a día me obligan a dar lo mejor de mí mismo para poder estar a su altura como técnicos y como ciudadanos comprometidos. Y de otra parte, quisiera tener una mención expresa a todo el elenco de consultores, especialistas, restauradores, arqueólogos, investigadores, constructores, operarios o artesanos que nos han ido iluminando el camino con su buen quehacer y con su sabiduría a lo largo de estos años. A todos ellos, mi más sincero agradecimiento y felicitación.
Y para finalizar, mi mayor respeto personal y profesional para las Hermanas Clarisas Capuchinas, por la clarividencia, el compromiso y la valentía no ya de llevar a cabo una actuación tan relevante para la conservación de San Antón, sino sobre todo por asumir con rigor y con disciplina convencida las actuaciones proyectadas a través de una figura nada frecuente como es un plan director, que a la postre, ha sido decisivo a favor del patrimonio cultural que atesora la ciudad de Granada y Andalucía.
El texto anterior ha sido redactado por el arquitecto Juan Carlos García de los Reyes, para el prólogo del libro «El convento de San Antón Abad«, que será publicado en breve.
Me gustaría agradecer a las madres Clarisas Chapuchinas, su compromiso con el buen hacer para la conservación de este bien patrimonial tan importante para ciudad de Granada, a pesar de las trabas administrativas que está sufriendo por parte de diversos organismos municipales.
Sin duda las distintas intervenciones llevadas a cabo a lo largo de los años, no sin dificultades y esfuerzo, han dado sus frutos y los resultados saltan a la vista. Una vez más queda de manifiesto que no hay nada como una buena planificación para obtener un mejor resultado. Felicidades
Considero ejemplarizante el Plan director desarrollado en el convento de San Antón, aparte de por la calidad alcanzada en el resultado final de los trabajos, por el abandono del cortoplacismo a la hora de enfrentarse a una serie de intervenciones de menor escala, y abordar una visión global desde el primer momento. Con este movimiento ágil se ha conseguido dotar de mayor riqueza, unidad y lógica, a una pieza, ya de por sí, con un valor arquitectónico incalculable.