CULTIVANDO UN PAISAJE ALENTADOR

“El Territorio Comprometido”

El pasado viernes tuve el honor, y la satisfacción, de dar una conferencia en la ETS de Ingeniería de Caminos, en Granada, en la que expliqué a trescientos futuros profesionales que, sin lugar a duda, los mejores proyectos que algún día harán, serán aquellos en los que prime por encima del resto de las cuestiones el respeto por el lugar y por su cultura… es decir, el respeto por el paisaje.

Les contaba que cualquier proyecto debe incorporar, además de los consabidos ingredientes económicos (¿cuánto cuesta?) y funcionales (deben atenerse a unas normas técnicas), otras cuestiones muchas veces menos tangibles pero con seguridad igualmente importantes: de una parte el conocimiento de los procesos de la naturaleza (medio ambiente, relieve, hidrología, ecología), así como el respeto por la dimensión social y cultural del lugar (usos, costumbres,  valores del patrimonio cultural y percepción). En definitiva, el respeto por la realidad del paisaje que percibimos.

Portada del Proyecto de Investigacion sobre el Paisaje de la Alpujarra
Portada del Proyecto de Investigacion sobre el Paisaje de la Alpujarra

Y me gustó recordar que las mayores satisfacciones de mi vida profesional las he recibido cuando con mayor humildad me he acercado al lugar, y cuando el verdadero protagonista no ha sido “mi proyecto” sino la acción positiva que se derivara del mismo, dignificando esa calle o ese barrio, mejorando un paisaje o dotándolo de armonía… Como me gustó explicar a estos jóvenes profesionales que cuando abordamos las tareas a través de un respeto responsable,  generalmente recibimos de ellas una serie de enseñanzas inesperadas, que generalmente son más importantes que nuestra aportación técnica.

Hablamos distendidamente de que los proyectos, sean del tipo que sean, suelen incorporar una serie de cuestiones complejas que deben ser resueltas desde a través de múltiples miradas. Y que por ello siempre son mejores los trabajos en los que han intervenido especialistas de diferentes disciplinas. Esta buena práctica profesional de trabajar en equipos multicolores no solo mejora el resultado de los trabajos, sino que hace que cada uno de nosotros vayamos creciendo al tiempo en conocimientos y en humildad.

Vista panorámica de La Tahá, en la ladera Sur de Sierra Nevada
Vista panorámica de La Tahá, en la ladera Sur de Sierra Nevada

En realidad, todo esto era lo que en realidad quise decirles a este buen grupo de ingenierillos, aunque también les hablé (porque era para lo que me invitaron…) de que no olviden que el paisaje es seguramente el mayor bien colectivo que tenemos, porque no solo es fruto de la interacción de nuestros padres y abuelos con el entorno en que vivían y por tanto sintetiza nuestra memoria colectiva, sino que es un bien colectivo susceptible de ser protegido, gestionado y ordenado.

Y que los buenos paisajes, de los que en Andalucía y en Granada conservamos maravillosos ejemplos, son el mejor termómetro de las sociedades equilibradas, responsables, cultas y sabias… Así que podemos sentirnos muy orgullosos de nuestras dehesas, olivares, campiñas, vegas, cultivos aterrazados, borreguiles… como de la extraordinaria relación con su paisaje circundante de tantos de nuestros pueblos blancos y escalonados…, o del mágico diálogo entre muchos de nuestros monumentos y su entorno urbano o rural: las iglesias mudéjares, las cortijadas, las eras de trilla, los molinosque constituyen lugares tan sobresalientes (aunque a su debida escala, claro) como nuestra orgullosa Alhambra, ejemplo a nivel mundial por la delicadeza de su relación con el espacio asombroso que la rodea… Y cómo no recordar que en estas semanas nuestros bosques se tiñen de múltiples colores y contrastes, que nos hablan de una respetuosa y sabia manera con la que el hombre a través de la historia ha sabido relacionarse con su medio.

Acequia en la ruta hacia el Picón de Jerez
Acequia en la ruta hacia el Picón de Jerez

Por eso, cuando hagamos un proyecto, les invité, no sólo a contemplar los aspectos funcionales, geométricos, técnicos, legales o de costes… que sin duda alguna son importantísimos para garantizar su viabilidad. Porque existen otras cuestiones de índole social y cultural que no deberíamos ignorar. Y porque hay otros matices que tienen que ver con la sensibilidad y con el respeto con el que se debe uno acercar al lugar, que son desde mi punto de vista los únicos que son verdaderamente imprescindibles.

 Juan Carlos García de los Reyes, director de Grarquitectos

MUSEO DEL AGUA DE LANJARÓN

«Mis Proyectos Favoritos»

El municipio de Lanjarón se encuentra situado en la ladera sur de Sierra Nevada. Es conocido por su artesanía, por la producción de miel y la calidad de sus aguas medicinales, contando con uno de los balnearios más reconocidos de España.

El Museo del Agua es un proyecto del arquitecto Juan Domingo Santos, por el que ha recibido varios premios. El más reciente es el Premio de Reconocimiento en la categoría de Arquitectura en la XI Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo celebrada en la localidad cántabra de Comillas durante el mes de julio. Asimismo Juan Domingo junto a Álvaro Siza obtuvo recientemente el primer premio del Concurso de Ideas Atrio de la Alhambra con su proyecto “Puerta Nueva”, del que ya realizamos un artículo hace unos meses.

Imagen desde el espacio público. Fuente www juandomindosantos.com
Imagen desde el espacio público. Fuente www juandomindosantos.com

El proyecto del museo se inició con la búsqueda de un lugar donde se favoreciera la presencia del agua en unas condiciones naturales. El espacio elegido se encuentra situado en el acceso al Parque Natural de Sierra Nevada, junto al río Lanjarón y una acequia de riego que bordea unas antiguas construcciones utilizadas como matadero municipal. La intención al ubicar en este espacio el museo fue la de preservar el entorno mediante la creación de un itinerario que relacionase la nueva actividad con las infraestructuras de agua y algunas arquitecturas próximas como molinos y un antiguo lavadero público.

Dados los escasos medios de que se dispusieron, la intervención consistió en el reciclaje y reutilización de algunos elementos del entorno. Las naves del matadero, por ejemplo, se adaptaron a museo, y se incorporaron a las nuevas instalaciones los trazados de agua de la acequia y el río a través de un sencillo sistema de láminas de agua conectadas entre sí. Delante del conjunto se ha dispuesto una plaza de naranjos ligeramente elevada del suelo, con prefabricados de hormigón apilados y troncos de eucalipto de diferentes tamaños que se inundan temporalmente con el agua de la acequia, lo que configura un espacio con aspecto diferente a lo largo del día.  La sombra y el olor a azahar de los naranjos, el sonido del agua al caer sobre los troncos del estanque y los reflejos del agua con la plaza inundada, crean una atmósfera refrescante antes de acceder al museo.

Imagen del espacio público. Fuente www juandomindosantos.com
Imagen del espacio público. Fuente www juandomindosantos.com

El ingreso se produce ocupando el patio del antiguo matadero con una nueva construcción en madera. Este pabellón alberga un espacio representativo dedicado al agua y se convierte en un hito de referencia en el paisaje. La construcción evoca la cubrición del Manantial de la Capuchina, una construcción del siglo XVIII realizada en madera que albergaba en su interior el primer nacimiento de agua en Lanjarón. El nuevo pabellón está concebido como un espacio para los sentidos, suspendido en el aire y con dos aperturas que permiten al visitante acceder al interior y participar de los efectos de luz y penumbra. Una lámina de agua extendida sobre el suelo refuerza aún más estas sensaciones, similares a las de los baños islámicos.

Imagen del pabellón de ingreso. Fuente www juandomindosantos.com
Imagen del pabellón de ingreso. Fuente www juandomindosantos.com

La intervención en las antiguas naves ha sido mínima y ha consistido en la demolición de las divisiones interiores, dejando a la vista las estructuras de paredes y cubiertas. Durante los trabajos se pudo descubrir que originalmente la estructura pertenecía a un conjunto anterior de molinos de agua, por lo que la recuperación ha adquirido una dimensión arqueológica

Imagen de las salas expositivas. Fuente antonioluismartinez.blogspot.com
Imagen de las salas expositivas. Fuente antonioluismartinez.blogspot.com

Los espacios expositivos se han dispuesto mediante una ocupación selectiva del interior de las antiguas construcciones, dejando los corrales y otras dependencias inutilizados hasta futuras necesidades. Con el fin de contrastar los muros de piedra y ladrillo del antiguo molino, se han dispuesto de manera localizada paneles trasdosados en color blanco que enmarcan los lugares de la nueva intervención. Las dos naves principales se destinan a salas de audiovisuales y una tercera para exposición temática de contenidos. En la nave más antigua un vidrio con proyecciones sobre su superficie emerge del suelo inundado con agua de la acequia, creando un juego de reflejos sobre los antiguos muros del molino.

Imagen de las salas expositivas. Fuente antonioluismartinez.blogspot.com
Imagen de las salas expositivas. Fuente antonioluismartinez.blogspot.com

Las obras del museo han sido llevadas a cabo por una empresa del pueblo con la colaboración de personas del lugar implicadas con su patrimonio y paisaje. El jardinero municipal, a quien se debe la alfombra de madera de eucalipto del suelo, fue la persona encargada del reciclaje de los árboles caídos tras un vendaval que azotó durante días el parque natural. La recuperación del antiguo molino aspira a convertirse de este modo en una acción participativa de la comunidad, un hito en la identidad cultural del municipio que favorezca el conocimiento del medio y de su historia y una mejora de la cohesión social. El hecho de construir un museo “entre todos” ha permitido que la recuperación de este espacio se entienda como un patrimonio propio que implica a la ciudadanía de diferente manera, desde los niños a los ancianos, que contribuyen a la divulgación de una historia viva a los nuevos visitantes

 Santiago Salas Martín, arquitecto de Grarquitectos

SIERRAS PENIBÉTICAS: CONTRAVIESA – ALPUJARRA BAJA – MAIRENA. Observatorio virtual del paisaje Mediterráneo (9)

«El Territorio Comprometido»

Desde la Alpujarra alta, en las laderas de subida a Sierra Nevada, la vista abarca los componentes más significativos del paisaje alpujarreño con el telón de fondo de la Sierra de la Contraviesa. Un ejemplo emblemático de la montaña mediterránea andaluza. En primer término las laderas de frutales en terraza, en torno a los ruedos del poblamiento de Las Alpujarras. En un plano medio, las vegas del fondo del valle, cultivadas sobre los depósitos aluviales. El macizo cuarcítico la Contraviesa cierra hacia el sur la vista, aislando el valle alpujarreño del litoral. El pasillo de Berja, con el embalse de Benínar, separa esta alineación montañosa de la Sierra de Gádor, done afloran las calizas metamórficas. 

Un paisaje de contrastes, característico de la montaña media mediterránea andaluza: dominan las vertientes rocosas con poca o escasa vegetación, resultado en parte de un intenso proceso de desforestación, especialmente en las laderas de la Sierra de Gádor, debido a una histórica e intensiva explotación minera. Pero, junto a ello, un paisaje agrícola de huertos y frutales en las llanuras aluviales y en las laderas aterrazadas característico de los sistemas de policultivo mediterráneo. La acusada alternancia cromática de ambos mundos define buena parte de los valorespaisajísticos alpujarreños. El poblamiento se sitúa primordialmente en los fondos de valle, sobre todo en el discurrir del río Guadalfeo, pasillo natural y eje de comunicación humana de toda la comarca. 

  

1.      Sierra de Gádor 

 Las estribaciones de la Sierra de Gádor, un macizo de calizas dolomíticas con un paisaje profundamente desforestado, herencia en parte de una intensa explotación minera en el siglo XIX. 

  

2.      Pasillo de Berja 

Pasillo de Berja, separando la Sierra de Gádor y la Contraviesa. Al fondo, el embalsede Benínar y la insinuación del litoral almeriense. 

3.     Cultivos tradicionales 

 Cultivos aterrazados en ladera, un sistema de cultivo característico del paisaje alpujarreño. 

4.     Escaso poblamiento 

Las estribaciones de la Sierra de la Contraviesa, un macizo cuarcítico de escaso poblamiento y casi completamente desforestado. 

5.     Ugíjar 

La población de Ugíjar, un centro rural característico del poblamiento alpujarreño. La morfología urbana de los pueblos de Las Alpujarras se está viendo transformada en parte por una creciente incidencia del turismo rural. Las Alpujarras constituyen una de las comarcas interiores andaluzas con mayor presencia de visitantes 

6.     Fondos de valle 

El fondo de valle alpujarreño, un eje longitudinal de vegas cultivadas donde se sucede un poblamiento denso en núcleos rurales de pequeña dimensión con ruedos agrícolas de pequeñas dimensiones. 

Embalse de Benimar. Al fondo el mar Mediterráneo
Embalse de Benimar. Al fondo el mar Mediterráneo

 

Los cultivos aterrazados dan paso a montes deforestados
Los cultivos aterrazados dan paso a montes deforestados

 

La ocupación propia de invernaderos de las zonas litorales se extiende a lo largo del pasillo de Berja
La ocupación propia de invernaderos de las zonas litorales se extiende a lo largo del pasillo de Berja

 

 

  

En el fondo de valle de las Alpujarras, pueblo y ruedo de huertas regadas, laderas abandonadas y vertientes repobladas. Una sucesión característica de la ocupación del terazgo
En el fondo de valle de las Alpujarras, pueblo y ruedo de huertas regadas, laderas abandonadas y vertientes repobladas. Una sucesión característica de la ocupación del terazgo

 

Ya lo he indicado muchas veces…: por Alpujarra se entiende todo el terreno comprendido entre Sierra Nevada y el mar, y encerrado luego, como en un rectángulo, por las sierras laterales; es decir: todo lo que queda dentro del horizonte sensible que se abarca desde las cimas del Cerrajon de Murtas; todo lo que sería un solo valle, a no existir la Contraviesa; todo lo que, visto desde el mar de Albuñol, mirando al Mulhacén, tiene, en fin, un cielo común…La Alpujarra, como veis, es absolutamente distinta.- Verdad que aquí hay también nieves (en lo alto de aquella Sierra…), y valles, y ríos, y peñascos, y derrumbaderos, y hasta alguna vez nubes… pero ¡cuán diferentes todas estas cosas! –El tono, el color, la luz, el ambiente, todo varía aquí por completo.- Un cielo, casi siempre despejado, y de un azul puro, intenso, rutilante, empieza por servir de fondo a todas las decoraciones, disipando con su viva refulgencia vaguedades, misterios, nebulosos contornos, indeterminadas fantasmagorías. Una tierra cálida y enjuta nutre con la sangre de sus entrañas, y no con el lloro de sus peñas, esos manantiales de luz y fuego que se llaman el olivo y la vid, o los elíseos frutos que roban sus más vistosos colores al iris. Aquestos valles no contrastan con lo petrificado por el frío, sino con lo calcinado por el sol. Aquestas rocas, lejos de sudar agua, funden y acrisolan metales. Las flores son fragantes y valientes, a pesar de la vecindad de los viejos ventisqueros, y el arroyo que baja de las regiones muertas se asombra de encontrarse con las adelfas silvestres o con las ferozmente grandiosas higueras chumbas, orladas de arrumacos verdes y pajizos, como las princesas etiopes. ¡Ah! La influencia de la Sierra es casi siempre vencida por la de losvientos de África. El sol puede aquí más que la nieve” 

“La Alpujarra: sesenta leguas a caballo precedidas de seis en diligencia”,1874. Pedro Antonio de Alarcón 

EXPOSICIÓN «ELEMENTOS COMUNES EN LA ARQUITECTURA POPULAR DEL MEDITERRÁNEO»

«Noticias y Actualidad» y «La Arquitectura Comprometida»

He tenido el placer de disfrutar de una magnífica exposición en la Fundación Euroarabe que trata sobre la Arquitectura del Mediterráneo. En ella se han reflejado de forma clara los puntos en común de las arquitecturas que tiene una influencia unísona, EL MAR MEDITERRANEO.

La exposición se desarrolla en una serie de paneles expositivos que en su conjunto conforma la estructura de un patio y que en cuyo centro se ha situado material audiovisual donde se refleja la cultura y la arquitectura de lugares como Mojácar, Frijiliana, Matmata, Miconos, Túnez, Kino,  Cappadocia, y muchos otros.

Os dejo un extracto de los paneles de la exposición. Enhorabuena a los organizadores por esta ejemplar muestra de hermandad a través de un arte como es la Arquitectura.

EL OBJETIVO

 

El objetivo de esta exposición es mostrar los elementos comunes en la arquitectura popular del ámbito mediterráneo en toda su extensión, con la idea de presentar este territorio como un espacio común y punto de fusión de las civilizaciones que lo componen. Las costumbres, modos de vida, asentamientos y culturas están interrelacionadas en el Mediterráneo. Un clima común y unas influencias culturales que tienen los mismos orígenes en su génesis, confluyen en unos elementos y características que unen de manera clara a todos los pueblos que se asentaron en sus orillas. Presentamos la idea del Mar Mediterráneo no como frontera entre culturas, sino como elemento osmótico que permite que fluyan corrientes en todas direcciones. Este proyecto pretende contribuir a la mejora de relaciones y a la formación del concepto de un espacio común en torno a las llamadas tres culturas, que se encuentran representadas en las orillas del Mediterráneo.

Observar las coincidencias significa trazar esos lazos necesarios que pondrán en evidencia que Oriente y Occidente comparten el mismo espacio, el  mismo mar. La arquitectura, en tanto que arte total, expresa los conocimientos más humanistas de cada una de las culturas que la desarrollan, y su expresión popular contiene la síntesis de esos conocimientos. Un recorrido por los países mediterráneos y sus viviendas pone en evidencia unos elementos comunes, que van desde los materiales hasta el sistema constructivo, siendo el uso de las viviendas y la forma de asentarse lo que diferencia unos espacios determinados. Una casa de la isla griega de Santorini es similar a las de algunas localidades españolas, como Mojácar, o muy similar a la tunecina Sidi bou Said. A estos ejemplos se le suman las muchas viviendas y casas moriscas, que determinaron una forma de construcción que posteriormente llevaron los llamados moriscos a zonas del Norte de África. También están las muchas juderías que se extienden por todo el litoral del «Mare Nostrum» e incluso las viviendas construidas por los aragoneses y catalanes en sus aventuras mediterráneas, estilos que trasladarán a diversas áreas del Mediterráneo y que se nutren de otras tendencias más orientales, como por ejemplo Bizancio.

LA GEOGRAFÍA

El desnivel obliga a soluciones que pasan desde las pendientes más pronunciadas a las escalinatas. La creación de una plaza condicionada también por la proximidad de un edificio significativo lugar de culto (iglesia, mezquita o sinagoga), mercado, ayuntamiento, etc.

Frigiliana.
Frigiliana.

Además de las calles, componen los espacios comunes plazas formadas por la influencia de vías o por la ampliación de éstas.

La necesidad de aprovechar al máximo el espacio disponible y de buscar la protección de las inclemencias del tiempo (sol, viento, tormentas, etc.), obliga a sacar el máximo provecho de las calles. Se trata de soluciones arquitectónicas que crean espacios cubiertos, de ámbito semi-privado / semi-público.

Calle y vivienda se confunden en un conjunto arquitectónico que puede recibir los nombres de tinao, cobertizos, etc. Se puede tratar de estructura de viguería o embovedados que se apoyan en las viviendas situadas a ambos lados de una calle, conformando un paisaje de carácter público y transitable, y un habitáculo sobre ella.

Pampaneira
Pampaneira

LOS MATERIALES

El concepto y la fortuna de vivienda en el Mediterráneo está condicionada, además de por el clima y las condiciones orográficas del terreno, por los materiales que se emplean en su construcción.

Estos materiales son elegidos, no sólo por su funcionalidad, sino también por la proximidad de las fuentes de materia prima. De forma general, se distinguen tres grandes bloques: los materiales pétreos, los compuestos de arcilla y los morteros de cal o argamasa para la construcción y revestimiento de paredes y muros.

Los materiales arcillosos se usan de diversas formas que pueden se clasificadas genéricamente en tapial, adobe y ladrillo.

El tapial es quizás la forma constructiva más ancestral, donde la amalgama de arcillas, áridos (piedras) y cal suponen una solución constructiva rápida y eficaz. A ello se suman sus características aislantes, de resistencia a movimientos sísmicos y relativa durabilidad en la intemperie.

El adobe, material arcillosos secado al sol, tan sólo con carga de árido, pajas, etc., ha supuesto en el Mediterráneo una solución constructiva determinante, permitiendo formas más complejas que con el tapial.

El ladrillo, en tanto material arcilloso cocido, es decir, cerámico, aporta mayor resistencia en las construcciones y es aún hoy día el material constructivo por excelencia.

Mercado de Verónicas. Murcia
Mercado de Verónicas. Murcia

La cal o argamasa se ha usado tanto como consolidante, como en los revestimientos de las fachadas y tapias. Es el aglutinante habitual en los morteros de unión y en los recubrimientos.

La piedra ha sido usada en la construcción desde los albores de la humanidad, por su evidente consistencia y durabilidad.

Su uso se amplía a múltiples formas, bien sea como mampostería con mortero o piedra careada (sobre todo en las jambas de las puertas, ventanas o en edificios de especial relevancia).

Estos muros construidos sustentan habitualmente vigas de madera, ya sea labrada o sin labrar (rollizos) que conforman tanto las techumbres como el suelo de las posibles plantas superiores. Sobre estas vigas se ha colocado tradicionalmente cañizo que sirve de elemento sustentante tanto para tejados como para solería de las plantas superiores.

LA FORMA.

Formalmente, la casa tradicional mediterránea responde a estructuras cúbicas, por lo general, presentando casi siempre una única cara o fachada. Esta fachada se caracteriza por ser uniforme, sin apenas salientes. La distribución en plantas vista en la fachada corresponde a una o dos plantas (rara vez más), con una singular distribución de vanos en la parte inferior.

En las casas de una sola planta, se accede directamente a un único espacio habilitado como cocina (donde se sitúa la chimenea) y zona de estar. Es ocasiones, desde esta sala se accede a pequeños habitáculos  que actúan como dormitorios. En otra, no existen estos dormitorios, transformándose la sala principal en dormitorio durante la noche.

A excepción de la puerta sólo se abren pequeñas ventanas que presentan al mismo tiempo intimidad y seguridad. En la planta superior, los vanos son más grandes, aportando a la casa mayor luminosidad.

LA ARQUITECTURA BLANCA.

Cuando la vivienda consta de dos plantas, la superior suele ser compartida por dormitorios y zonas de almacenamiento  o cámaras.

En muchas zonas del Mediterráneo occidental y del Magreb, una segunda puerta lateral da acceso al patio que actúa a la vez como caballerizas y como establo-granja para los animales domésticos.

Los terrenos adyacentes a la casa (si ésta es exenta) suelen estar cercados por una tapia realizada normalmente en mampostería en seco, albergando la huerta familiar.

CUBIERTA.

La escasez de lluvias del Mediterráneo, y en especial en el sur de la misma, ha tenido como consecuencia el desarrollo de tres tipos fundamentales de tejados:

a)     La terraza, que se observa en climas muy áridos. En muchos sitios, especialmente en las islas del Egeo. Donde las condiciones hidrológicas (aguas subterráneas, fuentes naturales, riachuelos, etc.) son pobres o inexistentes, las terrazas pueden servir como medio para la recogida y el almacenamiento del agua.

España. Alpujarra.

b)    La cubierta abovedada o cupular se suele identificar con la arquitectura religiosa. Sin embargo, también se utiliza como elemento de la arquitectura civil en el Sur del Mediterráneo.

c)     En el Norte de África, las casas colmena son más propias del interior, en concreto de las zonas de desierto.

d)    Más la norte, se encuentra la cubierta tradicional de tejas de barro cocido. Suele ser de altura baja, se cuatro aguas, aunque cuando más al Sur, se ven como frecuencia de dos aguas e incluso de una.

Kea, Grecia.
Kea, Grecia.

CARPINTERÍAS.

Si bien es azul el más utilizado en los cierres (puertas y ventanas) para combinar con el blanco de la cal, no faltan colores como el verde, el marrón o el ocre. El ventanuco en la propia puerta o a su lado sirve para permitir la entrada de luz y también para observar al exterior sin exponerse.

 

 Patio Sidi Bou Said
Patio Sidi Bou Said

En Andalucía, la práctica de la forja permitió la sustitución de la madera por el hierro para permitir la visión en el interior del patio. En el norte de África la decoración de la puerta exterior se basa en formas tradicionales de arquitectura (arcos, etc.). En otros países (Grecia, Chipre, Italia) el mármol sirve como marco y elemento de decoración con formas adecuadas al espíritu local.

El máximo aprovechamiento del espacio y el miedo a las inundaciones que pueden provocar las lluvias torrenciales, fomentan la aparición de escalinatas incluso en los terrenos llanos, “robando” espacio de las vías públicas. En poblaciones de carácter más urbano, la existencia de varias plantas facilita la conversión de las ventanas en puertas y la subsiguiente aparición de balcones con forjas. En casas señoriales que no perdieron su carácter defensivo, los balcones pudieron tener el carácter de mirador o terraza.

VIVIENDA EXCAVADA

Una de las grandes peculiaridades del hábitat de la cuenca mediterránea es la existencia de importantes núcleos de arquitectura subterránea.

Matmata. Túnez
Matmata. Túnez

La existencia de terrenos adecuados (tierra arcillosa, marga, caliza, conglomerados o roca sedimentaria) que se caracterizan por una gran solidez, permitió a lo largo del siglos y milenios, la existencia de un tipo de vivienda subterránea o troglodita que se consigue excavando hacia el interior de la tierra o de la roca.

Es la llamada arquitectura excavada, se encuentra especialmente en Capadocia, Andalucía (zona de Granada- Guadix), islas griegas (Santorini), Túnez y Francia.

Guadix. Granada.
Guadix. Granada.

Sus ventajas consisten en que su propio carácter permite la práctica de la autoconstrucción, hecho que abarata enormemente los costes. Por otro lado, sus condiciones bioclimáticas permiten convertir estas viviendas subterráneas en verdaderos refugios contra la inclemencias climáticas y la incertidumbre ambiental (grandes y bruscos cambios de temperatura). En épocas de inseguridad por guerras, invasiones, etc., sirvieron incluso para protegerse de los invasores como es el caso de las poblaciones cristianas de Capadocia durante la Edad Media.

Iglesia Rupestre en Calabria
Iglesia Rupestre en Calabria

La arquitectura blanca

La práctica de la construcción excavada pronto sobrepasó las necesidades de la vivienda para extenderse a aspecto más amplios como el del culto, por lo general cristiano, que encontró en ella una forma de práctica religiosa que se realizaba sin ofender a los dominadores musulmanes. No en vano, el culto cristiano desde sus remotos comienzos se practicó mediante arquitectura subterránea (catacumbas) durante la época de las persecuciones en el Imperio Romano.


Capileira
Capileira

La ubicación:

Son dos los factores que determinan el emplazamiento de las poblaciones de la cuenca del Mediterráneo, el mar y la montaña:

Tradicionalmente, la economía local estuvo basada en la llamada agricultura y ganadería mediterránea, y en la pesca artesanal. Este hecho llevó a que inicialmente, el asentamiento se realizara junto al mar o cerca de las desembocaduras de los ríos.

Arquitectura popular del Mediterráneo:

Muchas veces, en épocas de inseguridad (acompañadas generalmente de una decadencia económica que obligaba a reducir el tamaño de las poblaciones), sus habitantes, incapaces de hacer frente al peligro de las invasiones y de la piratería, se ven obligados a trasladar el asentamiento más al interior, alejado de la vista desde el mar, o a lugares elevados que permiten a la población defenderse desde atalayas o disponer del tiempo suficiente para refugiarse en lugares más seguros (grutas, iglesias o monasterios-fortaleza, castillos, etc.).

La estructura urbana:

Las particularidades de la ubicación, del terreno y de la defensa condicionan fuertemente el concepto de urbanismo de las poblaciones de la cuenca mediterránea. Se trata de ganar espacio.

No existe un urbanismo planificado (manzanas, calles rectas, avenidas centrales, etc.).

Las calles son estrechas, hecho que permite construir el poblado en un peñón, o en terreno abrupto con poco espacio disponible para la edificación.

La estrechez de las calles ayuda a hacer frente a las inclemencias del tiempo (irradiación del sol, vientos fuertes, etc.).

Rafael Heredia Moreno & Czestochowa Martín Gómez, Ingenieros de la Edificación de GRarquitectos

FICHA TÉCNICA EXPOSICIÓN

Colaboran:

Embajada de Grecia en España.

Embajada de Chipre en España.

Fototeca ENIT-Turismo Italiano. Embajada de Italia en España.

Región  de Egeo del Sur. Departamento de Solidaridad Social (Grecia)

Coordinación:

Pilar Carrasco Carrasco

Moschos Morfakidis Filactós

Encarnación  Motos Guirao

 

Comisariado:

Antonio Martínez Villa

César David Hernández Manzano

Colaboradores de Coordinación:

Yuli Papadopulu

Tassos Anastasiou

Hassan Laaguir

Organiza:

Fundación Euroarabe

Centro de Estudios Bizantinos, Neogriegos y Chipriotas.

Imágenes:

Francisco José Sánchez Montalbán

Tasos Anastasiou

César David Hernández Manzano

Guadalupe Martínez Rodrígues

Juan Antonio Ríos Jiménez

José Antonio Díaz Gómez

Gonzalo Jiménez Cabrera

Antonio Martínez Villa

Textos:

Moschos

Encarnación Motos

 

Arquitecto asesor:

Cándido Caparrós

 

Maquetas:

César David Hernández

Diseños y maquetación:

Antonio Martínez Villa

Hernández Manzano



 

SEMBRAR Y COSECHAR AGUAS

 «El Territorio Comprometido»

Hemos recibido en nuestro Blog un interesante comentario a uno de nuestros artículos sobre La Alpujarra, escrito por nuestro paisano y amigo Rafael Fernández RubioPremio Rey Jaime I a la Preservación del Medio Ambiente, y que posee además otra humilde distinción muy querida por nosotros: haber sido nombrado  Ciudadano Comprometido por este Blog… por ambas cuestiones, me ha parecido del máximo interés reproducirlo como hoy, para que no pase desapercibido y que podáis disfrutarlo adecuadamente. Ahí lo lleváis… y una vez más: ¡Gracias Rafael por ser como eres!

Hoy, “paseándome” por la Alpujarra, a muchos kilómetros de distancia, encontré esta blog del buen amigo y excelente arquitecto Juan Carlos García de los Reyes, y me interesó porque abordaba estas acequias tan queridas. Por ello, y aunque es largo, me permito copiar la Editorial que he escrito para el número de Marzo, de la Revista Tecnoambiente (ya en la imprenta), es otro modo de ver el papel de estas acequias.

Acequia de careo de Capileira
Acequia de careo de Capileira

Y animar quiero también, a los interesados en esta temática, a su adscripción en el Grupo de Trabajo que, a escala internacional, estoy montando a propósito de “sembrar y cosechar aguas”. Esta es la editorial:

SEMBRAR AGUAS

Lo hacían mis antecesores árabes en las Alpujarras, y lo hace quechuas y aymaras en los Andes, y lo hicieron sus ascendientes… y lo hacen himalayos y timorenses… y ahora, que vemos cómo se produce la recesión de los glaciares, tal vez se pueda pensar en retomar lo que la sabia cultura popular nos legó.

Los árabes, hace 1000 años (día más, día menos), derivaban las aguas de los barrancos y ríos alpujarreños, principalmente las de deshielo; y lo hacían por acequias, talladas en la roca y labradas en esa mínima franja de alteración, siguiendo curvas de nivel, y llegando con ellas hasta muy lejos… Debajo de estas acequias construían paratas para riego, con muros de piedra, para sujetar apenas unas estrechas lenguas de tierra, donde sembrar algo de huerta y algo de fruta. El riego se hacía (y se hace) por turnos, abriendo pequeñas compuertas para dar paso al agua, que fluía y fluye fugaz por surcos cavados entre caballones… y pasaba a la siguiente parcela, y a la otra… y donde no había tierra, para esa parata de primor, se plantaban castaños, que allí los debe haber de mil años (día más, día menos). Alguno de estos castaños me dijo que, a su regazo, se había sentado Abén Humeya, con alguna bellísima hurí (vaya usted a saber lo que hacían, mejor no preguntar…).

Paratas de cultivo en la Alpujarra
Paratas de cultivo en la Alpujarra

Y así fueron roturando aquellos bancales, en escalinata que sube ladera arriba, hasta las puertas del cielo. En la distancia el verdor marca esas líneas, que precursoras fueron de las curvas de nivel… son los denominados “careos” del agua.

Y derivando agua por ellos, y regando sus mini-huertos, y gracias a las muchas pérdidas, “sembraban aguas”, que nacerían, meses más tarde, en parto sin dolor, en manantiales estratégicamente ubicados en las partes bajas de las laderas, como aguas oligometálicas, prístinas, cristalinas, despertadoras de apetito para saborear un buen jamón, curado en Trevélez, con crujiente pan de hogaza, y un trago de vino, de la bota, que no desmerece al agua…

Manantial de aguas ferruginosas tributario de la cuenca del río Trevélez
Manantial de aguas ferruginosas tributario de la cuenca del río Trevélez

Pero llegaron ingenieros sabihondos, y aplicaron fórmulas (que es lo que saben hacer), y no miraron al suelo ni al cielo, sino al pliego. Y mandaron traer sacos de cemento, por las pinas veredas, y cuando se les acabaron trajeron más y más; y se tomaron un vaso de vino “costa”, criado en aquel terruño, y se fueron a sus despachos y despacharon presupuestos. Y hubo comisiones y oficios y hasta aquello de “cúmplase”…

Y aquellas acequias, ahora llevaban su néctar divino más lejos, y más regantes pagaban sus cuotas… pero aquellas acequias ya no filtraban, ya no recargaban, ya no daban savia a los castaños,… y los chorritos de agua ya no cantaba en sus manantiales; ni los jilgueros tenían umbría; ni los zapateros danzaban en los charcos de agua… Ya el bocadillo no se acompañaba del refresco del agua nacida en la nieve… Ya no se sembraban aguas, ya se secaban los suelos,… y los hidrogeólogos nos tragábamos las lágrimas con desconsuelo… mientras que los del cemento compadreaban satisfechos del entuerto hecho, y de que por las arcas pasaba el oro azul…

Y os contaría de las “amunas”, que es otro facer semejante de los indios peruanos o bolivianos, en su mejor aprovechar las aguas de deshielo, y os diría que, con la recesión glaciar, estamos volviendo a sembrar aguas en aquellas laderas andinas, por encima de los 4.000 m de altitud. Y os contaría que en los Himalayas se están “sembrando glaciares”, que es lo mismo pero aprovechando el permafrost,…

"sembrando" amunas, Fuente: ricardomarapi.blogspot.com
"sembrando" amunas, Fuente: ricardomarapi.blogspot.com

Y eso es lo que hoy este viejo maestro quiere alzar como bandera: ¡sembrar aguas! ¡Sembrar ilusiones!, mientras que en lo profundo rumio: Haz de la ciencia poesía, / de los sueños creaciones, / de los deseos ilusiones, / y de las aguas alegrías…

 Rafael Fernández Rubio
Premio Rey Jaime I a la Preservación del Medio Ambiente