¿PUEDE UN HOMBRE ESTAR ENAMORADO DE SU BARRIO, AUNQUE SEA POBRE, FEO Y HUMILDE?

Esta mañana, justo al despertar, he descubierto por azar en las redes una reflexión realizada por un antiguo amigo de la infancia, con el que compartí años de internado en la Universidad Laboral de Sevilla. Y en ella narra sus vivencias de niño al volver a casa (Huesca) en cada una de las vacaciones trimestrales, cuando descubría una y otra vez que no había nada más entrañable que volver a tu casa y a tu barrio… Aun cuando se tratase de un humildísimo barrio de casas baratas, con gente hacinada, con malos servicios y puede incluso que con mala reputación (para los más pudientes, claro)… ¡ABSOLUTAMENTE RECOMENDABLE!