«El Territorio Comprometido»
Por Sandra Álvarez Muñoz. Geógrafa ambientalista
La actividad agrícola de la Vega se encuentra actualmente en los límites de un modelo económicamente obsoleto, estancado (sólo se justifica en espacios profundamente rurales), así como social y ambientalmente insostenible. Desde una situación donde comenzaba a difundirse un barbecho agrícola, por causa de la baja rentabilidad de la mayor parte de los cultivos puestos en explotación, una vez agotados los sucesivos ciclos productivos de fuerte impacto económico y social (lino, remolacha azucarera, patata, tabaco…), y donde la mayor competitividad en el mercado unida a la reducción drástica de la fuerza de trabajo (tanto por efectivos como por edad: la media actual es superior a 60 años y resulta crítica la continuidad generacional), se ha pasado en las últimas décadas a un barbecho urbanístico, en espera de recalificaciones o, en otros casos, a una producción parcial y de autoconsumo (actividad meramente complementaria), o bien, multitud de parcelas de claro origen agrícola han sido adquiridas para nuevos usos de ocio, desvirtuando el carácter originario (si bien estos procesos constituyen en la práctica unas nuevas formas de aprovechamiento del espacio de vega que, paradójicamente, puede garantizar la pervivencia de parte de su carácter originario). Continuar leyendo →