ARQUITECTURA Y ARQUEOLOGÍA: RESTOS ENCONTRADOS EN EL CONVENTO DE SAN ANTÓN

«La Arquitectura Comprometida»

Hace como un año, escribíamos un artículo sobre la visita de nuestros compañeros arqueólogos al estudio de GRarquitectos. En dicho artículo hablábamos sobre la relación existente entre arquitectura y arqueología. (ARQUITECTURA Y ARQUEOLOGÍA: NI CONTIGO NI SIN TÍ)

Dicha premisa se cumple especialmente en las obras que se están llevando o que se han llevado a cabo hace pocos meses, en el Convento de San Antón.

En dichas obras la labor de los técnicos, está íntimamente ligada al trabajo de los dos arqueólogos que trabajan codo con codo con nuestro equipo, María Isabel Mancilla y Julio Román.

En el último cuarto del s.XVI el Arzobispo D. Pedro de Castro y Quiñones encargó al arquitecto Ambrosio de Vico que realizara un plano de la ciudad.

Plataforma de Vico. Fuente:  paseandogranada.com
Plataforma de Vico. Fuente: paseandogranada.com 

Dicha plataforma, fue grabada por Francisco Heylan en talla dulce sobre dos planchas de cobre (lámina 420 x 620 mm). Formaba parte de un conjunto de ilustraciones que debían completar la Historia Eclesiástica de Granada del padre Justino Antolínez de Burgos, cuyo objetivo era justificar y legitimar las reliquias del Sacromonte Representación de la imagio urbis religiosa de esta ciudad.

Se trata de la primera representación que describe la ciudad, representándola detallada, completa y fielmente hasta bien avanzado el siglo XVIII, cuando fue arrinconada, aunque sin superar su valor estético, por las nuevas y evolucionadas corrientes cartográficas.

Según dicha Plataforma, la parcela que ocupa el Convento se encontraba cruzada por una acequia. Por lo que durante las distintas obras realizadas en este entorno, los arqueólogos y nosotros mismos esperábamos  su aparición.

Finalmente dicha aparición ha tenido lugar prácticamente en la  última fase de la obra de la Hospedería – Vivienda del Párroco y   la urbanización del zaguán de entrada.

Tras la intervención arqueológica se han hallado restos de recubrimientos originales en algunas de las paredes de las estancias objeto de la reforma; se ha obtenido una secuencia crono-estratigráfica completa de esta zona de la ciudad, y se ha conseguido identificar el uso que originalmente tuvo este espacio del convento, así como su evolución histórica hasta la actualidad. Se ha constatado que el origen de la ocupación de este espacio nos lleva hasta la etapa medieval, muy probablemente zirí (s. XI).

Se ha conseguido documentar el tramo de acequia de época moderna esperado. Dicho tramo se encontraba muy alterado por afecciones contemporáneas, de la que se conservaba un tramo in situ y original, ya que la mitad sur, había sido desmontada y sus bloques reutilizados en la construcción de un nuevo ramal a continuación del existente.

Acequia hallada en el estudio arqueológico. FUENTE: M.I. Mancilla Cabello
Acequia hallada en el estudio arqueológico. FUENTE: M.I. Mancilla Cabello

Por lo que el objetivo presente a dia de hoy es aprovechar su presencia para documentar una época previa a la construcción del Convento y utilizarlos como elemento que ordenen el nuevo espacio previsto en el compás, consiguiendo que así mantenga la doble función considerada en el proyecto: 1) paso preferentemente peatonal, y circunstancialmente rodado, hacia el torno, y 2) paso a las viviendas de obra nueva de la portería y de la hospedería.

Al presentar los restos hallados un trazado en planta sensiblemente permiten conseguir esta doble función, quedando la cota superior de los elementos de piedra que forman la acequia en su mayor parte con la cota de acabado prevista para el compás, de modo que es posible su mantenimiento sin  alterar en nada la posición en que han sido hallados.

De este modo se ha conseguido una vez más el título al que recurríamos hace un año: ARQUITECTURA Y ARQUEOLOGÍA: NI CONTIGO NI SIN TÍ

 Czestochowa Martín Gómez, Arquitecta Técnica de GRarquitectos

4º ANIVERSARIO DE LA CIUDAD COMPROMETIDA (I)

“La Ciudad Comprometida”

Esta semana este blog cumple 4 años. En un momento donde todo cambia y nada permanece, nos tenemos que alegrar que esta aventura continúe ofreciendo un espacio de difusión y debate para todo aquel que quiera acercarse a los principios que mueven La Ciudad Comprometida. Prueba de ello son los casi 1.000 artículos y más de 3.300 comentarios que alberga la web.

Para celebrar este aniversario os proponemos recordar durante las siguientes dos semanas algunos de los artículos más destacados del último año.

Hoy comenzamos recordando el artículo titulado “¿Degradación o revitalización? ¿Ruptura o integración?

¿DEGRADACIÓN O REVITALIZACIÓN? ¿RUPTURA O INTEGRACIÓN?

En «La Ciudad Comprometida» hablamos bastante, como sabéis, sobre la necesidad de  reciclar los edificios. Y lo hacemos desde una triple perspectiva: primero desde el punto de vista de la sostenibilidad, ya que la rehabilitación permite alargar la vida útil de los edificios y reducir por tanto su huella ecológica; segundo porque la rehabilitación nos permite conservar y revitalizar los mejores ejemplos de la arquitectura heredada (sea de interés monumental, tipológico o ambiental, y ya se trate de bienes culturales de valor histórico, defensivo, industrial, o etnológico), a modo de pequeñas joyas que con su  presencia cualifican nuestros entornos urbanos y rurales; y tercero porque en el caso de los centros históricos las estrategias de rehabilitación urbana son imprescindibles para garantizar su autenticidad cultural, como alternativa a la práctica lamentablemente utilizada en tantas ciudades que consienten la sustitución progresiva de sus inmuebles  lo que suele llevar a una transformación  tipológica y también social, que los despoja de valor cultural y de vida…

Pero en el presente artículo querría centrarme en la polémica que muchas veces suscitan algunas intervenciones «supuestamente rehabilitadoras» en los círculos profesionales o en los colectivos  más sensibilizados con el patrimonio histórico, sea por la excesiva transformación arquitectónica que proponen, sea por proponer un cambio de uso del edificio original, sea por propiciar la transformación del carácter del entorno originario…. Es decir, ¿Hasta dónde debemos llegar con la rehabilitación de los edificios?

Convento Jesus del Valle. Granada

Convento Jesus del Valle. Granada

Y para ilustrar este tema propongo rescatar una polémica que cíclicamente se abre en mi ciudad de Granada (Andalucía, España) sobre la rehabilitación/transformación para uso hotelero del antiguo Convento de Jesús del Valle, en las riberas del río Darro, y a la sazón en el entorno territorial de La Alhambra, que siempre suscita una fuerte oposición por parte de los sectores sociales relacionados con la defensa del patrimonio o los de corte ecologista… Recordaremos que se trata de un conjunto conventual inscrito recientemente en el Catálogo General del Patrimonio de Andalucía pero que tras años de abandono (y, porqué no decirlo, de expolio) hoy sufre un alto deterioro físico y patrimonial que amenaza incluso a la integridad de sus estructuras… y que ha supuesto la «desaparición» de la práctica totalidad de sus bienes muebles (carpinterías, armaduras, rejería, etc) y de su valor cultural arquitectónico. Y recordemos asimismo que se encuentra ubicado en un contexto rural de alto valor cultural al estar relacionado con la captación de la Acequia Real de La Alhambra y por constituir un memorable paisaje lleno de matices históricos y ambientales.

Patrimonio de la Aglomeración Urbana de Granada, con Jesus del Valle al fondo
Patrimonio de la Aglomeración Urbana de Granada, con Jesus del Valle al fondo

Pero mientras que se dirime el larguísimo debate sobre todas esas cuestiones que sin duda son esenciales para definir las características de la intervención, tales como la definición de los valores patrimoniales de este conjunto arquitectónico, si debería expropiarse o no, a que uso o usos podría destinarse, sobre la mayor o menor compatibilidad para ampliar su superficie construida, o incluso si su recuperación podría afectar negativamente a su entorno paisajístico…. La realidad es entre tanto y tanto debate sobre qué hacer finalmente con este inmueble, sus valores patrimoniales van degradándose paulatinamente tanto por la inacción de sus propietarios (que ya sea por dificultades económicas, sea por la indefinición sobre su destino final, sea por intereses especulativos, están incumpliendo el deber por imperativo legal de su conservación); como, obviamente, también de las administraciones (en este caso la municipal, Granada, y la regional, Andalucía) que subsidiariamente podrían intervenir acometiendo al menos obras de consolidación y de conservación, ya que la legislación cultural así lo prevé, pero… está claro que ya sea porque no se trate de una actuación prioritaria para una u otra administración, o ya sea porque los recursos económicos y la capacidad de gestión de las administraciones públicas en general son limitados y por tanto insuficientes para atender desde lo público a tanta riqueza patrimonial existente, la realidad es la que es y cada vez nos queda menos edificio y menos patrimonio, y por tanto  menos necesidad de rehabilitar… Y como este caso, decenas de situaciones en todas las ciudades y en todos los países, por supuesto. De modo que junto a las dificultades económicas y/o de gestión de las administraciones que ni tan siquiera cuentan con recursos suficientes para atender a las necesidades de conservación de sus propios edificios, nos encontramos una y otra vez con tediosos debates en los que muchas veces se sobreactúa, y que se vuelven irracionales, ineficaces y, por qué no llamarlo así, perniciosos para la defensa del patrimonio que supuestamente buscan.

Por tanto, difícil panorama para la preservación y la puesta en valor de este bien patrimonial (como podría ser de cualquier otro ejemplo), porque a todo lo anterior habría que añadir la notable dificultad, y esta si que es real, para conciliar los puntos de vista de los tres agentes implicados: propietario (empresarial), municipio  (urbanístico y social) y administración cultural (tutela patrimonial).

En fin, os he narrado uno de tantísimos ejemplos que demuestran una gran ineficiencia social, atribuible desde mi punto de vista a todas las partes, fruto de la dificultad/incapacidad de concertación entre las administraciones públicas, de sistemas de toma de decisiones claramente mejorables, y con seguridad de déficit en la planificación urbanística y patrimonial de nuestras ciudades y territorios, lo que impide que ciertas cuestiones esenciales sobre el alcance de la intervención  en este tipo de bienes, ya esté predeterminado en lo posible  de antemano. Por tanto, en general, y no solo en este caso que nos sirve de ejemplo, se necesario exigir a los tres agentes implicados que actúen con responsabilidad, claro, pero también con flexibilidad: ya que corresponderá a los propietarios y a sus arquitectos (y demás asesores claro) intervenciones ejemplares; como corresponderá a las administraciones claridad en sus planteamientos de protección de modo que una vez establecidos sus criterios no se modifiquen y que sean estables, racionalidad a la hora de establecer las exigencias específicas de protección, eficacia para evitar la superposición de competencias de unas y otras, capacidad de concertar soluciones con otros organismos, y agilidad, toda la agilidad posible, porque no hay actuación empresarial que soporte varios años de tramitación… (¡Con la que está cayendo!) Y porque, en definitiva, el daño del abandono, de la rigidez, o de la demora en la intervención lo sufre en última instancia el patrimonio.

La experiencia nos dice que los mejores edificios históricos suelen ser además magníficos contenedores para usos bien diversos, y que incluso muchos de ellos ya lo han experimentado a lo largo de su vida útil. De ahí que, sin negar que en muchos casos pueda ser conveniente que diversos edificios patrimoniales se destinen a usos equipamentales, no deberíamos obcecarnos con esta medida dado que ni los recursos públicos son ilimitados, ni está claro que el mejor destino para dotar de nueva vida a todos los inmuebles que han quedado obsoletos pase por su uso público. Mas bien al contrario, porque no es tan fácil dotar de nuevo uso a los edificios cuyas funciones originales quedaron obsoletas, sobre todo si se trata de complejos de cierta envergadura. Y, claro, no es posible destinarlos todos a usos museísticos o culturales…

De ahí que, desde mi punto de vista, la clave estaría en determinar, a ser posible a priori, los parámetros específicos que garantizarían la bondad de una intervención futura, obviamente dando prioridad a las cuestiones patrimoniales, y dejar lo más abierto posible el uso final en la medida en que su implantación pueda ser compatible con las necesidades de protección y de conservación de sus valores específicos. Es decir, controlar las intervenciones arquitectónicas y funcionales que los vuelvan a llenar de vida, y no tanto en perdernos en los debates que a la postre impidan su regeneración…

Junto a buenos ejemplos de buenas intervenciones de recuperación y cambio de uso, tenemos lamentablemente otros menos ejemplares, pero sobre todo tenemos innumerables casos de edificios abandonados, sin uso, degradándose a marchas forzadas, en lo que sin duda es un pecado por inacción o por rigidez que no deberíamos permitirnos….

Antiguo Convento de Santa Paula, actualmente con uso hotelero
Antiguo Convento de Santa Paula, actualmente con uso hotelero

Para ello, la experiencia demuestra que los planes específicos para la protección de los centros históricos, los planes directores de los monumentos y bienes más complejos, junto con la elaboración de los catálogos de protección del patrimonio, constituyen adecuadas herramientas para la tutela y también para el impulso de la revitalización del patrimonio heredado.

Plan Especial de Protección y Catalogo del Sector Alhambra. Granada
Plan Especial de Protección y Catalogo del Sector Alhambra. Granada
Plan Director del Conjunto Conventual de San Antón. Granada
Plan Director del Conjunto Conventual de San Antón. Granada
Ejemplo de Ficha de Catálogo de Protección del Patrimonio Cultural
Ejemplo de Ficha de Catálogo de Protección del Patrimonio Cultural

 

ARQUITECTURA Y ARQUEOLOGÍA: NI CONTIGO NI SIN TÍ

«La Arquitectura Comprometida»

Hace unos días tuvimos nuestros habituales foros de los jueves, donde recibimos la visita de los compañeros arqueólogos que están colaborando con GRarquitectos en las obras derivadas del Plan Director del Conjunto Conventual de San Antón de Granada. Compartimos la reflexión que nos han enviado acerca de dicho foro y la relación entre arquitectura y arqueología.

Son pocos los profesionales de la arquitectura que, a día de hoy, no asumen con naturalidad que en ciertas actuaciones arquitectónicas es necesaria la intervención del arqueólogo, sobre todo, en aquellos casos en que se actúa directamente sobre un bien patrimonial. Muchos de ellos, asumiéndolo como un “mal necesario”; no tantos, como una oportunidad de enriquecimiento científico tanto del proyecto de actuación como del desarrollo y resultado final de la intervención arquitectónica.

Estudios arqueológicos en el Convento. S.XVII . FUENTE: M.I. Mancilla Cabello y  J. M. Román Punzón, arqueologos
Estudios arqueológicos en el Convento. FUENTE: M.I. Mancilla Cabello y
J. M. Román Punzón, arqueologos

Afortunadamente, comienzan a ser incontables las experiencias de colaboración entre arquitectos y arqueólogos, que han demostrado que las aportaciones de estos últimos al proceso constructivo es fundamental, y no sólo en fase de intervención, sino también, en la de elaboración del proyecto arquitectónico. Esta evidencia, cuando se interviene sobre bienes integrantes del patrimonio histórico construido, es especialmente importante, pues no debemos olvidar que toda actuación patrimonial supone un proceso de conocimiento, una oportunidad única de desentrañar el complejo proceso histórico que desemboca en el estado actual del edificio analizado.

El conocimiento que posee el arqueólogo del desarrollo histórico de un territorio, así como de sus registros subterráneos, permite evaluar de un modo más preciso su potencial arqueológico, ajustando de este modo, los plazos de ejecución y los costes que tendrá el mismo en las fases iniciales. Es decir, contribuye de manera muy notable a la mejor gestión del presupuesto de la obra, disminuyendo considerablemente los frecuentes incrementos de costes, no sólo materiales sino también derivados de los retrasos en los plazos de ejecución, que devienen de inexactas evaluaciones del potencial histórico-arqueológico del área a intervenir.

Por tanto, el arqueólogo que se integra en el equipo técnico del proyecto como una pieza más  del engranaje del proceso arquitectónico (como geólogos, urbanistas, delineantes o documentalistas), bajo las órdenes de la Dirección Facultativa, colabora eficazmente en la mejora de la calidad, la gestión y la eficiencia del diseño de dicho proyecto.

Estudios arqueológicos en el Convento.  FUENTE: M.I. Mancilla Cabello y  J. M. Román Punzón, arqueologos
Estudios arqueológicos en el Convento. FUENTE: M.I. Mancilla Cabello y
J. M. Román Punzón, arqueologos

Posteriormente, ya en fase de ejecución, la intervención arqueológica aporta valiosa información del edificio objeto de actuación, así como de su interacción con fases históricas precedentes, enriqueciendo de este modo el proyecto de rehabilitación, ya que se obtiene una visión más completa y precisa del desarrollo y la evolución histórica del mismo, sirviendo de base, por ejemplo, para la elección de soluciones y acabados. Incluso, informando de patologías del edificio, lo cual permite solucionarlas en su origen. Es decir, nuevamente, contribuye de manera esencial a la calidad del resultado final de la actuación de rehabilitación ejecutada.

Experiencias de este tipo, como las que se están desarrollando en el Convento de San Antón de Granada, al amparo del Plan Director de dicho conjunto monumental, dirigido por el Estudio de Arquitectura García de los Reyes, vuelven a demostrar la idoneidad de conformar equipos multidisciplinares, entre cuyos integrantes se cuenta el arqueólogo, para el correcto análisis y  actuación sobre bienes integrantes del patrimonio histórico arquitectónico, contribuyendo de esta manera a su mejor conservación, protección y puesta en valor, y basadas en una actuación arquitectónica cuyos criterios de intervención están regidos por el rigor científico, y la obtención de la eficacia y la calidad constructivas.

María Isabel Mancilla Cabello

Julio M. Román Punzón

Queremos agradecer a estos dos grandes profesionales la  impartición del foro sobre las intervenciones arqueológicas en el Convento de San Antón que tanto nos ilustró.

¿DEGRADACIÓN O REVITALIZACIÓN? ¿RUPTURA O INTEGRACIÓN?

«La Arquitectura Comprometida»

En «La Ciudad Comprometida» hablamos bastante, como sabéis, sobre la necesidad de  reciclar los edificios. Y lo hacemos desde una triple perspectiva: primero desde el punto de vista de la sostenibilidad, ya que la rehabilitación permite alargar la vida útil de los edificios y reducir por tanto su huella ecológica; segundo porque la rehabilitación nos permite conservar y revitalizar los mejores ejemplos de la arquitectura heredada (sea de interés monumental, tipológico o ambiental, y ya se trate de bienes culturales de valor histórico, defensivo, industrial, o etnológico), a modo de pequeñas joyas que con su  presencia cualifican nuestros entornos urbanos y rurales; y tercero porque en el caso de los centros históricos las estrategias de rehabilitación urbana son imprescindibles para garantizar su autenticidad cultural, como alternativa a la práctica lamentablemente utilizada en tantas ciudades que consienten la sustitución progresiva de sus inmuebles  lo que suele llevar a una transformación  tipológica y también social, que los despoja de valor cultural y de vida…

Pero en el presente artículo querría centrarme en la polémica que muchas veces suscitan algunas intervenciones «supuestamente rehabilitadoras» en los círculos profesionales o en los colectivos  más sensibilizados con el patrimonio histórico, sea por la excesiva transformación arquitectónica que proponen, sea por proponer un cambio de uso del edificio original, sea por propiciar la transformación del carácter del entorno originario…. Es decir, ¿Hasta dónde debemos llegar con la rehabilitación de los edificios?

Convento Jesus del Valle. Granada
Convento Jesus del Valle. Granada

Y para ilustrar este tema propongo rescatar una polémica que cíclicamente se abre en mi ciudad de Granada (Andalucía, España) sobre la rehabilitación/transformación para uso hotelero del antiguo Convento de Jesús del Valle, en las riberas del río Darro, y a la sazón en el entorno territorial de La Alhambra, que siempre suscita una fuerte oposición por parte de los sectores sociales relacionados con la defensa del patrimonio o los de corte ecologista… Recordaremos que se trata de un conjunto conventual inscrito recientemente en el Catálogo General del Patrimonio de Andalucía pero que tras años de abandono (y, porqué no decirlo, de expolio) hoy sufre un alto deterioro físico y patrimonial que amenaza incluso a la integridad de sus estructuras… y que ha supuesto la «desaparición» de la práctica totalidad de sus bienes muebles (carpinterías, armaduras, rejería, etc) y de su valor cultural arquitectónico. Y recordemos asimismo que se encuentra ubicado en un contexto rural de alto valor cultural al estar relacionado con la captación de la Acequia Real de La Alhambra y por constituir un memorable paisaje lleno de matices históricos y ambientales.

Patrimonio de la Aglomeración Urbana de Granada, con Jesus del Valle al fondo
Patrimonio de la Aglomeración Urbana de Granada, con Jesus del Valle al fondo

Pero mientras que se dirime el larguísimo debate sobre todas esas cuestiones que sin duda son esenciales para definir las características de la intervención, tales como la definición de los valores patrimoniales de este conjunto arquitectónico, si debería expropiarse o no, a que uso o usos podría destinarse, sobre la mayor o menor compatibilidad para ampliar su superficie construida, o incluso si su recuperación podría afectar negativamente a su entorno paisajístico…. La realidad es entre tanto y tanto debate sobre qué hacer finalmente con este inmueble, sus valores patrimoniales van degradándose paulatinamente tanto por la inacción de sus propietarios (que ya sea por dificultades económicas, sea por la indefinición sobre su destino final, sea por intereses especulativos, están incumpliendo el deber por imperativo legal de su conservación); como, obviamente, también de las administraciones (en este caso la municipal, Granada, y la regional, Andalucía) que subsidiariamente podrían intervenir acometiendo al menos obras de consolidación y de conservación, ya que la legislación cultural así lo prevé, pero… está claro que ya sea porque no se trate de una actuación prioritaria para una u otra administración, o ya sea porque los recursos económicos y la capacidad de gestión de las administraciones públicas en general son limitados y por tanto insuficientes para atender desde lo público a tanta riqueza patrimonial existente, la realidad es la que es y cada vez nos queda menos edificio y menos patrimonio, y por tanto  menos necesidad de rehabilitar… Y como este caso, decenas de situaciones en todas las ciudades y en todos los países, por supuesto. De modo que junto a las dificultades económicas y/o de gestión de las administraciones que ni tan siquiera cuentan con recursos suficientes para atender a las necesidades de conservación de sus propios edificios, nos encontramos una y otra vez con tediosos debates en los que muchas veces se sobreactúa, y que se vuelven irracionales, ineficaces y, por qué no llamarlo así, perniciosos para la defensa del patrimonio que supuestamente buscan.

Por tanto, difícil panorama para la preservación y la puesta en valor de este bien patrimonial (como podría ser de cualquier otro ejemplo), porque a todo lo anterior habría que añadir la notable dificultad, y esta si que es real, para conciliar los puntos de vista de los tres agentes implicados: propietario (empresarial), municipio  (urbanístico y social) y administración cultural (tutela patrimonial).

En fin, os he narrado uno de tantísimos ejemplos que demuestran una gran ineficiencia social, atribuible desde mi punto de vista a todas las partes, fruto de la dificultad/incapacidad de concertación entre las administraciones públicas, de sistemas de toma de decisiones claramente mejorables, y con seguridad de déficit en la planificación urbanística y patrimonial de nuestras ciudades y territorios, lo que impide que ciertas cuestiones esenciales sobre el alcance de la intervención  en este tipo de bienes, ya esté predeterminado en lo posible  de antemano. Por tanto, en general, y no solo en este caso que nos sirve de ejemplo, se necesario exigir a los tres agentes implicados que actúen con responsabilidad, claro, pero también con flexibilidad: ya que corresponderá a los propietarios y a sus arquitectos (y demás asesores claro) intervenciones ejemplares; como corresponderá a las administraciones claridad en sus planteamientos de protección de modo que una vez establecidos sus criterios no se modifiquen y que sean estables, racionalidad a la hora de establecer las exigencias específicas de protección, eficacia para evitar la superposición de competencias de unas y otras, capacidad de concertar soluciones con otros organismos, y agilidad, toda la agilidad posible, porque no hay actuación empresarial que soporte varios años de tramitación… (¡Con la que está cayendo!) Y porque, en definitiva, el daño del abandono, de la rigidez, o de la demora en la intervención lo sufre en última instancia el patrimonio.

La experiencia nos dice que los mejores edificios históricos suelen ser además magníficos contenedores para usos bien diversos, y que incluso muchos de ellos ya lo han experimentado a lo largo de su vida útil. De ahí que, sin negar que en muchos casos pueda ser conveniente que diversos edificios patrimoniales se destinen a usos equipamentales, no deberíamos obcecarnos con esta medida dado que ni los recursos públicos son ilimitados, ni está claro que el mejor destino para dotar de nueva vida a todos los inmuebles que han quedado obsoletos pase por su uso público. Mas bien al contrario, porque no es tan fácil dotar de nuevo uso a los edificios cuyas funciones originales quedaron obsoletas, sobre todo si se trata de complejos de cierta envergadura. Y, claro, no es posible destinarlos todos a usos museísticos o culturales…

De ahí que, desde mi punto de vista, la clave estaría en determinar, a ser posible a priori, los parámetros específicos que garantizarían la bondad de una intervención futura, obviamente dando prioridad a las cuestiones patrimoniales, y dejar lo más abierto posible el uso final en la medida en que su implantación pueda ser compatible con las necesidades de protección y de conservación de sus valores específicos. Es decir, controlar las intervenciones arquitectónicas y funcionales que los vuelvan a llenar de vida, y no tanto en perdernos en los debates que a la postre impidan su regeneración…

Junto a buenos ejemplos de buenas intervenciones de recuperación y cambio de uso, tenemos lamentablemente otros menos ejemplares, pero sobre todo tenemos innumerables casos de edificios abandonados, sin uso, degradándose a marchas forzadas, en lo que sin duda es un pecado por inacción o por rigidez que no deberíamos permitirnos….

Antiguo Convento de Santa Paula, actualmente con uso hotelero
Antiguo Convento de Santa Paula, actualmente con uso hotelero

Para ello, la experiencia demuestra que los planes específicos para la protección de los centros históricos, los planes directores de los monumentos y bienes más complejos, junto con la elaboración de los catálogos de protección del patrimonio, constituyen adecuadas herramientas para la tutela y también para el impulso de la revitalización del patrimonio heredado.

Plan Especial de Protección y Catalogo del Sector Alhambra. Granada
Plan Especial de Protección y Catalogo del Sector Alhambra. Granada
Plan Director del Conjunto Conventual de San Antón. Granada
Plan Director del Conjunto Conventual de San Antón. Granada
Ejemplo de Ficha de Catálogo de Protección del Patrimonio Cultural
Ejemplo de Ficha de Catálogo de Protección del Patrimonio Cultural