COMPROMETIDOS POR LA RED “I love bicis”

«La Ciudad Comprometida»

Dentro de la serie “Comprometidos por la Red”, os presentamos la web   “I love bicis”. Esta serie la podréis encontrar tanto en la Ciudad Comprometida.  como en la Red de Urbanismo y Medio Ambiente de la Unión Iberoamericana de Municipalistas.

I love Bicis” es un blog dedicado al mundo de la bicicleta urbana, como punto de partida para observar nuestras urbes desde  otra perspectiva. En el podréis encontrar multitud de noticias relacionadas con la bici, entendida como algo mucho más profundo que un simple medio de transporte o de ocio, así como otros temas transversales sobre la ciudad  y nuestra manera de vivirla.

Captura del blog. FUENTE: blogs.elpais.com
Captura del blog. FUENTE: blogs.elpais.com

El blog esta comandado por Pablo León, reportero y ciclista, que escribe desde hace años sobre viajes y cultura urbana, entre otros temas. Comenzó con la bici por las calles de Berlín y desde entonces pedalea en cada ciudad por la que pasa.

I love bicis se acerca a la realidad de la bici urbana, sinónimo de modernidad, responsabilidad ambiental y otro tipo de movilidad. Carriles bicis, políticas de desarrollo, alforjas para ir a la última o las luces más cool. Todo con ganas de reivindicar los pedales.

Y como muestra de los estupendos artículos que podemos encontrar en la web, os destacamos “El Codice Ubano”, donde reflexiona sobre la publicación “Urban Code: 100 Lessons for Understanding the City(“Código Urbano: 100 lecciones para entender la ciudad”) en el que se analiza el paisaje urbano no desde la “perspectiva abstracta de un planificador”, sino  desde el punto de vista de un observador llano, atento a la ciudad que le rodea en el día a día.

FUENTE: blogs.elpais.com
FUENTE: blogs.elpais.com

EL CÓDICE URBANO

Lo que ocurre en las ciudades no siempre es evidente. El día a día está formado por escenas cotidianas que se repiten en un bucle semejante al del día de la marmota. Pensamos que la rutina personal de los habitantes de una urbe marca el ritmo de la misma. Esa afirmación es en parte cierta pero no hay que olvidar que esas personas van a interaccionar con las calles, edificios y parques en función de cómo estén dispuestos: el urbanismo determina la rutina de los ciudadanos. La ciudad tienen una sintaxis; un código no escrito que explica por qué los turistas recorren las calles a diferentes horas que los ciudadanos; las motivaciones de los peatones que se saltan el semáforo en rojo cuando el tráfico es menos ajetreado o las razones por las que las intersecciones actúan como plazas públicas. Apuntes cotidianos que cualquiera puede hacer sentado en un banco; la gente que descansa en los asientos públicos, observa la ciudad con más atención que los caminantes. Usando las calles del SoHo neoyorkino como laboratorio experimental, dos investigadores del MIT (el afamado Instituto Tecnológico de Massachusetts), Anne Mikoleit y Moritz Pürckhauer, han publicado sus conclusiones en Urban Code. Un compendio de lecciones, extrapolables a muchas capitales del mundo, que demuestra que lo más importante para mejorar el urbanismo de las ciudades es observarlas.

 La rutina es el pilar de la vida urbana. Así, las mañanas en los centros son un caos. Durante esas primeras horas del día se concentra la carga y descarga para locales y tiendas. Ocurre en el SoHo, en Madrid o en Londres. Esta costumbre genera previsibles atascos y stress circulatorio en el centro. Suele ser a la misma hora y cualquier habitante lo percibe. Lleva ocurriendo años. A pesar de ello se hacen pocos esfuerzos por cambiarlo; parece que se ha instalado la idea de que el espacio público se utiliza no se piensa.

“Sin espacio público, un sistema social no puede sobrevivir”. Esta frase del arquitecto y divulgador austriaco Christopher Alexander se puede aplicar a las calles actuales. Esas avenidas fueron concebidas como parte de la ciudad, como lugar de encuentro en la misma. Fue así hasta que en los sesenta los coches obligaron al traslado y al acotamiento de esas zonas. La calle pasó a ser un lugar de aparcamiento, de uso pero no de disfrute.

Portada de la publicación. FUENTE: amazon.com
Portada de la publicación. FUENTE: amazon.com

La aglomeración de gente, los paseos bajo el sol o la relación entre las zonas verdes y los lugares en los que nos citamos son algunas del centenar de observaciones, aparentemente casuales, que han realizado los autores del Urban Code. Aunque en el volumen no se habla directamente de la bicicleta, cada una de las lecciones ayuda a comprender la ciudad. No como un mero espacio sino como lugar donde nos relacionamos.

Desde el sillín las urbes se sienten más cercanas. El urbanismo imperante obliga al ciclista a pensar; a escuchar el pulso y el ritmo de la ciudad ya que tiene que escurrirse por ella. Sentir ese latido debería ser la primera tarea de un alcalde y su equipo de urbanismo. En el libro no se descubre nada nuevo: los turistas hacen compras y cargan bolsas con marcas de acá para allá. No es tan evidente que cuando una tienda de una marca regala una bolsa con su logo impreso está haciendo product placement urbano. La realidad de la ciudad en la que vives marca la manera en la que te mueves, el modo en el que te relacionas y afecta directamente a la calidad de vida. Estas observaciones no son extrapolables a todos los lugares del mundo. Cada uno puede hacerlo en su ciudad. No solo para saber donde vive sino porque el ambiente urbano se disfruta más si se entienden los diferentes elementos que lo componen.

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NACE LA «GRAN MOSCÚ»

“La Ciudad Comprometida”

Desde comienzos de este mes de Julio, la capital rusa es bastante más extensa. Lo es porque se ha apropiado “reglamentariamente” de parte de la provincia circundante, bajo la excusa de la deslocalización de instituciones oficiales. En concreto, pretende trasladarlas  desde el Kremlin hasta estos nuevos territorios, atenuando el caos de tráfico y saturación urbana de la capital.

En principio puede parecer una política acertada para una mejor gestión de una gran ciudad, cuya influencia  más allá de sus propios límites urbanos para expandirse por su área metropolitana y entorno más cercano. Y es que la gestión conjunta e integral de las grandes aglomeraciones es una necesidad común a todas las grandes urbes mundiales. Pero hay opiniones que van más allá y plantean otros objetivos no tan sanos tras esta iniciativa. Y todo esto aderezado por un particular “concurso” para definir estratégicamente a la que se ha denominado “Aglomeración de Moscú”. A través del siguiente artículo que hemos encontrado en la prensa digital podéis profundizar en ello.

Moscú. FUENTE: elpais.com
Moscú. FUENTE: elpais.com

La capital de Rusia, con 107.000 hectáreas y 11,5 millones de habitantes, absorbió el pasado domingo 150.000 hectáreas suplementarias y otras 250.000 personas, que se convertirán en “moskvichi”. Esta categoría da acceso a múltiples beneficios sociales en relación a los habitantes de la provincia (pluses salariales y de pensiones y transportes gratuitos para los jubilados, entre ellos).

Pero las divisiones administrativas son una cosa y las realidades, otra. La “nueva Moscú” es solo el inicio de un proceso que puede prolongarse de 15 a 80 años y costar miles de millones de euros. El contenido y la financiación de la empresa, aún bastante nebulosos, son debatidos por las instituciones, desde el ayuntamiento al parlamento, tras el registro burocrático de la voluntad política del Kremlin. Los debates tienen carácter desestructurado y fragmentario, se solapan o se ignoran e incluso parecen cuentos de ciencia ficción. Por sus entresijos asoman los intereses particulares y las concepciones gigantescas que conectan con el pensamiento utópico soviético.

Uno de los aspectos de la ampliación es la planificación urbanística de la llamada “aglomeración de Moscú”. El concurso internacional convocado por el ayuntamiento a este efecto está en pleno apogeo. Los equipos invitados acuden cada mes a la capital rusa para explicar la evolución de su trabajo en seminarios auspiciados por el departamento de arquitectura municipal (Moskomarkitektura).

Dando rienda a su imaginación, los urbanistas extranjeros exponen sus ideas: integrar el río Moscova en la vida de la capital, crear franjas de zonas verdes que atraviesen la urbe de extremo a extremo, organizar nuevos polos de desarrollo en torno a los aeropuertos, desarrollar nuevas tramas urbanas en la periferia, construir una estación central de ferrocarril donde antes estaba el demolido hotel Rossía, junto al Kremlin y, sobre todo,… kilómetros y kilómetros de nuevas líneas férreas y de metro. Los planes, en gran parte, ignoran las peculiaridades del entorno y no contabilizan la infraestructura militar de la ciudad, como el sistema Metro 2, la red secreta de transportes desde el Kremlin, que no es controlada por el municipio.

Los arquitectos de OMA (Office for Metropolitan Architecture) de Roterdam, sobrevolaron la ciudad en helicóptero para descubrir que “nada es lo que parece”. Este principio, que convierte a Moscú en un conjunto fascinante para los exploradores urbanos, es tan válido hoy como en la época soviética, aunque se concreta de distinto modo. Si  en el pasado, las iglesias eran trasteros y las fábricas de camiones, producían tanques, hoy las viviendas son comercios y bloques de oficina y los edificios de cinco pisos de la época de Jruschov (las “jruschovkas”) se han transformado en bloques de múltiples plantas. Además, las dachas tradicionales de madera se han convertido en “cottages” al estilo de la periferia de las ciudades norteamericanas. 

 Los equipos participantes en el concurso internacional, entre los cuales está el estudio de Ricardo Bofill de Barcelona, reciben un total de 250.000 euros por sus proyectos. Los expertos del jurado valoran su trabajo y los sitúan en un ranking que varía mes a mes. El máximo era de 10 puntos y el mínimo, de 5, el listón por debajo del cual el equipo quedaba descalificado. “Se trata de una evaluación del trabajo, pero no un examen escolar”, puntualiza Alexandr Kolontái, vicedirector del Plan General de Moscú y director del seminario.

¿Por qué la ciudad se expande hacia el sudoeste y no en otra dirección? Reinier de Graaf, de OMA, cree que “hay un motivo financiero muy deliberado detrás de estas curiosas fronteras” y afirma que “el ministerio de Finanzas volvió a dibujar las fronteras de la expansión” en vísperas de que ésta fuera aprobada. “Si realmente se querían solucionar los problemas de la ciudad se debería haber comenzado en otra dirección, donde hay más congestión demográfica y más problemas”, me dice. En la región circundante de Moscú viven 7 millones de personas, pero sólo 250.000 de ellas, en el área de ampliación.

Propuesta OMA. FUENTE: www.metalocus.es
Propuesta OMA. FUENTE: www.metalocus.es

Los problemas más graves de Moscú están en el noreste, pero el sudoeste es la zona menos poblada. El valor catastral del metro cuadrado en la ciudad de Moscú, según de Graaf, es de 156 euros el metro cuadrado, pero el valor catastral del metro cuadrado en la región es de 2,6 euros. Así que la recalificación como terreno urbano de la zona absorbida supone unas plusvalías de vértigo.

La socióloga Natalia Zubarévich, miembro del jurado, considera que la ampliación de Moscú con el criterio de abarcar el “máximo territorio con el mínimo de habitantes” “no es racional ni razonable”, beneficiará a las constructoras partidarias de edificar grandes conglomerados de viviendas, y comporta el riesgo de aumentar todavía más la distancia que separa la capital del resto de Rusia. “Este es un ejercicio de planificación urbana en el que gasta una determinada cantidad de dinero en equipos rusos y extranjeros para obtener el máximo de buenas ideas”, señala de Graaf. El ayuntamiento no tiene ninguna obligación de ponerlas en práctica.

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EL PRESIDENTE DE LA FEMP PROPONE RACIONALIZAR LAS COMPETENCIAS DE LOS AYUNTAMIENTOS

“Noticias y Actualidad”

En la línea de los últimos meses, siguen apareciendo noticias y declaraciones sobre la temática de los ayuntamientos, acerca de la conveniencia o no de su fusión, así como de sus competencias. En la siguiente noticia el presidente de la FEMP pide “respeto a la autonomía local”:

El presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, pidió el sábado «respeto» a la autonomía local y subrayó que antes de plantear una «eliminación o agrupación de municipios» habría que pensar en una «racionalización» de los servicios que prestan. Zoido reaccionó de esta forma al anuncio del ministro de Economía, Luis de Guindos, de que el Gobierno va a promover una «racionalización» del número de Ayuntamientos porque es necesario «reducir un gasto público que a veces no es eficiente».

A su juicio, para ahorrar en los Ayuntamientos lo primero que hay que determinar es cuáles son sus competencias, y ello bajo el principio básico de «una Administración, una competencia», principio que impregna el documento elaborado por la FEMP y que se envió ayer al Ministerio de Economía. Dicho documento, según avanzó Zoido, recoge las insuficiencias existentes así como «qué competencias son aquellas que deben delimitarse y concretarse».

Juan Ignacio Zoido, presidente de la FEMP. FUENTE: elpais.com
Juan Ignacio Zoido, presidente de la FEMP. FUENTE: elpais.com

En el documento, la FEMP defiende un «gran pacto político» que comprometa al Estado y las comunidades autónomas a «respetar la configuración básica del sistema» que se establezca a través de la Ley Básica de Régimen Local; así como los principios de autonomía local, proximidad, descentralización y suficiencia financiera.

La FEMP propone, además, que el pacto incluya el compromiso del legislador sectorial y autonómico de abordar, lo antes posible, una revisión de toda la normativa vigente para adecuarla al nuevo marco competencial de las entidades locales.

La federación de municipios pretende llegar a un acuerdo con el Gobierno, para que «en pocos meses, se concreten las competencias que tienen los Ayuntamientos y las Diputaciones y cuales son exclusivas de las comunidades autónomas».

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LAS VÍCTIMAS DEL ‘EFECTO GUGGENHEIM’

«La Arquitectura Comprometida»

Iniciamos aquí una reflexión a raíz del artículo publicado en la prensa digital titulado “Las víctimas del ‘efecto Guggenheim’”, acerca del efecto negativo de la necesidad imperiosa de  numerosas ciudades de querer implantar edificios firmados por arquitectos de renombre con la intención de crear un efecto llamada y colocar dichas poblaciones en los primeros planos de las escena mediática.

El alcalade sevillano junto a un elenco de arquitectos "estrella". FUENTE: elpais.com
El alcalade sevillano junto a un elenco de arquitectos "estrella". FUENTE: elpais.com

 “Cuando el 25 de septiembre de 2006 el entonces alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, se fotografió en el balcón del Ayuntamiento con los arquitectos Norman Foster, Jean Nouvel, Arata Isozaki y Guillermo Vázquez Consuegra, no sospechaba que aquella imagen iba a convertirse en un icono de la cara mala del llamado efecto Guggenheim: tras el éxito del museo diseñado por Frank Gehry en Bilbao, todas las ciudades aspiraban a tener su edificio estrella.”

Sin embargo, no es lo mismo un edificio estrella que un edificio firmado por un arquitecto estrella. Evidentemente se trata de una operación de marketing que trasciende la calidad de las propuestas. No seré yo quien ponga en duda la calidad de sus trayectorias ni la enorme creatividad de sus proyectos, pero no comparto la idea de sustituir los concursos de arquitectura por “castings”. Algo no funciona cuando las ciudades, en vez de querer tener unos buenosedificios capaces de cumplir con su función,  lo que quieren tener es un “Ghery”, un “Hadid” o un “Calatrava”. En ese momento, el nombre del autor sobrepasa la calidad del edificio para convertirse en una mera marca comercial. Casi me atrevería a decir que el edificio no importa. Estaremos de acuerdo en que dichas operaciones de marketing ayudan a reactivar la economía, el turismo, etc… pero, ¿sólo se consigue con arquitectos del “StarSystem”? ¿Y si estos objetivos se consiguieran, además, con buena arquitectura?

Recordemos aquí la noticia aparecida en el diario Ideal de Granada el pasado 23 de marzo de 2007 donde se relata que “Arquitectos de gran prestigio diseñarán cinco edificios de VPO para Emuvyssa” con el fin de “por dotar a la ciudad de diseños que sean referentes en el mundo de la arquitectura”.

Ilustración de José Luis Ágreda y Hombre de Piedra. FUENTE:  revista “Pasajes de arquitectura y crítica” nº71
Ilustración de José Luis Ágreda y Hombre de Piedra. FUENTE: revista “Pasajes de arquitectura y crítica” nº71

“Julián Sobrino, profesor titular de la Escuela de Arquitectura de Sevilla llama a retomar “el discurso de la arquitectura de Andalucía de los años 70 y 80”. “Entonces se pensaba en atender todas las necesidades de las ciudades, los asuntos cotidianos, las VPO, los colegios públicos, los centros de salud”. “Hay que retomar la dimensión utópica y aparcar la mediática”,sostiene Sobrino.

“Hubo una confluencia de intereses entre los promotores inmobiliarios, algunos arquitectos y los partidos políticos. Pensaron que al pueblo se le podía ofrecer una estrella y que seguiría su halo”.

“El problema de muchos de estos proyectos nace, según la arquitecta Elisa Valero, profesora de la Universidad de Granada, de una mala concepción de lo que en su opinión debe ser la ciudad. “No puede ser una suma de objetos a cual más original, tiene que establecer las relaciones más adecuadas posibles con el ciudadano”

Valero cree que su forma de entender la profesión (“servir para solucionar problemas y estar al servicio del hombre”) no es compatible con la arquitectura del “exhibicionismo de estrellas”. “La buena arquitectura da igual de dónde venga”

Ambos arquitectos coinciden en señalar la necesidad de recuperar un lema que, según el profesor de la Universidad de Sevilla, se empleó en una bienal de arquitectura de Venecia: “Más ética y menos estética”.

Y es que muchas veces pecamos de superficialidad. Nos quedamos con un nombre, una imagen, una marca. Nos quedamos con la forma y obviamos el fondo. Deberíamos dedicar más tiempo en elegir las propuestas más adecuadas que en relaciones públicas y fotos promocionales. Porque muchas veces le damos mayor importancia a la imagen que damos al exterior que a la calidad de vida de los propios ciudadanos, que al fin y al cabo son los que deberían disfrutar el día a día de estos edificios. La arquitectura, no lo olvidemos, está llamada a formar parte de las ciudades, no de catálogos o revistas.

Puedes leer el artículo completo en el siguiente ENLACE.

Jose Miguel de la Torre Sarmiento, arquitecto de GRarquitectos

LAS CIUDADES NO SE ATREVEN CON LOS COCHES

«La Ciudad Comprometida»

Hemos encontrado en la prensa digital este interesante artículo sobre el Plan Nacional de Mejora de Calidad del Aire que aprobó Consejo de Ministros en noviembre y su difícil implantación en nuestras ciudades a día de hoy por múltiples motivos, que en el texto quedan claramente expuestos.   Pero en nuestra opinión, su dificultad no debe ser impedimento para caminar en esta dirección aplicando con valentía las medidas necesarias:

Los tubos de escape son los principales causantes de la polución en las grandes urbes, pero los Gobiernos no quieren, no pueden o no se atreven a frenar su proliferación de forma tajante.

El plan del Ministerio de Medio Ambiente es un Libro Blanco lleno de buenos propósitos que en su mayoría competen a autonomías y, sobre todo, a los municipios. Las Administraciones locales y autónomas lo miran como un manual de buenas prácticas que puede servir como referencia, pero no como una hoja de ruta a la que seguir punto por punto. Consta de 90 medidas, pero carece de memoria económica. «Es ideal. Es muy bonito y muy bueno, pero cuesta dinero y hay que ver quién lo financia», resume el director general de Calidad Ambiental de la Comunidad Valenciana, Vicente Tejedo. Aunque ha sido consensuado con comunidades autónomas y municipios, los del PP -es decir, la mayoría-, echan en falta una financiación que lo sustente, porque muchas de las propuestas verdes que incluye -renovación de flotas de vehículos, creación de aparcamientos disuasorios, aumento en la frecuencia del transporte público, abaratamiento de sus títulos, creación de carriles bici, por poner unos cuantos ejemplos- son costosas. Consultadas las grandes ciudades españolas, las que más polución soportan y por tanto las que más necesitan mejorar la calidad de su aire, ninguna apuesta por desarrollar actuaciones inmediatas ni un cambio apremiante en su planificación medioambiental como consecuencia del plan.

FUENTE: elpais.com
FUENTE: elpais.com

Las pegas de índole económica por parte de las Administraciones responden a una visión cortoplacista, según la mayoría de los expertos consultados. Argumentan que el ahorro que se produce a medio y largo plazo en gasto sanitario compensa con creces las inversiones para reducir la polución.

Más allá de inconvenientes puramente contables y de las penurias en las cuentas de las Administraciones, José María Baldasano, catedrático de Ingeniería Ambiental de la Universidad Politécnica de Barcelona, asegura que hay una clara falta de voluntad política para ejecutar verdaderos cambios. «Falta decisión con los coches. Hay una prevención excesiva por parte de las comunidades y municipios de abordar el tema del tráfico y ahí hay un problema serio. Es verdad que hubo un momento que se necesitaba el coche como motor de dinamización, pero el péndulo ha pasado al lado opuesto y ahora las ciudades están saturadas». Propone dos soluciones que califica de muy efectivas y baratas: limitación de la velocidad y restricción de los vehículos a determinadas zonas. «No se trata de atacar al coche, como se pretende hacer creer desde el ámbito neoliberal. Son medidas efectivas y de coste limitado que, eso sí, se tienen que complementar con otras, como la mejora del transporte público o la modernización de la flota circulante».

El que las competencias para gestionar estas mejoras del aire conciernan a varias Administraciones y, dentro de ellas, a diferentes organismos, tampoco ayuda a que las medidas se puedan concretar de la noche a la mañana. La legislación y la normativa están en poder de las comunidades autónomas y el Gobierno central, pero son las ciudades las que tienen que ejecutar buena parte de las acciones. Una de las medidas más visibles para los ciudadanos dentro del plan del aire es la creación de etiquetado para los automóviles en función de cuánto contaminan y la restricción al tráfico rodado en determinadas zonas de las ciudades siguiendo esta clasificación. Sobre las pegatinas, todavía nadie sabe cómo se van a arbitrar y colocar. «El plan está recién creado y ahora se están reuniendo los técnicos de los departamentos competentes para ver cómo se desarrolla», asegura una portavoz del Ministerio de Industria. Respecto a las Zonas Urbanas de Atmósfera Protegida, aquellas en donde las localidades podrán restringir el acceso a determinado tipo de vehículos, tampoco habrá grandes cambios en el corto y medio plazo, a tenor de la respuesta que dieron los Consistorios.

FUENTE: marm.es
FUENTE: marm.es

Todos los pasos, por pequeños que sean, son positivos en opinión de los expertos consultados, que ven en el plan un buen modelo si se llegase a implementar. Pero en su opinión hace falta decisión para seguirlo. «El panorama es desolador. No hay ninguna voluntad real», afirma Paco Segura, de Ecologistas en Acción. Pone el ejemplo de la limitación de velocidad que se puso en marcha en el entorno metropolitano de Barcelona en 2007 que, «pese a suponer un descenso de la contaminación del 15%, la Generalitat se lo ha cargado». «Los carriles de acceso a las ciudades preferentes para autobuses y vehículos de alta ocupación (VAO) son un gran ejemplo, pero solo tenemos el de la A-6 de entrada a Madrid. El Gobierno, que ahora quiere fomentarlos, no ha hecho nuevos desde 1995, se dedica a los AVE y las autovías. Las restricciones de tráfico a las zonas más saturadas de polución funcionan en 400 ciudades europeas, aquí ninguna de las importantes, de las que realmente lo necesitan, lo ejecuta», resume.

Tomás Santacecilia, del Real Automóvil Club de España (RACE), comparte soluciones como los carriles bus-VAO, pero no otras como la restricción de vehículos a determinadas zonas de las ciudades: «Con esta medida lo único que estamos haciendo es trasladar el problema de la contaminación a zonas periféricas de la ciudad, en otras palabras, trasladar el problema a otro sitio. Como medida eficiente se trataría de potenciar, fomentar e incentivar la compra y adquisición de vehículos nuevos, menos contaminantes y más respetuosos con el medio ambiente».

Esto último también está en el plan del ministerio: continuar con las subvenciones a los vehículos eléctricos y hacer un llamamiento a las ciudades para que faciliten su circulación y aparcamiento, para que los conductores con coches verdes tengan ventajas añadidas. Paradójicamente, al mismo tiempo, el Gobierno también ha primado la adquisición de vehículos diésel, los que más dióxido de nitrógeno generan, al grabar este combustible con menos impuestos que la gasolina

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