«El Territorio Comprometido»
Los “Geolodías” son jornadas divulgativas a nivel nacional en las que a través de diferentes actividades se pretende acercar el conocimiento de nuestro entorno desde el punto de vista de la Geología, asi como de la profesión de geólogo. Básicamente, son excursiones en el campo donde los guías geólogos comparten su conocimiento de una manera didáctica y entretenida, permitiendo observar estos lugares con ojos geológicos, y vislumbrar algunos aspectos de cómo funciona la Tierra sobre la que vivimos y de cuyos recursos naturales dependemos totalmente. Es también una manera de sensibilizar a la población sobre la importancia y necesidad de proteger nuestro patrimonio geológico.
El Geolodía 2013 en la provincia de Granada se celebró el pasado 12 de Mayo y tuve la ocasión de asistir con varios compañeros de GRarquitectos. Bajo el título de «Deslízate a conocer el oro de Granada», consistía en la visita a una antigua mina de oro Romana en la Lancha del Genil y a un deslizamiento de terrenos en el Valle del Darro.
El recorrido que realizamos, que podéis observar en el mapa a continuación, transitó entre el valle del Rio Genil y del Rio Darro. Organizados por paradas explicativas en distintos puntos del recorrido, especialistas nos fueron explicando las posibles causas del deslizamiento de tierra, aun activo, que se viene produciendo desde las copiosas lluvias de hace dos años y que ha llegado desviar parcialmente el cauce del rio Darro.
El Canal de Los Franceses discurre por encima del deslizamiento y sus continuas pérdidas pueden ser uno de los factores antropicos que han contribuido al deslizamiento.
Cabecera del deslizamiento, cada vez con una cota más alta, puede llegar a afectar al Canal de Los Franceses.
Pero sin duda, en mi opinión, la parte más atractiva de la jornada fue la visita a la antigua mina de oro de “Ruina Montium”, denominada así por el método de extracción utilizado.
En esta foto se pueden apreciar los enormes desmontes provocados por el sistema de explotación “Ruina Montium”:
En este lugar el oro no se encontraba en filones, sino disgregado en el material resistente pero poco compacto que forma estas laderas, el denominado «Conglomerado Alhambra». Para mover grandes cantidades de tierra hasta el rio para poder lavarlo y separarlo, se establecían una serie de túneles en el terreno que posteriormente se llenaban de agua procedente de unos depósitos situados en las partes más altas, provocando la rotura de la montaña tal y como se aprecia en el siguiente gráfico:
La mina, situada en la parte alta de la Lancha del Genil, tuvo dos momentos de explotación. En la época romana tuvo su primera etapa, donde se captaba el agua del rio Beas, afluente del Darro. Esta infraestructura esta actualmente muy deteriorada y prácticamente perdida. A finales del siglo XIX, se retomó su explotación por parte de una compañía francesa. En esta ocasión, con un método distinto, pero con el agua igualmente necesaria, se hubo de tomar de un afluente del Rio Genil, pues, casi dos mil años después de los romanos, la toma desde el Darro no era factible pues gran parte de su caudal se había aprovechado para el sistema hidráulico de la Alhambra. Pero la infraestructura de conducción, que ya hemos comentado anteriormente (“El canal de los franceses”) ha perdurado hasta nuestros días y se utiliza en la actualidad para llevar agua a la planta potabilizadora de Cenes.
Paisaje resultante de la acción humana que recuerda al famoso paraje de las Medulas, en León, explotación análoga a la granadina, pero a mayor escala. En todo el recorrido se puede observar gran cantidad de elementos de infraestructura e ingenieria de la antigua mina.
Actualmente, con la subida del precio del oro, la ley de la mina (gramos de oro por metro cubico de terreno) posibilitaría en términos económicos su explotación. Pero son muchas y sensatas las razones por las que no sería factible, como la falta de agua, la contaminación y la presencia de la Alhambra.
En conclusión, esta jornada ha hecho evocar una olvidada pero relativamente reciente Granada de bateadores de oro en el rio Genil y en el Darro, pero sobre todo, la existencia de un patrimonio a difundir y poner en valor como ya se está haciendo desde el Plan Especial de Protección de la Alhambra.
Gracias a la organización por un estupendo día.
Jesus Maria Cuesta Guerrero, Arquitecto de GRarquitectos