Estoy pensando esta mañana que quizás sea buena idea ir rescatando del baúl de La Ciudad Comprometida algunas de mis reflexiones de hace años porque, paradójicamente, no solo no han perdido actualidad y frescura, sino que parecieran más vivas que nunca… Así nace hoy una serie que llamaremos “Decíamos ayer”.
Veréis, hace justamente 8 años os conté unas declaraciones del admirado arquitecto RAFAEL MONEO (uno de los grandes arquitectos del mundo, el único español que posee un premio Pritzker, considerado como el Nobel en su disciplina) en la que daba su opinión sobre los nuevos proyectos arquitectónicos que estaban teniendo lugar en la ciudad de Sevilla.
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Hace unos días tuvimos la oportunidad de oír de nuevo a Moneo. La semana pasada ya hicimos una reflexión sobre su visita, que podeis recordar aqui:»Válgame Moneo«. Esta vez nos habló de dos obras y un proyecto en los que el arquitecto, maestro de maestros, nos mostraba en distintas escalas cómo las condiciones de partida del encargo pueden hacen variar el resultado final: desde la trama impuesta de la Universidad de Corner en Nueva York materializada en un prisma más de la gran manzana, pasando por la poesía seca y bella, intimista y oteiziana, de la pequeña parroquia donostiarra junto al Urumea (con sorpresa en el sótano); y para terminar, como no, la controvertida estación del AVE de Granada.
Solo un breve comentario al hilo del proyecto de Moneo para Granada:
El análisis previo para justificar la situación de la estación es obvio para cualquier técnico, ya sea arquitecto o ingeniero de caminos, como obvio resulta para cualquiera que sea usuario del tren: lo que diferencia al AVE del avión es que el primero te lleva al corazón de la ciudad (ahí están los ejemplos de Madrid, Sevilla, Barcelona, Valencia, Málaga….). Granada tiene una gran superficie de uso ferroviario en su corazón, no aprovecharlo sería un gravísimo error que pagarían muchas generaciones. Y la clave y el acierto del proyecto de Moneo está en apostar por el Camino de Ronda como la gran puerta de acceso a la estación, pero con unas impresionantes vistas de la Alhambra y de Sierra Nevada, algo solo posible en Granada, en ese sitio, y de ese modo. Por supuesto estación y acceso del AVE soterrados, cosiendo ciudad y creando nuevas oportunidades. Si hay que esperar mejores tiempos, espérese y hágase una terminal provisional donde puedan llegar los trenes de alta velocidad. Ya llegara el momento de hacer la definitiva, pero por favor, no se yerre otra vez. Ya tenemos suficiente con el tortuoso trazado del metro ligero que cruza serpenteando, no se sabe muy bien cómo, salvando el espacio natural para la gran actuación ferroviaria que Granada se merece en este inicio de siglo XXI.
Me pareció que Moneo no sabía (o, quizás diplomáticamente, no quiso demostrar que lo sabía) que en el año 2000, con el acuerdo de treinta y dos municipios de la aglomeración urbana de Granada, la Junta de Andalucía aprobó un plan que proponía que el transporte metropolitano, al entrar en la capital, debía abrirse en dos ramales que discurrirían por dos de sus calles más importantes, trazadas entre el final del s. XIX y el primer tercio del XX: la Gran Vía y el Camino de Ronda. De haberse ejecutado el trazado del metro ligero propuesto por el POTAUG se habría conseguido casar bien con la acertada propuesta de Moneo para la estación de Granada, consiguiendo además una limpia intermodalidad entre el tren de alta velocidad y el transporte metropolitano con plataforma reservada en superficie, abrazando éste a la nueva estación por el Norte y por el Oeste, con dos paradas, una por cada ramal, una en la parte superior de Andaluces y la otra en el inicio del Camino de Ronda frente a la bella ventana panorámica planteada por el arquitecto navarro.
Buenas ideas. Al final, tras la conferencia, vi a Moneo acorralado.
Gabriel Fernández Adarve, Arquitecto de GRarquitectos
El pasado 22 de diciembre salió publicado en El Correoel artículo que reproducimos a continuación y que da título a esta entradilla sobre Rafael Moneo y su opinión sobre los nuevos proyectos arquitectónicos que están teniendo lugar en la ciudad de Sevilla. Ante los arquitectos sevillanos en la Escuela de Arquitectura de la ciudad, el tudelano universal volvió a brillar con su exposición clara, sincera y directa.
Rafael Moneo, uno de los grandes arquitectos del mundo, el único español que posee un premio Pritzker (considerado como el Nobel en su disciplina), no entiende cómo en Sevilla se está levantando el proyecto Metropol Parasol de la Encarnación: «Es incomprensible, da rabia que se dé pie a algo así cuando esta ciudad siempre fue muy respetuosa con su casco antiguo«.
«Es inesperado en el peor sentido de la palabra». «Sevilla no debió estar pendiente de vaivenes de la moda». Con estas palabras, el autor de obras como el Museo de Arte Romano de Mérida, el Palacio del Kursaal o la ampliación del Prado criticó la construcción del Metropol Parasol del alemán Jürgen Mayer, junto «a San Pedro», según apuntó el arquitecto tras su conferencia en la Escuela de Arquitectos de la Universidad de Sevilla, una «lectura apresurada» de su libro (Apuntes sobre 21 obras, publicado por la editorial Gustavo Gili) con la que quiso transmitir a un auditorio abarrotado que las obras arquitectónicas no pueden aislarse. A su juicio, la elección del suelo y del lugar cuenta, y mucho.
El gran maestro de la Arquitectura, broche de oro del ciclo de conferencias con motivo del 50 aniversario de la Escuela de Arquitectos, aseguró a este periódico tras su exposición de más de dos horas que el caso de Sevilla debe servir para «reflexionar sobre cómo actuar en una ciudad histórica».
«Una ciudad como ésta no debe estar tan preocupada de que la consideren una ciudad moderna», apostilló tras cuestionar también la construcción de la torre de César Pelli en la Isla de la Cartuja.
«La torre tendría menos importancia si se tratase en un conjunto de torres próximas al aeropuerto de San Pablo (una de sus dos obras en Sevilla) o la estación. Pelli hizo cientos de torres y seguro que será decente, pero la imagen de Sevilla está ligada a la Giralda y competir con ella no es necesario», argumentó Moneo. En su opinión, la torre debió construirse, dentro de un conjunto, en otro lugar, «como los aledaños del Sánchez Pizjuán o más allá». Y es que, tal y como está diseñado el rascacielos de Cajasol, «las dejan a las dos solas», en alusión a la Giralda y a la Torre Pelli.
Moneo considera que la Arquitectura actual vive un momento de «desajuste» porque el uso de las nuevas tecnologías para recrear obras no viene acompañado por nuevos materiales ni nuevas técnicas de construcción. Por eso, admitió ante los alumnos de la Escuela que él prefiere las maquetas a las recreaciones digitales. Y es que su obra busca la durabilidad y el diálogo con la evolución histórica.
Además, el arquitecto navarro aseguró que le gustaría construir su edificio para el Prado, pero advirtió de que el Gobierno municipal actual nunca le llamó para recuperarlo. «Retomaría el guante si me lo lanzaran de nuevo porque me gustaría hacer algo en Sevilla, claro», dijo. Sin embargo, su edificio administrativo para el Prado sigue sin ver la luz.
Sobre sus dos obras sevillanas, recogidas en su último libro, no quiso profundizar, pero ofreció pinceladas de su visión. Con el aeropuerto de San Pablo intentó que la transición del coche al avión fuese «grata», «no sé si lo llegué a conseguir», apostilló tras preguntar a los asistentes (entre ellos, los arquitectos Antonio Cruz y Antonio Ortiz, Víctor Pérez Escolano, Antonio Barrionuevo, José Ramón Sierra y Gonzalo Díaz Recasens) si un elemento como las cúpulas pueden rescatarse hoy y organizar una infraestructura como un aeropuerto. Sobre el edificio de Previsión Española emplazó a otro encuentro «porque es un proyecto con mucha historia».
En esta nueva entrega compartimos con todos los lectores de LA CIUDAD COMPROMETIDA el enlace de la VII Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo, la presentación de la Estación del AVE de Granada por Rafael Moneo y el interesante artículo El Mundo se hace Urbano del Consultor en Descentralización, Gobierno y Desarrollo Local, José Luís Furlán. Continuar leyendo →