ALPUJARRA CENTRAL. ÓRGIVA-CADIAR.Observatorio virtual del Paisaje Mediterráneo (6)

«El Territorio Comprometido»

Las Alpujarras (granadina y almeriense) constituyen una de las comarcas andaluzas con mayor personalidad paisajística y cultural. Dentro de ella, la Alpujarra Central coincide con el corredor intramontañoso del río Guadalfeo, que separa las vertientes meridionales de Sierra Nevada de las sierras prelitorales mediterráneas (sierras de Lújar y de la Contraviesa). Los fondos de valle, más o menos dilatados a partir de la tectónica de hundimiento y las aportaciones aluviales de los ríos y afluentes que drenan este espacio, acogen los más importantes núcleos de población estable (Órgiva y Cádiar), así como cultivos de huerta y vegetación termófila, es decir, que requiere mesoclima cálido. A su vez, las laderas, que presentan generalmente fuertes pendientes, acogen un paisaje agrario extremadamente complejo, basado en un mosaico de cultivos anuales y frutales, dispuestos muy a menudo en formas aterrazadas, que comparten el espacio con bosquetes de encinares, nogales o castaños, así como alamedas y saucedas en barrancos y ribazos. Un complicado sistema de riego, de origen en gran parte medieval, y fundamentado en los singulares “careos de la alta montaña y la regulación de torrentes, para los cultivos de ladera, y en el sistema tradicional de derivaciones del curso fluvial en los cultivos de fondo de valle, permite la presencia de numerosas zonas regadas. Incluso se benefician espacios no agrícolas dado que filtraciones y derrames en las acequias de tierra y piedra humedecen algunos paños de ladera, permitiendo con ello una mayor diversidad vegetal y la presencia de ejemplares con mayores exigencias hídricas que los propiciados directamente por las condiciones climáticas. Un denso poblamiento de pequeños núcleos rurales se organiza también en una sucesión altimétrica, desde los pequeños pueblos y aldeas encajados en las altas vertientes, por encima de los 1.000 metros (por ejemplo, Capileira, Cáñar y Soportújar), hasta los centros rurales del fondo del valle que funcionan como cabeceras comarcales. Aún así, las zonas propicias para el aprovechamiento agrícola, esencialmente los paños de ladera modelados sobre los micasquistos nevadenses, son las que acogen un mayor número de asentamientos y las que, por ende, conforman el paisaje alpujarreño prototípico: un paisaje donde lo natural y cultural se funden maravillosamente y que, no debemos olvidar, es manifiestamente frágil por la necesidad de mantener activo el sistema de riego, de terrazas y balates, de diversidad genética en sus cultivos, de aprovechamiento integral agricultura-ganadería-silvicultura, de tipos y formas constructivas, etc., en una comarca afectada tanto por procesos de despoblamiento, como por el desequilibrio de su pirámide poblacional. 

  

  

1.     Puertos de montaña

Entre la Sierra de los Guájares y Sierra Nevada, el Puerto del Suspiro del Moro (860 metros), divide la escorrentía superficial hacia el Genil, al norte, o hacia el Dúrcal-Guadalfeo, al sur. Todo un lugar cargado de historia (la conquista castellana de Granada, sobre todo) y romanticismo. 

2.     Turismo de balneario

Lanjarón, referencia hidráulica de Sierra Nevada, desagua sus limpias y puras aguas en el valle del Guadalfeo. Las propiedades minero-medicinales de sus afloramientos han generado, de una parte, procesos industriales de embotellado y comercialización del agua; de otra, un lugar propicio para balneario-terapia y turismo rural.

 3.     Poblamiento mixto

El poblamiento tradicional tiene carácter mixto, pues el prácticamente concentrado del fondo de valle (Órgiva) se combina con el diseminado de las laderas, donde son numerosos los núcleos de población, tanto en forma de pueblos como de cortijos de montaña, que se distribuyen entre huertas y cultivos leñosos en terrazas. 

4.     Laderas de matorral

Las laderas de Sierra Lújar y de la Contraviesa, con materiales principalmente carbonatados la primera y metamórficos (micaesquistos) la segunda, y bajo clima mediterráneo subseco, originan suelos mayoritariamente pobres cubiertos de matorrales (retamas, aulagas, tomillos, espartos…). 

5.     Cumbres nevadas

Las altas laderas y cumbres de Sierra Nevada, por su aislamiento geográfico y sus condiciones ambientales caracterizadas por largos periodos presididos por la cubierta de nieve, constituyen un espacio natural excepcional en el ámbito mediterráneo. Su declaración como Parque Nacional y Reserva de la Biosfera avalan, sobre todo, sus valores faunísticos (avifauna, invertebrados, especies cinegéticas) y florísticos (endemismos nevadenses, muchos de ellos exclusivos). 

Cádiar, pueblo situado en el centro geográfico de la Alpujarra, y regada por el río Chico, forma un entramado de huertas periurbanas de gran tradición.
Cádiar, pueblo situado en el centro geográfico de la Alpujarra, y regada por el río Chico, forma un entramado de huertas periurbanas de gran tradición.
 

A medida que se baja en altitud y se penetra hacia el este, por ejemplo en la zona de contacto entre la depresión del río Cádiar y La Contraviesa, el paisaje manifiesta una progresiva aridez climática y los seres vivos deben adaptarse tanto a la precariedad hídrica como al sofocante calor estival.
A medida que se baja en altitud y se penetra hacia el este, por ejemplo en la zona de contacto entre la depresión del río Cádiar y La Contraviesa, el paisaje manifiesta una progresiva aridez climática y los seres vivos deben adaptarse tanto a la precariedad hídrica como al sofocante calor estival.
Por Sonia Garcia Moreno, Ingeniera de Caminos de GRarquitectos & Miguel Angel Sánchez del Árbol,  Geógrafo y Urbanista. Colaborador de GRarquitectos

VEGA DE GRANADA (LOJA), Observatorio virtual del Paisaje Mediterráneo (5)

Hoyas y vegas Béticas

Fragmento paisajístico del Surco Intrabético, este se encaja aquí entre las escarpadas laderas de la Sierra de Loja. La alargada vega es aquí un pasillo estrecho entre las amplias extensiones de la Hoya de Antequera y la Vega de Granada, con un referente urbano central como la ciudad de Loja a orillas del río Genil. El entorno serrano del valle ofrece un paisaje intensamente desforestado, en el que se intercalan manchas olivareras y zonas de pinares de repoblación. El contrate topográfico y paisajístico entre el humanizado fondo de valle y los roquedales calizos que lo enmarcan, característico de buena parte del ámbito del Surco Intrabético, tiene aquí uno de sus expresiones más contundentes y singulares.

La ciudad media de Loja ocupa históricamente una posición central en la llanura aluvial como bastión defensivo dentro de la frontera medieval andaluza. La expansión contemporánea sobre la vega regada se ha direccionado sobre la red viaria. 

1.     El espacio agrícola

La Vega es un espacio agrícola de una gran personalidad paisajística. La existencia de agua, tanto superficial como subterránea, y la calidad de los suelos, ha permitido una ocupación densa y prolongada del suelo, lo que ha contribuido a generar una trama parcelaria y una diversificación de usos extremadamente compleja y rica en componentes (canales y acequias, setos y linderos variados, caminos rurales). Un aspecto que ha proporcionado singularidad y personalidad a la Vega lo constituyen las choperas, parcelas con plantaciones intensivas de estas especies madereras de rápido crecimiento.

2.     Pasillo viario

Las vías de comunicación han tenido una presencia significativa en el paisaje de la Vega, como corresponde a su condición de pasillo natural que ha sido permanentemente utilizado a lo largo de la historia. Las recientes infraestructuras viarias no han hecho más que reforzar esa presencia.

3.     Barrancos y laderas escarpadas

Los barrancos y cauces angostos han permitido, en todo caso, la penetración humana en la sierra. Por el contrario, las escarpadas laderas, que sobresalen por encima de las lomas cultivadas del piedemonte (olivares y frutales), soportan un uso forestal (encinares y pinares a más altura), que culmina en los pastizales de montaña.

 4.     Parcelario menudo

La presencia de un parcelario minifundista, a veces extremo, es un rasgo de muchas zonas de la Vega y contribuye en gran medida a marcar su impronta paisajística, reforzando la imagen de espacio complejo y diverso. La diversidad de usos agrícolas que se suceden entre las parcelas contribuye a reforzar la variedad cromática de la Vega.

5.     Laderas olivareras

En las laderas de la Vega, en zonas de mayor pendiente y suelos más pobres, dominan las plantaciones de frutales de secano (sobre todo el olivar).

Vista de Loja, su vega más cercana y las ruinas de la Alcazaba.
Vista de Loja, su vega más cercana y las ruinas de la Alcazaba.
Refugio el Puerto, en la sierra de Loja.
Refugio el Puerto, en la sierra de Loja.
Río Genil, elemento vertebrador y generador de la Vega de Granada.
Río Genil, elemento vertebrador y generador de la Vega de Granada.

 Carmen Patricia Comino Ariza, Arquitecta de GRarquitectos

ÁREA METROPOLITANA DE CÓRDOBA, Observatorio virtual del Paisaje Mediterráneo (4)

Hoyas y vegas Béticas

El río Guadalquivir es un eje central de la geografía física y humana de Andalucía. A lo largo de su curso se suceden algunas de las principales ciudades históricas de la región, verdaderas ciudades fluviales, tanto desde el punto de vista del paisaje como de las funciones urbanas que históricamente se han apoyado en esa posición ribereña.

De esta manera, la confluencia de río y ciudad ha generado algunos de los paisajes urbanos más singulares y representativos de Andalucía, paisajes en los que un elemento natural de gran potencia, como es el cauce fluvial, se incorpora a una trama urbana que construye, a veces, frente a la ribera, su límite y fachada más noble y emblemática. Se han creado de esa manera frentes urbanos de una notable calidad paisajística en los que se logra una buena integración del río a la ciudad.

La vista muestra el emplazamiento actual de la ciudad y es buen ejemplo de una expansión urbana que ha segregado sus usos valorizando social y económicamente las ventajas y preferencias de lugares y paisajes. La vieja ciudad romana y califal, anclada en las márgenes del río, crece contemporáneamente ocupando dos ámbitos de contraste: la ciudad residencial de baja densidad asentada sobre las privilegiadas laderas de la sierra y la más densa masa residencial ocupando en altura los terrenos de la vega. Más allá una periferia en la que el antiguo parcelario agrícola es sustituido por desordenadas ocupaciones urbanas e industriales.

1.     El escarpe de Sierra Morena

Elemento topográfico dominante y mirador privilegiado hacia la aglomeración urbana cordobesa. Tradicionalmente exento de construcciones (salvo determinados hitos de carácter religioso), los últimos decenios han visto como se colonizaba urbanísticamente ciertas zonas privilegiadas de sus inmediaciones.

2.     La ciudad de Córdoba

Sobre la Vega del Guadalquivir, la expansión urbana ha ido colmatando los terrenos aluviales de regadío de la margen derecha del río y ha colonizado las terrazas y el piedemonte de Sierra Morena. La prolongada historia urbana de Córdoba hacen de ella, en expresión afortunada, “una ciudad antológica”.

3.     El paisaje campiñés

Desde la ciudad, el paisaje de la margen derecha es representativo de las campiñas de secano del Valle del Guadalquivir. Un espacio exceptuado históricamente de la urbanización, tierras cerealistas y olivareras organizadas por cortijos dispersos.

4.     La Vega

La llanura aluvial del Guadalquivir tuvo tradicionalmente una dedicación agrícola y de regadío. El crecimiento urbano contemporáneo ha tomado esa dirección con un proceso de urbanización difuso y escasamente ordenado. Como resultado de ello los espacios agrícolas han terminado por constreñirse a zonas marginales, bolsas de suelo aisladas y a la espera de su ocupación urbana o suburbana.

5.     El río Guadalquivir

La vegetación de las riberas del Guadalquivir destacan como casi exclusivo terreno arbolado en la Vega y en la lejana campiña. El Guadalquivir se acerca a la ciudad histórica a través de acusados meandros que horadan los materiales campiñeses.

 

Panorámica de Córdoba desde la Sierra
Panorámica de Córdoba desde la Sierra
Vista de Almodóvar del Río y de la vega del Guadalquivir desde el Castillo de Almodovar
Vista de Almodóvar del Río y de la vega del Guadalquivir desde el Castillo de Almodovar

Vista de Córdoba, 1850
Vista de Córdoba, 1850

Córdoba está hacia el occidente del río grande. El reino de Córdoba se encuentra al oriente del reino de Sevilla, en los lados meridional y oriental del reino de Badajoz y en la parte meridional del reino de Toledo, cuya ciudad está desde Córdoba entre el septentrión y el oriente, como unos siete días. El perímetro de Córdoba es de 30.000 codos, y es Córdoba de las más grandes ciudades de Andalus. Está fortificada y tiene una muralla de piedra de gran espesor. El número de mezquitas se eleva a mil y el de los baños a setecientos. En Córdoba hay siete puertas, y su patronato, llamado Elamin, se encuentra en la parte occidental de la ciudad de Medina Azahara, que se asienta al pie de una montaña.

Ismael Imad-ab-Din-al-Ayubi (Abulfeda), principe árabe natural de Damasco, guerrero, historiador y geógrafo, Siglos XIII y XIV

Por Almudena Garcia Mezcua, Arquitecto de GRarquitectos