Hace unos días asistí a un taller celebrado en uno de los municipios andaluces de tamaño medio, a cuentas del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) que su ayuntamiento nos tiene contratado. Asistían…
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Me ha encantado leer un reportaje de la revista VIDA ECONÓMICA, la revista empresarial de Málaga, en el que se da cuenta de la modernización que se ha producido en las principales ciudades de esta provincia como consecuencia de las políticas de peatonalización llevadas a cabo en sus centros históricos. Y lo explica uno de los alcaldes: “La reestructuración de los centros históricos es una realidad que se plasma en casi todas las ciudades: lo que hace años era inconcebible (ir al centro sin coche) hoy es básico. Ahora el ciudadano busca no escuchar el ruido de los motores y encontrarse con un centro urbano abierto, hecho para él y por el que pueda pasear y comprar sin obstáculo alguno”
Por eso, me agrada exponeros que en el reciente Plan de Ordenación y Protección del Casco Antiguo de Guadix se ha definido un nuevo modelo de movilidad urbana sostenible.
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Siguiendo con la temática de estos días sobre los nuevos planes de movilidad urbana, como podíamos olvidarnos del de Granada. En otras entradas de nuestro blog ya nos hicimos eco del nuevo plan de movilidad sostenible que se ha puesto en marcha en la ciudad, por eso en este nos queremos centrar en el nuevo modelo de transporte público que antes de que termine el año probablemente sea una realidad.
Así el nuevo sistema de transporte urbano “Se configura como una red integral, que tiene en cuenta los distintos modos de transporte público, urbano y metropolitano. Las líneas de todos los barrios enlazan con una Línea de Alta Capacidad, que recorrerá el centro de la ciudad en exclusiva; líneas directas llevarán a los viajeros del sur al norte, y viceversa, pasando por el Camino de Ronda, mas las líneas universitarias, que conectarán todos los centros estudiantiles.”
Lo que se ha pretendido es implantar un sistema mas moderno y accesible para todos los ciudadanos y más acorde con el modelo de sostenibilidad urbana y respecto al medio ambiente.
La columna vertebral del mismo será una Línea de Alta Capacidad (LAC) que discurrirá por el centro con una frecuencia de unos 3 minutos, y luego una serie de autobuses y metro que distribuirán a los pasajeros por los diferentes barrios, a partir de las zonas de intercambio.
En estas zonas de intercambio los pasajeros podrán enlazar con otros medios de transporte publico como metro, autobuses metropolitanos o líneas de autobuses urbanos hacia los diferentes distritos.
Ahora que el nuevo sistema de transporte urbano es casi una realidad comienzan a elevarse el tono de las críticas desde múltiples sectores. Desde vecinos de barrios como el Norte, que dicen sentirse perjudicados por le nuevo plan, a vecinos comerciantes del centro en desacuerdo con la peatonalización de ciertas calles. Lo cierto es que todavía estamos a la espera de ver los resultados de esta nueva iniciativa, que se augura muy positiva para nuestra ciudad. Muchos medios de comunicación local ya se ha echo eco de la reciente publicación de las nuevas líneas de autobus.
Algo que es innegable es que el uso de la bicicleta en todas las ciudades españolas crece día a día. Basta con salir a la calle cualquier de lunes a domingo y a cualquier hora. Aunque su lleva implantada muchos años, hasta ahora la función principal que la sociedad le asignaba era asociada su carácter lúdico, de fin de semana o deportivo. Es relativamente reciente su auge como verdadero medio de transporte alternativo de carácter urbano.
Aunque es incontestable su contribución a la mejora de los desplazamientos urbanos, como toda “revolución”, trae aparejada controversias y distintas maneras de encauzar este nuevo afluente de movilidad que ha desembocado en la ciudad. Se están sucediendo en muchas ciudades españolas planes de movilidad, nuevas ordenanzas de circulación, reglamentos y o modificaciones de los anteriores que pretenden regular esta actividad creciente.
Es llegado a este punto donde surgen visiones encontradas, entre los que opinan que deben establecerse unas normas de “convivencia” entre los peatones, ciclistas y los vehículos, y los que opinan que el objetivo de estas legislaciones lo único que pretenden es arrinconar y relegar al último escalón de la movilidad a la bicicleta, partiendo de la premisa de considerar este medio de transporte como un estorbo o impedimento para el tráfico.
Recientemente en Granada estamos siendo testigos de un ejemplo de lo anteriormente expuesto, con motivo de la exposición pública y alegaciones de su Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS). Hace unos días pudimos deleitarnos con dos artículos sobre el tema en la Ciudad Comprometida de nuestro compañero Gabriel Fernandez (Plan de Movilidad “Reducida” y Gran Vía…apacible via)
Estas son otras muestras en relación con el caso granadino que podemos encontrar en la red :
El Escarabajo Verde es un programa de referencia de la televisión pública del que a menudo hemos recomendado sus emisiones. Como sabéis, está dedicado a la realización de documentales sobre el medio ambiente. En programa titulado “Bicivicos” habla de Barcelona y de su idiosincrasia particular en lo referente a la circulación: peatón, ciclista y coche. Es una referencia mundial en la utilización de la bicicleta y del sistema de alquiler público, con más de 60.000 abonados. A continuación podéis ver el video pinchado en la imagen
La bicicleta urbana es cada vez más popular, tanto que en muchas ciudades disponen ya de un sistema público de bicis que forma parte del transporte público municipal. Barcelona es el referente mundial de transporte público en bicicleta con sesenta mil abonados. Pero las autoridades consideran que el aumento de ciclistas ha originado problemas de convivencia entre ellos y los peatones y el ayuntamiento quiere poner límites a la bicicleta. Los ciclistas aseguran que todo se resolvería circulando cívicamente.
También os recomendamos el visionado del documental “Pedales de Asfalto”, programa “Repor”, también de televisión española.
Como anunciamos el pasado viernes, volvemos a referirnos al Plan de Movilidad Urbana Sostenible de Granada (PMUS) para hablar de una de las propuestas que mas está dando que hablar: la Linea de Alta Capacidad (LAC) y la prohibición de circulación de ciclistas por el eje Gran Via.
El PMUS de Granada dedica todo el capítulo 9, a la movilidad no motorizada PEATONAL Y CICLISTA, mezclando dos modos bien diferentes de moverse por la ciudad y sobre todo diferentes por su alcance, ya que la bici es capaz de resolver desplazamientos de carácter metropolitano, y por tanto con capacidad para comunicar municipios cercanos. De hecho ya existe una incipiente red en el área metropolitana de Granada con algunos kilómetros de carril bici que conectan Valderrubio, Fuente Vaqueros, Atarfe, Santa Fe, Vegas de Genil, Churriana de la Vega, Armilla y Granada. Así que, si claramente son sistemas distintos de transporte, deberían analizarse de forma independiente tanto su estado actual como sus potencialidades. Pero de esto ya hemos hablado.
Hay también en el PMUS un Capítulo 13 que contiene un subcapítulo, el 5, dedicado a las propuestas respecto al sistema ciclista, éste, ya sí, dedicado en exclusiva a la movilidad en bici. Y alguna de ellas polémica, y ya contestada en la calle este fin de semana pasado. La polémica a la que hacía referencia en mi comentario de la semana pasada y que versaba sobre la imposible convivencia del tráfico ciclista con el transporte público colectivo, según previsión del PMUS, en el eje Gran Vía – Reyes Católicos.
¿Pero de verdad es imposible la convivencia entre la LAC y la bici?
Mi opinión queda resumida en esta imagen tomada de Google
Esta es la propuesta que me hubiese gustado leer en el PMUS. Esta es la propuesta que me gustaría ver materializada en la Gran Vía de Granada…y se puede.
Es Sevilla: su Avenida de la Constitución remodelada en el siglo XXI.
Es exactamente el mismo tipo de calle que la Gran Vía granadina, pero (orgullo patrio) dejando constancia que la de Granada fue la primera de España, incluso anterior a la de Madrid. En ambos casos, en Sevilla y en Granada nos encontramos con:
1) Una amplia calle pensada y proyectada a final del s. XIX, abierta a principio del s. XX, y que atraviesa una trama medieval que, con los criterios higienistas y de control decimonónicos, destruyó caserío y calles de mayor o menor valor y que creó una fachada urbana en la que se lucieron los aciertos, o no, de la arquitectura regionalista. En cualquier caso las dos forman ya parte de la memoria de nuestras ciudades y tienen valores suficientes para su protección integral (espacio urbano y arquitectura).
2) Ambas fronteras con Patrimonio Mundial: En Sevilla, la Catedral y el Archivo de Indias. En Granada, el Albaicín cuyo Plan Especial se asoma a la Gran Vía con su primer edificio construido, la iglesia del Sagrado Corazón y más allá también con el Banco de España.
3) Ambas vías sin una continuidad en el resto de la trama medieval: de Puerta de Jerez al Ayuntamiento, en Sevilla. Del Triunfo a la Plaza de Isabel la Católica. Y ahí se acaban, casi traumáticamente, o no (¡¡uff!!…menos mal).
4) Durante muchos años la de Sevilla, como aún la de Granada, ha estado ocupada por un infernal, ruidoso y contaminante transporte público, formado por un interminable gusano (rojo en Granada y naranja en Sevilla) con todas o casi todas las líneas urbanas que tenían que pasar necesariamente (?) por la dichosa calle. De modo que una y otra resultaban insufribles para las personas y para los edificios que han padecido (en Sevilla) y siguen padeciendo, en Granada, todos los males que pueden aquejar a sus piedras. Yo decidí hace tiempo que mis pulmones y mis oídos no iban a seguir padeciendo esa tortura y siempre que puedo rehúyo la Gran Vía.
Y ahora descubrimos en el PMUS de Granada que no son compatibles los nuevos autobuses de la Línea de Alta Capacidad, silenciosos, no contaminantes y de bello diseño (bienvenido todo ello) con los peligrosos, lentísimos e impredecibles ciclistas.
Pues no. No es así: sea en Londres, sea en Álava, sea en Sevilla, los hechos demuestran que no es así, sino más bien al contrario, que una calle de gran capacidad como cualquiera de nuestras muy españolas “Grandes Vías” puede y debe acoger tráficos peatonales, ciclistas y de transporte colectivo conviviendo en una misma plataforma, al final la costumbre y el respeto entre ellos acaba imperando y las velocidades se acomodan.
Lo dicho para la Gran Vía es extensible a la calle Reyes Católicos. Los residentes ya nos hemos acostumbrado a no pasar con nuestro coche por ellas, y no pasa nada. Siempre se puede regular ciertos tránsitos a ciertas horas. Los taxis pueden transitar por calles alternativas (S. Matías, Sta. Paula, Elvira) y los no residentes….lo siento, pero no se puede…esto es lo que hay. A andar, a coger el bus de la LAC o en bici, que es muy sano. De este modo conseguiríamos un eje central en nuestra ciudad muy atractivo para turistas, para el comercio, y sobre todo para los residentes que mejorarían inmensamente su calidad de vida…y yo, volvería a pasear por la Gran Vía, ya Apacible.
Gabriel Fernanadez Adarve, arquitecto de GRarquitectos