CIUDADES EN REVISIÓN PARA EL SIGLO XXI

«La Ciudad Comprometida»

Ya hemos hablado en alguna otra ocasión de los grandes proyectos urbanos de la ciudad de Madrid. El Proyecto Madrid Centro, tema de artículos como Madrid  tiene un Plan  o Una sugerente manera de interconectar al urbanista con los ciudadanos son muestra de ello.

Hoy en día, otra gran apuesta urbana que esta de actualidad en la capital es el proyecto de Prolongación de la Castellana, que pretende, además de la continuación de este eje vertebral de Madrid, la creación de una nueva centralidad urbana y la remodelación de una zona degradada, eliminando las barreras que suponen  dos infraestructuras como la M-30 y el ferrocarril.

En el siguiente artículo que podéis encontrar completo aquí se trata este tema aprovechando la presentación de la publicación “Las ciudades del siglo XXI”, donde se recogen apuestas urbanas con la variable sostenible en su ecuación:

Inversiones previstas en el proyecto. FUENTE: "Las Ciudades del Siglo XXI"
Inversiones previstas en el proyecto. FUENTE: «Las Ciudades del Siglo XXI»

Hay proyectos que, quizá, no llegarán a ver la luz tal como fueron diseñados. Planteamientos ambiciosos que se quedarán o no a mitad de camino, pero que al menos se han proyectado teniendo en cuenta su impacto en el medio ambiente y en la calidad de vida de los ciudadanos.

Lo opuesto al crecimiento desaforado alimentado por el dinero fácil, lo barato y abundante. Y a lo ecológico como argumento comercial. Se trataría de revisar el modelo de ciudad y de crear una nueva fruto de la necesidad de frenar el ritmo del consumo energético y las emisiones contaminantes.

Es el caso de algunos de los proyectos que recoge en el libro presentado la semana pasada Las ciudades del siglo XXI Luis Irastorza, consejero delegado de Duch, empresa que lidera el desarrollo de la Operación Prolongación de la Castellana, en Madrid.

El urbanismo y la arquitectura bioclimáticos o el calentamiento global ¿son solo una moda?, se preguntó Luis Irastorza, ingeniero y consejero delegado de Duch, entidad que desarrolla la prolongación de la Castellana. Tras un trabajo de investigación -que recoge ahora entre otros contenidos en el recién editado Las ciudades del siglo XXI– su respuesta es que no solo tienen un fundamento sólido, sino que son «un desafío sin precedentes en la historia».

Hay que frenar el consumo energético y las emisiones derivadas de él un 80% en los países desarrollados, en los que el 70% de la población vive en ciudades y los edificios aportan el 40% de las emisiones de CO2. Y este freno «tendrá un impacto sobre la concepción de las ciudades», según el autor. A su juicio, estaríamos entrando en una nueva era en el diseño urbano. Y hay proyectos ya realizados bajo esos presupuestos y que cita en el libro, entre los que se encuentra el que lidera.

El Proyecto Prolongación de la Castellana fue seleccionado para la Exposición Universal de Shanghái de 2010 por la transformación que supondrá para Madrid el nuevo barrio de 3,12 millones de metros cuadrados. Además de prolongar el paseo de la Castellana 2,6 kilómetros, contempla la remodelación de la estación de Chamartín y recuperar una zona degradada de la ciudad, eliminar la barrera urbana que crea el ferrocarril y la M-30 y crear una centralidad nueva. Uno de los criterios para ser elegida para la Expo fue que desde la concepción del proyecto ha aplicado «los criterios más estrictos de sostenibilidad en cuanto a movilidad, eficiencia energética de la edificación y la optimización del ciclo del agua».

Otro proyecto que considera que responde a los desafíos a los que nos enfrentamos es el proyecto de la ciudad Masdar en Abu Dhabi porque intenta «resolver los problemas con el enfoque correcto: desde las perspectivas del urbanismo, del diseño arquitectónico, del transporte, de la energía, del agua y de los residuos». El proyecto ha sido impulsado por una empresa vinculada al Gobierno y dirigido por el arquitecto Norman Foster.

Con 42.500 habitantes, 50.000 desplazamientos diarios y 53.500 puestos de trabajo, será la primera ciudad sostenible del mundo. Fecha de finalización: 2025. Inversión: 16,6 millones de euros.

Algunas claves de cómo será Masdar: una ciudad compacta con calles estrechas, con un balance neutro de emisiones de CO2 y residuos, un marco para atraer industria de tecnologías limpias y uso de energías renovables. Metro ligero y autobuses eléctricos, reciclaje de agua, aparatos de riego inteligente, recogida de residuos neumática…

Un tercer proyecto mencionado en el libro es el de Dongtan, en Shanghái, diseñado en 2005 por el Gobierno chino pensando en la Expo. Este proyecto de ciudad nueva no se libra de la incertidumbre aunque ya existen las conexiones con la isla de Chongming (86 kilómetros) donde se edificará y Shanghái. Las obras de urbanización han estado paralizadas hasta 2011.

Acogería 500.000 habitantes y obedece a la idea de ciudad autosuficiente en cuanto al agua, con edificios de consumo nulo de energía, transporte neutro en cuanto a emisiones y un sistema energético 100% con energías renovables.

Se ha diseñado como ciudad compacta con edificios de tres a ocho alturas máximas, con una orientación respecto al sol y vientos óptima, viviendas con acceso directo a la calle y a siete minutos del transporte público y de escuelas u hospitales. El transporte se basará en energías renovables y se reciclará la basura.