Que el nivel cultural en nuestro país está en entredicho ya nos lo recuerda año tras año el Informe Pisa, pero que se premie a adultos que no serían capaz de raspar el aprobado en un examen de Primaria, dicta mucho de la cordura que se supone a una sociedad. Lo peor no es que estas personas queden retratadas en la tele, sino que me temo mucho que a instancias más elevadas de instituciones y direcciones, el nivel debe andar más o menos igual. Y claro, luego ocurren las barbaridades que muchas veces nadie se explica, porque ya no es que en nuestro país no se premie a la inteligencia, es que ni tan siquiera se valora el raciocinio.
No hay que buscar mucho para encontrar ejemplos de lo que trato de explicar. Basta con poner la tele a determinadas horas del día, o consultar las secciones “más leídas” de los diarios digitales. El otro día sin ir más lejos, cuando esperaba a que comenzara una serie, me vi sobresaltado por el tremendo desconocimiento en geografía de los participantes del concurso ‘Supervivientes’. En un momento del programa, a los concursantes se les pide superar un reto “cultural” que consiste en averiguar la capital de Estados Unidos. Las respuestas fueron tan diversas como participantes: Nueva York, Miami e incluso Inglaterra. Solo dos concursantes acertaron que la respuesta correcta era Washington, pero ni tan siquiera lograron escribirla bien. ¡Tremendo!
Podría entender que fallaran con la capital de otro país menos conocido y remoto, pero equivocarse con la de un país que es potencia mundial y de cuya influencia cultural, política y social bebe España como incondicional aliado, es toda una deshonesta marca del escaso bagaje cultural imperante entre el mundo del famoseo y la farándula. Si a ello se le añade el hecho de confundir una nación como Inglaterra, con la capital de un país del otro lado del Atlántico, el despropósito no puede ser mayor tratándose de adultos y no de niños que estudian Primaria, los cuales estoy muy seguro que no dudarían en contestar correctamente la pregunta.
No crean que esto sea un ejemplo aislado. Los gazapos culturales entre los asiduos a la pantalla suelen ser muy frecuentes y eso que no se les pone a prueba. Hace un par de años fueron los actores -dentro del famoseo, tótem de la cultura- los que nos deleitaron con otra píldora geográfica al no conseguir ubicar la ciudad de Málaga en un mapa de España, y ello que se encontraban en ella celebrando su festival de cine. Como dije antes, ¡tremendo!, e inaudito que sea a esta gente a la que se le premie.
No hace falta el «prime time» para escuchar barbaridades. Recuerdo que hace no muchos años, una catedrática de Historia de nuestra insigne universidad se refirió al catalán como «dialecto».