Hoy a por mí y mañana a por ti

El PP lanzó ayer otro ataque contra la mujer de Paco Cuenca. Como estrategia política se le puede volver en contra y no tengo claro que los populares hayan medido convenientemente la respuesta.

Este asunto se encuentra ya en los tribunales y si alguien tiene nuevas sospechas lo que tiene que hacer es aportarlas al juez de turno. El resto es ventajismio, enredos de mesa camilla y conspiraciones que no tienen mayor interés que averiguar el nombre del traidor, que probablemente comparta con Cuenca el carné del partido.

Podremos divagar sobre la honestidad de la política y llegar a la conclusión de que es un duelo sin caballeros. Pero -merecido o no- la credibilidad de Cuenca está tocada mientras al juez no le dé por archivar el caso en el que se vio envuelta de rondón su pareja. Eso es cierto. A partir de ahí, el PP se equivoca al intentar trasladar poco menos que todas las corruptelas que se movieron en esta tierra pasaron en algún momento por la red familiar del portavoz socialista. Su error es no esperar a que la investigación avance en sede judicial y saturar con titulares que a fuerza de repetirlos dejan de ser noticia.

En realidad, el PP sí obtiene algún rédito. Con este acoso sin derribo logra que algunos compañeros de Cuenca empiecen a cuestionar -otra vez- su continuidad como candidato.

Por eso el grupo municipal socialista no se piensa quedar quieto y en los próximos días asistiremos probablemente a una radicalización del debate.

Se han roto ciertas reglas. El propio Cuenca ha insinuado hoy que las parejas y romances de algunos cargos peperos han sido colocados a dedo. Y aún queda la denuncia presentada contra el alcalde.

Torres Hurtado no forma parte del equipo de ideólogos del ataque a Cuenca pero el PSOE sabe que duelen más las patadas en el culo ajeno.

El juez ha pedido una fianza de 24.000 euros para tramitar la denuncia pero el dinero no será problema. Si no lo pone Granada lo pagará Sevilla.

Puede que la respuesta del PSOE no guarde las formas. Pero que no se sorprenda el PP. Es en defensa propia.

 

4 Comentarios

  1. En verdad que es una canallada lo que el PP está haciendo con este hombre, a costa de la vida empresarial de su mujer. Y, además, sin una sola prueba que acredite, al menos por ahora, irregularidad administrativa o penal. Se aprovechan de que tienen toda una pléyade de medios de comunicación esperando a ver si bostezan para hacer una crónica del bostezo. Sin embargo, numerosos/as cónyuges y familiares directos de autoridades peperas han sido colocados a dedo en distintas Administraciones Públicas. ¿No es peor ésto, que supone una retribución pública de por vida?.

  2. No Quico, no es ventajismo. Los que trabajamos en la Junta, sabemos cómo funciona esta Administración. Yo mismo soy técnico de la Junta y sé perfectamente cómo se dan las subvenciones.Y además de ser funcionario de la Junta, no creo en las casualidades.
    Si a la empresa le denegaron la subvención y después de contratar a la mujer de Cuenca le dan la subvención, como denuncia el PP, no creo que sea casualidad. De igual modo que tampoco creo que sea casualidad que todos los contratos de la señora de Cuenca tengan detrás a Administraciones Públicas gobernadas por el PSOE (ahora la Junta y antes la Diputación).
    Puede que no haya ilegalidad en lo denunciado por el PP, pero me parece bien que haya esta denuncia política. los ciudadanos tenemos derecho a saber los tejemanejes porque la mujer del César…no lo parece.

  3. Para «yo mismo». ¿ No te das cuenta de que tú mismo estás especulando, simplemente especulando, con la forma en que ha sido concedida la subvención de marras?. ¿ No te parece vergonzoso, en un Estado democrático y de Derecho, que se condene o difame a alguien por meras sospechas?. Por cierto, si tú eres técnico de la Junta y sabes como se dan estas subvenciones, ¿ Por qué no lo denuncias?. Te recuerdo que estás obligado legalmente a hacerlo. Si no lo haces, eres cómplice. O, por darte de tu propia medicina, ¿ No será que tú también especulas con esta posibilidad, para engordar la difamación?.

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