Berlusconi ha demostrado que hay políticos que pueden volver después de haberlos dado por muertos, e incluso pueden regresar con más pelo. El ejemplo de ‘il cavaliere’ cuentan que se ha extendido también por la comarca granadina, donde hay un exalcalde que aún mantiene el control del partido en su pueblo y algunos aventuran que podría acabar armando un partido por libre si desde la cúpula se empeñan en apartarle. -La comparación con Berlusconi es una mera coincidencia-.
Otros siguen presentes aunque se empeñen en asegurar lo contrario. Como sucede en la guerra panfletaria que se ha desatado en Armilla.
Por el pueblo circula esta hoja volandera que exalta los logros del pasado socialista, que dejó una huella imborrable -de cemento y sentimientos- en el pueblo.
Hace unos días me sorprendió otro anónimo que alguien me remitió al periódico, algo inusual en una época en la que ya no se reciben ni cartas -ni cajas de vino-.
Alguien se tomó la delicadeza de escribir mi nombre, estamparle un sello de 36 céntimos, depositarlo en un buzón y hacérme llegar este documento, probablemente, con la expectativa de que me inspirase una noticia.
Como no puedo decepcionar a la única persona que me ha enviado un mensaje en los últimos tiempos por un canal distinto al ‘guasa’, aquí reproduzco el anónimo para no desanimar a quien tenga previsto mandarme alguna otra carta.
O alguna caja de vino, claro.
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