El nuevo alcalde de Cúllar, Pedro Garijo (PSOE), ha decidido nada más tomar el mando del Ayuntamiento retirar un par de crucifijos de las dependencias municipales. Por lo que con el nuevo regidor hay dos parados más en el pueblo y de difícil colocación.
Tal y como están las cosas, no está de más tener de tu parte a la naturaleza divina, aunque aún no se haya perdido la fe en la naturaleza humana.
Un estado laico no significa necesariamente que haya que retirar obligatoriamente toda simbología cristiana, sino que se vea con normalidad quitar un crucifijo, ponerlo o dejarlo como estaba. En este sentido, no creo que haya que atacar al alcalde de Cúllar por su decisión, ni todo lo contrario.
Otra cosa es la coherencia.
Porque si un alcalde que representa a todo un municipio adopta la decisión personal de esconder dos crucifijos, no debe ponerse horas más tarde detrás de un paso de Seman Santa con la excusa de que representa un pueblo.
Por lo que se ve, no ha tenido la misma prisa por retirar la pancarta de la huelga general.
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