El PSOE andaluz tiene las cosas tan claras que va a celebrar su tercer congreso extraordinario en cuatro años.
En realidad, no se convoca para acabar con el contrapeso en la sombra que pueda ejercer José Antonio Griñán, del que ya solo siguen -si acaso- sus consejos de libros o películas. La verdadera bicefalia es la de Mario Jiménez y Susana Díaz, que solo se suavizará si el onubense se decanta por Madrid.
En cuestión de un mes, Susana ha construido un liderazgo más sólido que el castillo de naipes que gobernó Griñán desde que Manuel Chaves le señalara en 2009. Los propios socialistas están sorprendidos de que la persona que alimentó más desavenencias -“Susana y yo hemos clavado cuchillos en las mismas espaldas”, me dijo un granadino- haya sido, sin embargo, la única capaz de cerrar las costuras entre todas las facciones del partido.
Susana Díaz acudirá al congreso extraordinario de noviembre con la agrupación de Jaén de su lado, algo que nunca consiguió su antecesor. Y, curiosamente, lo único que ha hecho Susana a diferencia de Griñán ha sido sacrificar una vez más a la jienense María del Mar Moreno, que ha experimentado en sus carnes lo que decía Churchill, que la política es más peligrosa que la guerra porque te pueden matar más veces.
La irrupción de la presidenta andaluza ha sorprendido a los suyos y al adversario. El viernes, en el crucero del Hospital Real, un dirigente granadino del PP resoplaba preocupado mientras veía cómo Susana Díaz prescindía del cordón de seguridad y se mezclaba con los asistentes los premios Ideales: “Y nosotros sin candidato”, exclamaba.
La presidenta de la Junta y futura secretaria de los socialistas andaluces ha demostrado desenvolverse con atrevimiento con las palabras, aunque aún está por ver su habilidad con los hechos.
Ha llamado a la puerta de la política nacional y se ha colado en la cocina, aunque haya tenido que disparar en un desayuno en Madrid a José Luis Rodríguez Zapatero, que va camino de convertirse en el mejor expresidente de la historia de España.
Hay que tener cuidado al construir un liderazgo por un discurso. Vaya a ser que le suceda a Susana Díaz con lo del Fórum lo que le ocurrió a María del Mar Moreno con su conferencia en el club Antares de Sevilla. Estuve en aquella noche de 2003 y recuerdo cuando Gaspar Zarrías me dijo que habíamos asistido a un nuevo suresnes.
El problema es que algunos se empadronaron en Suresnes hace cuarenta años y de allí no se mueven.
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