Susana Díaz asegura, en contra de lo que algunos piensan, que su gobierno hace tiempo que pasó de las palabras a los hechos. Palabra de Susana.
Y al fin empieza a percibirse.
Por ejemplo, hablar de austeridad y de igualdad de oportunidades no es más que un discurso repleto de palabras manoseadas. En cambio, que esta mañana a las puertas de la Fundación Cajasol, donde Susana ofrecía un desayuno informativo, hubiera aparcados una veintena de coches oficiales mientras sus dueños cumplían con el besamanos viene a ser un hecho.
Ahí radica la diferencia.
Las metáforas están bien para los que quieran moverse en el fango de la ideología; pero quienes verdaderamente triunfan son los que aprenden a manejarse con las realidades tangibles; más prosaicas que poéticas, pero mucho más rentables.
Así que Susana Díaz ha decidido pasar a la acción y en el último consejo de gobierno ha aprobado un plan que simplificará al máximo la burocracia para crear una empresa. ¡Albricias!
El siguiente párrafo está extraído literal del discurso de investidura de Manuel Chaves en 2008 -y podríamos irnos más lejos-:
“Tenderemos, también, a convertir el máximo número de trámites administrativos en servicios de respuesta inmediata. Y haremos una apuesta de fondo por la simplificación de trámites y la reducción de plazos. En esa dirección, presentaremos un programa antes de final de año, y determinaremos los instrumentos normativos que permitan a su rápida aplicación”.
En efecto, el éxito de Susana Díaz dependerá de los hechos. Porque en las palabras empieza a parecerse demasiado a quienes le antecedieron.
Deja una respuesta