Una sentencia en primera instancia ha puesto coto a las corruptelas en Otura, que ya han pasado de ser presuntas a estar relatadas en los hechos probados de un fallo judicial -aunque pueda ser recurrido-.
Resumamos el último episodio juzgado porque hay cosas que aún no se han contado.
Resulta que a los pocos meses de llegar a la alcaldía, en 2007, Ignacio Fernández se percata de que el Ayuntamiento se ha quedado pequeño y plantea la compra de alguno de los solares colindantes para ampliarlo, una operación de “extremada urgencia”. Es entonces cuando “urde” un plan junto a Eduardo Anguita, una persona que se había salido del PP tras enfrentarse -entre otros- al propio Ignacio y que se había convertido en llave de gobierno con un grupo independiente.
Se inventan -la sentencia lo define como un “hecho incierto”- que el dueño de unos de los solares pedía la friolera de 900.000 euros para convencer al resto de concejales de que pagar 300.000 más impuestos por otra parcela cercana era una ganga. Resulta que los técnicos no opinaban lo mismo. Tampoco el juez, que no entiende cómo un solar que en enero había costado 180.000 euros pasó a valer 386.000 en diciembre, según alguna de las tasaciones que se manejaron.
La sentencia apunta otras sospechas que “chirrían”. Por ejemplo, que a un mes escaso de escriturarse la venta, Eduardo Anguita comprase un piso y una cochera a la misma constructora por 76.363 euros, “sin que conste un traspaso efectivo de fondos (…) pues, en la escritura, tanto compradores como vendedores manifestaron que el precio había sido recibido antes”.
La decisión judicial, conocida el pasado viernes, se ha llevado también por delante al actual alcalde, Pedro Cabanillas, que era el concejal de Economía.
Curiosamente, se trata del mismo juzgado que condenó en 2009 al que entonces era regidor de Atarfe, Víctor Sánchez, que dimitió sobre la marcha aunque posteriormente la Audiencia lo absolvió.
La dirección del PP, que tantas veces agrandó la crisis de Otura al pretender que se solucionara sola, esta vez no se ha fiado ni de la sombra de la duda. Al fin se ha convencido de que no basta con pasar la página del mismo libro, sino que necesita más bien escribir uno nuevo.
No lo tendrá sencillo. Aún falta por ver si Pedro aguantará de concejal no adscrito en el Ayuntamiento, donde sigue Ignacio Fernández. Podrían contribuir incluso a que el PP perdiera la Alcaldía, pero esto es precisamente lo que le gustaría a la dirección popular, que no se fía de una lista que -no hay que olvidar- la confeccionó el propio Ignacio.
La única salida que cabe en este Ayuntamiento, esquilmado en tiempo récord, es su intervención, aunque sería algo surrealista incluso para los guiones estrambóticos del ‘Otura show’.
Lo contrario será dejar que el municipio subsista dos años manejado por algunos que quizás estén más interesados en destruir pruebas que en facilitar que se haga una auditoría.
Más rumores en twitter @quicochirino
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