El PP granadino nombrará a la ministra Ana Pastor presidenta de honor del partido en la provincia; igual que José María Aznar lo es a nivel nacional.
Normalmente, estos cargos te los suelen dar cuando tienes tiempo libre para llevar a los nietos al parque o para hacer abdominales. Pero el mérito de la titular de Fomento, según ha explicado Sebastián Pérez, ha sido su “compromiso firme y rotundo” con las infraestructuras que están pendientes en Granada.
Ha sido Ana Pastor quien ha prometido que el AVE llegará a esta provincia -aunque sea con una sola vía, en superficie por La Chana y con una estación provisional-; la que ha puesto fecha a la culminación de la A7 -coincidiendo con las elecciones-; y la que ha retomado las obras de la segunda circunvalación -aunque haya tenido que recurrir a la inversión privada-.
¿Son méritos suficientes para otorgarle tan solemne distinción? En esta tierra estamos acostumbrados a ahogarnos en vasos medio vacíos y el honor, al fin y al cabo, es una cuestión demasiado subjetiva.
Probablemente, Ana Pastor corte la cinta de obras que tendrían que estar acabadas hace una década. Pero mejor ser cautos.
Conviene recordar que a la exministra Magdalena Álvarez también le dieron en 2004 el premio Postiguillo de la Costa. Algo así como el chirimoyo de oro por, según estimó el jurado que presidía el entonces alcalde motrileño Pedro Álvarez, “dar fechas concretas para la finalización de las obras de la autovía y asegurar que en 2005 estarán licitados y adjudicados todos los tramos del trayecto Nerja-Adra; y por el anuncio de la conexión ferroviaria de Málaga con Motril”.
Estamos rodeados de medallistas y después solo a La Pantoja le obligan a devolver su medalla.
Foto: Ramón L. Pérez
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