La frase de moda es que los resultados del pasado domingo ‘no son extrapolables’ a otras elecciones. Lo dijo Mariano Rajoy el lunes en la reunión del comité ejecutivo nacional y lo comparte la secretaria de Análisis Político y Social de Podemos, Carolina Bescansa. Es como cuando la selección española caía repetidamente en la fase de cuartos y se acuñó aquello de ‘jugamos como nunca y perdimos como siempre’.
Probablemente, el resultado del 22-M no sea extrapolable a las municipales de 2019 pero sucede que los próximos comicios locales se celebrarán en dos meses.
PP y PSOE son consciente de que los porcentajes se van a parecer demasiado a los del domingoy así se ha comentado en las reuniones internas mantenidas a lo largo de esta semana. «El recuerdo de voto es inmediato», dice un socialista. «El resultado del 24 de mayo va a estar muy cerca», añade un dirigente popular. La única incógnita que puede variarlo todo es bajo qué paraguas se presentará Podemos, que en las andaluzas se convirtió en tercera fuerza política en la provincia. ¿Ganemos? ¿Vamos Granada? Estos movimientos –y su posible éxito– serán determinante en la configuración de la Diputación.
¿Son extrapolables los datos? Siempre lo han sido. Si se observa la serie histórica, los resultados de PPy PSOE en la provincia no dependen tanto del tipo de cita electoral como de eso que denominan la ‘ola’.
El PP se movió en torno al 38% en todos los comicios convocados entre 1994 y 2003, en la etapa dorada de José María Aznar. La única excepción fueron las municipales de 1999 (34,01%); justo en la última ocasión en la que el PSOElogró gobernar en el Ayuntamiento de la capital. El PP volvió a repetir porcentaje (41%) tanto en las andaluzas, como en las generales, europeas y municipales convocadas entre 2008 y 2011; hasta la victoria de Mariano Rajoy.
El electorado del PSOE sí ha sido tradicionalmente más oscilante, con un menor apoyo en las citas locales, donde también crecía IU. Pero sí coincide que los socialistas han obtenido siempre un respaldo similar en varias citas electorales de distinto ámbito cuando se han celebrado en el mismo año; como ahora sucede. Y que desde que perdió el horizonte del 40% en las municipales de 2011 no lo ha vuelto a recuperar en otras cuatro convocatorias.
IMPORTANCIA CAPITAL
El pasado domingo, PP y PSOEcasi replicaron los resultados de las europeas de 2014, aquellas de las que se dijeron, precisamente, que no eran extrapolables.
Los populares se han desplomado a niveles de la etapa de Antonio Hernández Mancha y Gabino Puche. Y los socialistas –pese a ganar– tienen su peor resultado. Sin embargo, con 2.025 papeletas más el PPhabría obtenido el quinto parlamentario –Vicente Valero, que no estuvo en la sede en la noche electoral–; y con 8.712 los socialistas habrían conservado el sexto. Por eso, algún dirigente ha achacado el ‘pinchazo’ a la Ley d’Hont; que no puede replicarle.
En el único sitio donde ambos podrían recuperar este margen es en la capital. Con respecto a las andaluzas de 2012, el PSOE se ha dejado otros 7.437 votos y el PPha perdido 21.328. Si se extrapolase este resultado, José Torres Hurtado bajaría a 12 concejales; tan solo uno más de los que obtuvo Gabriel Díaz Berbel en 1987.
PP y PSOE están noqueados y saben que de su capacidad de reacción en la capital y en el Área Metropolitana dependerá el control de la provincia –y la Diputación–. «Los números son complicados y tenemos que diseñar una estrategia con los partidos nuevos. La andaluza fue una campaña muy personal de Susana Díaz pero ahora es distinto», reflexiona un dirigente socialista que estuvo en la reunión de la ejecutiva del martes.
Un día después, el miércoles, Torres Hurtado viajó a Madrid para hacerse la foto del cartel electoral. El PP cerrará la lista de la capital tras la Semana Santa –tiene de plazo hasta el 20 de abril–. Y algunos reclaman también un cambio generalizado de estrategia para taponar la pérdida de votos. «Nosotros mismos nos hemos cargado a Podemos, que podría haber restado más al PSOE, y hemos engordado a Ciudadanos con algunas declaraciones», valora un cargo del PP. «Hay que cambiar la forma de hacer campaña. Algunos compañeros piensan que la presencia de Rajoy ha perjudicado. Pero, ¿qué se habría dicho si no hubiera venido?», apunta otro.
Es el comecocos del bipartidismo.
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