El lunes 24 de octubre, a las 14.58, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) difundió un comunicado desde Sevilla en el que informaba de que diez nuevas personas habían sido citadas para declarar en unas diligencias penales que se iniciaron en 2013 y que ya fueron archivadas en un juzgado de instrucción; aunque la Audiencia Provincial las mandó reabrir.
Entre la decena de investigados, curiosamente, sólo se mencionaban expresamente dos nombres: el de una directora general de la Consejería de Economía, Ana María Barbeito; y el del actual alcalde de Granada, Paco Cuenca. Los otros ochos quedaban en el semianonimato, pese a ser -o haber sido- cargos públicos.
El comunicado contenía elementos suficientes para zarandear el Ayuntamiento de Granada, donde el PSOE gobierna en minoría. En esos momentos no se sabía exactamente qué se investigaba, entre otras cosas, porque el TSJA no facilitó el auto judicial; y porque esta resolución motivada del magistrado de refuerzo del Juzgado número 6 hispalense no fue notificada -al menos a la parte denunciante- hasta el martes 25; un día después que el TSJA destapara la sospecha con una nota de prensa donde deslizó las palabras ‘cursos de formación’, suficiente como para poner en entredicho la gestión de cualquier cargo que haya pasado por la Junta.
Paco Cuenca y José Torres Hurtado están investigados -antiguamente imputados-, aunque al primero no lo han paseado por Granada oculto entre cartones.
La situación procesal de uno y otro, aunque aparentemente sea la misma, no lo es; y si alguien pretende compararlas bastaría con que le preguntase al exalcalde si cambiaría la ‘Operación Nazarí’ por la denuncia del Sindicato Andaluz de Funcionarios. Pero, políticamente, la citación de Cuenca resulta incómoda y compromete su capacidad de gestión en el Ayuntamiento; donde difícilmente encontrará el apoyo de Ciudadanos si su caso pudiera llegar a interpretarse como supuesta corrupción política; que es una percepción subjetiva.
Lo que sorprende es que en esta situación de debilidad, con el PP -como es lógico- forzando el aislamiento del PSOE para construir un relato que justifique una moción de censura, su partido no haya arropado visiblemente a Paco Cuenca.
De hecho, la nota de respaldo de la ejecutiva provincial llegó el martes 25 a las 13.34, casi 24 horas después del comunicado del TSJA -la nota del PSOE de la capital aún no se ha recibido-.
Tampoco estaría mal que Susana Díaz sacara un hueco para visitar institucionalmente al actual alcalde de Granada. Como hizo con Torres Hurtado.
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