Preguntada Susana Díaz por la aparente división en el PSOE granadino, la secretaria de los socialistas andaluces ofreció una respuesta de molde que bien podría aplicarse a cualquier otro episodio crítico, desde el fichaje de Irene Lozano al estado federal y los bailes de Miquel Iceta.
«Somos un partido vivo, con una gran democracia interna, donde se escucha a todo el mundo y se trabaja desde la autocrítica y la reflexión compartida».
Dicho así, hasta Mariano Rajoy podría tirar del mismo argumento para valorar las pugnas internas por entrar en las listas, el conflicto catalán o los bailes de Soraya Sáenz de Santamaría.
Lo que sucede en el PSOE granadino no se puede definir como autocrítica. Para ser precisos, hay dos sectores: el de la crítica y el de la complacencia. Por lo pronto, al 60-40. Un porcentaje que podría darse la vuelta si en lugar de votarse en un comité se hiciera en una asamblea. Y esto, formalmente, sólo está sucediendo en Granada; mientras que las otras siete agrupaciones andaluzas aclaman las decisiones del aparato.
Obviamente, Susana Díaz se ha percatado. Tengo mi propia teoría de lo que se está gestando, fruto de la simple observación; sin más datos.
Tras las elecciones municipales, la dirección socialista permitió que se formara un sector crítico en torno al alcalde de Maracena, Noel López.
Susana Díaz tuvo ocasión de elevarlo o enterrarlo para siempre cuando visitó Granada en plena efervescencia; pero no hizo ni una cosa ni la otra. Ni validó el movimiento ni lo desautorizó.
Noel fue la liebre en una carrera de fondo; probablemente, sin saberlo.
Quizás desde San Vicente quisieran medir hasta dónde llegaba el descontento interno con la ejecutiva provincial. Amagar pero sin romper las estructuras. Algún herido sin que hubiese que lamentar ningún muerto. Y en las listas para las próximas generales se ha repetido el guion.
¿Qué gana la dirección socialista? ¿Por qué no interviene?
Primero, porque no va a exteriorizar una crisis a dos meses de unas elecciones. Le basta con mantenerla latente de puertas hacia dentro. Y, segundo, porque sospecho que, en realidad, no quiere que se imponga ninguno de los dos bandos. Más bien que ambos de debiliten.
La contestación interna -si se mantiene- inhabilita a Teresa Jiménez si, hipotéticamente, quisiera optar a su reelección como secretaria provincial en el próximo congreso. Sin embargo, el sector crítico no aglutina, de momento, respaldo suficiente como para que le dejen el camino expedito hasta Torre de la Pólvora.
Mientras tanto, Teresa Jiménez ha posicionado a los suyos en las listas y en los centros de poder; ha ganado las elecciones municipales en la provincia y sale con ventaja en las del 20 de diciembre. Quizás no pueda perpetuarse, pero si estará validada para proponer su relevo.
Y es entonces, cuando intuyo que a Susana Díaz le podría interesar tener una agrupación partida al 50%. Para desacreditar a los dos bandos e implantar una tercera vía.
Que tiene nombre de mujer.
¿ Y Don Sebastian cuando se va de la Presidencia del PP granadino?. Lleva ya más de 12 años. Ni que lo hubiera comprado.
SEBAS saco la plaza como su padre para toda la vida, lo q escribe Chirino es el ttruco de la tercera vía, por eso no quiero ni psoe ni pp porque siempre el aparato lo ata todo, es un secreto a voces q la propuesta del Teresismo está ya y es Sandra Garcia Delegada del Gobierno esto no cambiara nunca .
Veo que los trolls de Torre de la pólvora funcionan bien. Hablar del PP aunque no venga a cuento.