Andábamos en esta provincia desimplementados, y eso es más peligroso que tener las transaminasas altas.
Así que el PP ha contratado en Diputación un asesor para la Implementación de Programas Culturales por el módico precio de 50.900 euros. Lo siguiente será fichar otro asesor para que nos aclare qué significa.
Dice el PSOE que, además, el elegido no cumple con los requisitos, lo cual significa asumir de entrada que existen requisitos para ser un buen implementador, que no es poco.
A los políticos les sucede a menudo como a los periodistas, que nos pasamos media vida creyendo que somos libres pero nos llevamos la otra media haciendo lo que nos mandan.
Sebastián Pérez recortó nada más llegar los sueldos y 15 cargos de confianza. Pero, en su partido, algunos le espezaron a recriminar que, después de treinta años en la sombra, ahora que tocan el poder no disfruten de los excesos que el propio poder ha engendrado.
Por eso, el presidente de Diputación ha tenido que sumar por lo pronto otros tres asesores y no se puede descartar -más bien lo contrario- que en algún momento le ‘obliguen’ a retocar los salarios.
Sebastián no ha hecho más que seguir las reglas de juego que otros pusieron. Aunque eso haya supuesto saltarse las suyas.
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