La Feria del Corpus está resultando una excusa perfecta para mostrarles algunas de las fotografías curiosas del archivo de este periódico. Entre ellas, me llamó la atención esta imagen de la feria de ganados del año 1961

En ella se ve a uno de los tratantes, personajes inconfundibles en este mercado, que con traje y sombrero, muestra orgulloso la dentadura de su mercancía. El papel de intermediarios de los tratantes era sagrado. Juan Bustos en su artículo «La Feria Real de Ganados del Corpus» de la sección ‘Diario de la Historia’ que publicó IDEAL el 13 de junio de 2004, contaba que con su intervención, ni los compradores ni los vendedores necesitaban factura. Era suficiente que se dieran la mano para que la operación quedara definitivamente acordada.  Luego terminaban en el ‘ventorrillo de Manolo’ esquina al callejón del Ángel, ante unas copas de vino y unas tapas de choto en el mostrador, contaba el cronista.

La feria de Ganados fue autorizada por la Reina Isabel II en 1890 para que se celebrase en Granada durante los tres días que van desde el jueves hasta el domingo. Comenzó a montarse en el paseo del Violón y luego en el Camino de Ronda y se celebró hasta la década de los 80 del pasado siglo.

Como he dicho antes, esta imagen es del año 1961 y en la crónica de IDEAL que acompaña a la imagen, el redactor ya se quejaba de que la feria de Ganados cada vez iba a menos. Por una buena burra, se pedían 5.000 pesetas aunque lo que más abundaba en esa edición era el ganado corriente para el trabajo, con el predominio del mular, entre los seis y doce años, por el que, según edad, clase y alzada, pedían entre las 3.000 y 10. 000 pesetas. De ganado porcino no había nada, porque en esa época hubo una epidemia de peste porcina africana y se prohibió su venta en la provincia

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