A finales de julio los vendedores de los ramitos de nardo anunciaban que los grandes calores pasarían pronto: «de Virgen a Virgen» solía decirse. Se hablaba mucho del tiempo, porque aquel verano del 61 fue muy caluroso. Por esos días, el Observatorio de Cartuja registró la mínima más alta anotada desde 1935. Fue en la noche del 26 de julio y el termómetro no bajó de los 23,5 grados.
Esos ramitos de nardo, que gustaban tanto a las granadinas castizas como a las extranjeras, iban dejando un olor dulzón por las calles de la ciudad que, con temperaturas batiendo récords nacionales, puso a disposición de los turistas el primer «automóvil veraniego». Era un pequeño coche descapotable que la gente miraba estupefacta cuando circulaba por las calles. El servicio tal y como cuenta el cronista de IDEAL, tendría éxito, aunque carece del encanto «de subir a un coche de caballos, tirado por uno o dos animales y con las explicaciones clásicas de un cochero, como el veterano Colorín». En fin, los tiempos cambiaban, y «el ritmo acelerado, y la velocidad es lo pide la época», concluía el compañero. Aumentaba el número de turistas que visitaban Granada en automóvil, tanto que los fines de semana era imposible encontrar un aparcamiento en el centro.

Y mientras que los pocos afortunados que podían permitírselo veraneaban en la playa y se divertía en los salones del Hotel Sexi, gracias a la beneficencia, los niños más desfavorecidos podían también ver el mar. Así lo hizo un grupo de chicos de la clínica de San Rafael, que viajaron a Motril, o los chicos del Ave María, que volvieron «tostaícos y gordicos» de su colonia en Almuñécar. Esta imagen, es la del grupo de niños acogidos en la Casa de los Hermanos Obreros de María antes de partir para su casa de Monachil donde pasaban el verano.

Publicada en IDEAL el 4 de julio de 1961. Torres Molina/Archivo de IDEAL
Publicada en IDEAL el 4 de julio de 1961. Torres Molina/Archivo de IDEAL

1 comentario en El verano de 1961

  1. Magnfica y muy especial foto, me llena de grandes recuerdos, y me inquieta tremendamente porque pienso que dos de mis hermanos y yo debemos de estar en ella, a pesar de que no he podido reconocer todabia a nadie, manifestar un enorme agradecimiento a nuestros cuidadores HODM, aun cuando eso no quita el sufrimiento padecido por nosotros y nuestra familia.
    Agradecimiento tambien al IDEAL por su publicacion

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