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El aljibe de la Alhambra se visita tras 27 años cerrado

Tras permanecer 27 años herméticamente cerrado, el 17 de febrero de 1944 unos pocos afortunados pudieron conocer el famoso depósito del siglo XVI, cuyas aguas gozaban de popular predilección entre los granadinos, especialmente durante los días de calor. La visita se realizó tras la limpieza del aljibe ordenada por el arquitecto Francisco Prieto Moreno.
Formado por dos grandes naves paralelas de treinta y cuatro metros de longitud por seis de ancho y con capacidad para unos cuatro millones de metros cúbicos de agua, el aspecto interior recordaba al de un grandioso templo. Ocho hombres se emplearon durante tres días en las tareas de desagüe y limpieza y se tardaron cinco días más en volver a llenarlo hasta una altura de unos cinco metros, con el agua de la acequia Real, que vertió a sus depósitos en un chorro de unos quince centímetros de diámetro.

Se contaba que en una limpieza anterior un turista alemán se coló en el tanque y murió ahogado sin que nadie escuchara sus gritos de auxilio. Su cadáver se descubrió más de treinta años después.

Aljibe_Alhambra

El quiosco de la plaza del Ajibe

Quiosco de la plaza del Aljibe

 

Durante los meses de verano estamos publicando en la edición impresa de IDEAL una serie de reportajes sobre los veranos de antaño. En uno de esos veranos, se publicó la fotografía que acompaña a este post. José García Tojo, un lector de este periódico, me ha escrito un e-mail en el que me da una información tan curiosa sobre el quiosco de la imagen, que me gustaría compartir con todos. Además, aprovecho para agradecer públicamente al sr. García Tojo su aportación. Jose recordaba que estaba situado justo sobre el aljibe de la Alhambra y que servía gratis agua a todo el que lo solicitaba. Los vasos de cristal muy gruesos,  que se aprecian en la foto, evitaban roturas indeseadas.


A voluntad y por pocas pesetas, se podían adquirir azucarillos y aguardiente, que se aprecian tambien en el lado derecho de la foto y que mezclados con el agua se convertia en un refresco muy apreciado.

En el interior del Kiosco pentagonal, se encontraba el pozo que comunicaba con el aljibe y del que se extraía el agua fresca con ayuda de una polea y cubos amplios de madera. El agua extraída se vertía en un deposito de piedra con grifos de los que manaba el agua directamente a los vasos.

Al ser un servicio gratuito, el kiosco gozaba de gran aprecio.

El Generalife en Londres

Una expedición granadina capitaneada por Francisco Prieto Moreno, director general de Arquitectura, marchó aquel mes de mayo de 1952 a la capital del Reino Unido para participar en un certamen internacional de jardinería. Su propuesta fue la recreación del Patio de la Acequia del Generalife que se reprodujo, pieza a pieza. Pero, para que toda España estuviera representada, se añadieron unos coloridos geranios, claveles reventones, limoneros y rosas catalanas. Los creadores del jardín fueron Juan de Dios Alarcón, maestro de obras de la Alhambra, José Jiménez Barrera, delineante y el jardinero Francisco Rubio Gamarra. El vergel, que fue visitado por la reina Isabel junto a su esposo, el duque de Edimburgo y la reina madre, ganó la Medalla de Oro del concurso.
Mientras, la Alhambra se convertía en un plató de cine para el rodaje de la película «Tres historias de amor», protagonizada por Joan Fontaine, y Louis Jourdan y dirigida por Hugo Fregonese. Cuenta IDEAL que casi todos los vendedores ambulantes de tabaco de la zona fueron contratados como extras en la película por cincuenta pesetas la sesión y deambulaban vestidos de moros en el zoco árabe recreado en los alrededores de la Puerta de la Justicia.


En la ciudad, entre premio y premio de la Tómbola de la Caridad, la Bomba se había convertido en un velódromo. Días antes del montaje del ferial, a las vallas de madera que rodeaban el Paseo les habían añadido unas mamparas de cañizo para que nadie viera de balde las carreras organizadas por la Unión Velocipédica Granadina, que incluían una prueba de persecución a la australiana entre dos equipos y una carrera «a la milanesa» en la que se eliminaba al último corredor en llegar a la meta. Los ingresos que se consiguieron se destinaron a la organización del Gran Premio de Andalucía.

El ayer y hoy de una tradición

Como es costumbre cada 2 de enero las chicas casaderas tocan la campana de la Torre de la Vela para encontrar marido. Así lo ha contado hoy IDEAL.es.

Popularmente la conocemos como la campana de la Vela aunque el nombre con el que fue bautizada en el siglo XVI es el ‘Jesús, María, José y Santa María de las Mercedes’. Pesa unos 1.200 kilos, ha sido fundida en ocho ocasiones, la primera en 1569 y la última en 1773 y era, por excelencia, la campana de ‘rebato’ de Granada, o sea, la que que alertaba de la inminencia de cualquier peligro. Durante la guerra civil adquirió un especial protagonismo pues fue la única a la que se le permitió dar las señales de alarma en caso de un bombardeo aéreo. La campana de la Vela es, también, la más ‘laica’ y la que más fielmente sigue dando sus toques como antaño. Sonaba todas las noches a Ánimas y para los riegos de la Vega; el Día de la Toma de Granada, a la salida y entrada de la Virgen de Santa María de la Alhambra, en la procesión de la Virgen del Rosario en memoria de la victoria en la batalla de Lepanto y el 12 de octubre, en conmemoración del Descubrimiento de América. (Más información en el artículo Granada dispone de un primer catálogo de campanas. Victoria Fernández. IDEAL 7 de diciembre de 2003)

Esta ha sido una tradición que IDEAL siempre ha contado a sus lectores. La foto de arriba corresponde a los años sesenta. Y, a continuación, la página del periódico del 2 de enero de 1964.