¿Se imaginan poder ser un estiloso bandido en el Lejano Oeste? Colt Express no solo da la opción de ser el ladrón más rico de todo el desierto americano, sino que además lo hace con una puesta en escena cuidada y sistema de juego original que ha permitido a este título convertirse en el juego del año de 2015 en España y conseguir hace meses el Oscar de los juegos de mesa, el Spiel des Jahres alemán.
La trama que nos inserta en el juego estamos cansados de verla en cientos de películas. Un tren, en este caso de la histórica compañía americana Union Pacific, viaja con sus mercancías entre colinas secas y un bandido lo asalta en busca de cualquier cosa que se halle en su interior. Pero, y esta es la novedad, cada jugador es el protagonista principal su propia película y tendrá que pelear con el resto para convertirse en el forajido con el mayor botín.
Colt Express divierte sin alargarse. Lo pueden jugar dos personas, pero existen hasta seis cartas de personaje. A más jugadores más complicado será obtener recompensas, pero mayor será la interacción y menos pautada la partida. Esta se desarrolla durante cinco rondas en las que se pondrán cartas boca abajo para luego descubrirlas de forma ordenada. Las cartas irán marcando el sentido del juego. Aunque esto lo convierte en caótico -ese uno de sus fuertes- se podrá controlar la partida si se recuerda qué se juega en cada momento y llegar a intuir las cartas que tienen los contrarios. Esto es importante ya que las fichas de botín son escasas y en muchos momentos de la acción será más importante fastidiar al contrario que recoger nuestra mercancía.
Los creadores de este juego -el francés Christophe Raimbault como ideólogo y Jordi Valbuena como ilustrador- decidieron que no solo valía ser un bandido. Se pusieron en manos de Ludonaute y Asmodée y consiguieron un diseño con estilo que piensa cada detalle que da estructura a las partidas, como si cada loseta de Los Colonos de Catán tuviera la forma de una montaña o bosque. Parece un detalle tonto, pero agrada tener un hueco en los trenes de Colt Express para ocupar su lugar.
Colt Express no es el bingo, pero sí la reinvención del azar. Vale de poco pensar y esto lo hace accesible a todos los públicos. A semanas de que llegue el frío, se enciendan las chimeneas y las palomitas exploten con aroma a castañas es un juego ideal.