La irrupción de los smartphone trajo consigo la llegada de las aplicaciones y la generalización de los teléfonos móviles de nueva generación generó también que surgieran videojuegos para entretener sin la necesidad de estar amarrado a una consola fija. Es algo que ya hacían Nintendo DS o PS Vita, pero que reinventaron los nuevos soportes. En paralelo, las redes sociales comenzaban su expansión. Facebook, fundamentalmente, y en su día la ya fallecida Tuenti virilizaban la mayoría de contenidos entre jóvenes y adultos.
Esto provocó que poco a poco la creatividad de algunos diseñadores se centrara en el entretenimiento y comenzaran a aparecer algunos videojuegos para móviles, entre los que se diferenciaban productos selectos a un precio alto (Ravensword: Shadowlands, Infinity Blade III u Oceanhorn) y otros videojuegos gratuitos adictivos que basaban su rentabilidad en las compras dentro de la aplicación (Candy Crush o Cut the Rope).
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