El movimiento vecinal en el Albaicín es un quebradero de cabeza para el equipo de gobierno municipal del Partido Popular.
El movimiento SOS Albaicín y sus críticas constantes que tuvieron su momento durante la peatonalización de la Carrera del Darro, la reivindicativa AA VV Bajo Albaicín que encaneza Lola Bolix, el ‘golpe de estado’ que permitió ganar las elecciones en la AA VV Albaicín a la propia plataforma SOS Albaicín, las críticas que llegan desde el Sacromonte o los plantes de los vecinos durante las juntas son cuestiones comunes.
La reunión de la junta municipal de distrito del pasado martes no fue una excepción y Juan García Montero se vio obligado a darla por terminada durante el turno de ruegos y perguntas «porque así no se puede discutir».
LA VERSIÓN DE JUAN GARCÍA MONTERO (PP)
García Montero explica que «se acaloraron, empezaron a discutir con todo el mundo y entre ellos, se quitaban el turno de palabra y el tono subió mucho. Hubo incluso algunas palabras gruesas. Lógicamente, como presidente de la junta no puedo consentir estos comportamientos y fue por esta razón por la que decidí poner punto y final a la sesión».
Recuerda el concejal Juan García Montero que no fue algo precipitado. «De hecho, habíamos comenzado a las cinco de la tarde con una reunión de la comisión de Cultura en la que aprobamos por unanimidad una serie de proyectos. Luego empezó la junta a las seis de la tarde y prosiguió de buena manera hasta que en el último punto, el de ruegos y preguntas, comenzó el follón. Creí necesario poner fin y así fue. Sin más».
LA VERSIÓN DE MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ MADRID (PSOE)
La versión del concejal socialista Miguel Ángel Fernández Madrid difiere diametralmente y ve más en el comportamiento del concejal García Montero «una falta de respeto a la participación vecinal», define. Según su opinión, y tras presenciar los hechos, Fernández Madrid argumenta que «las críticas a los problemas que genera la movilidad en el Albaicín une a los vecinos. García Montero quiso mostrar que el caso de San Juan de los Reyes, donde los vecinos quieren que vuelva a tener el sentido original de circulación, era un asunto particular, y ha anunciado que el alcalde se reuniría con unos treinta vecinos afectados».
Aquí es donde subió el tono, «ya que la gente protestó porque entiende que la movilidad, el tráfico, los autobuses, los accesos al barrio son una cuestión de todos, no de unos particulares, y querían que el alcalde les recibiera a todos ellos, como han demandado durante años».
LOS ANTECEDENTES
El 20 de junio de 2013 el García Montero, empezó la junta municipal de distrito a las 18.00 horas en punto. Las AA VV habían hecho público que en el transcurso de la reunión abandonarían la junta por «fraude» en la participación vecinal.
Una por una, la Asociación de Vecinos del Albaicín, la del Bajo Albaicín, la de Haza Grande y la de El Fargue, presentaron sus correspondientes escritos a la mesa presidencial de la junta municipal de distrito, y se largaron.
La reacción del concejal Juan García Montero, según explicaron los vecinos a este periódico fue la siguiente: «Esto es una pamplinilla, un paripé, una tontería. Si uno quiere venir a la junta, viene; y si no quiere venir, pues no viene».
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