«El territorio Comprometido»
Ana Sánchez Santiago, en representación de la Asociación Cultural Abuxarra nos traslada este escrito para que le demos la máxima difusión:
¿Hasta cuándo? es la pregunta que se hacen miles de alpujarreños cada vez que transitan por las carreteras de La Alpujarra, especialmente por el tramo que une Torvizcón con Cádiar, puerta de acceso y eje transversal de la comarca.
De todos es bien conocido que hace más de dos años se terminó el arreglo de esa carretera, cumpliéndose así un sueño histórico: que una de las arterias más importantes de la comarca tuviera una anchura que permitiera dos vías con sus arcenes correspondientes, la eliminación de algunas curvas angostas, buena señalización horizontal y vertical y la creación de miradores que sirvieran de descanso para el visitante y contribuyeran, a su vez, a favorecer el turismo paisajístico. Este sueño se empezó a desvanecer cuando cayeron las primeras lluvias y comenzaron a caer terreras. Pensamos que las limpiarían en su momento, pero nadie quitó nada.
El invierno pasado, uno de los más lluviosos de los últimos treinta años, los desprendimientos se sucedieron cada veinte o treinta metros; las señales verticales fueron engullidas por las lenguas de tierra que salían de los secanos que predominan en ese tramo; en numerosos puntos, la tierra invadió la calzada entera o uno de los carriles, y lo que había sido el sueño de los alpujarreños se convirtió en una pesadilla interminable.
Después de esa época lluviosa las máquinas sólo abrieron paso en los tramos que estaban cortados totalmente y ahora, un año después, todas las zonas peligrosas continúan igual: lo que fue una gran carretera de montaña se ha convertido en un camino con innumerables desprendimientos, en bastantes zonas hay un solo carril y las avalanchas de tierra se confunden con la amalgama de telas metálicas caídas. Las zonas de tierra que antes servían de miradores ahora son parte de la calzada y lo triste es que no parece importarle a quienes tienen la solución.
Durante este tiempo hemos asistido perplejos a la pasividad de la administración. Muchas son las preguntas que nos hacemos: ¿cómo permiten nuestros representantes públicos esta dejadez? ¿cómo permitimos todos los alpujarreños esta humillación que nos convierte, una vez más, en ciudadanos de tercera? ¿tanto cuesta enviar varias máquinas para que despejen esos kilómetros? ¿por qué este verano, que ya estaba todo seco, no se hizo nada al respecto?
En esta época de crisis tener una carretera así no hace más que empeorar y dificultar las iniciativas que puedan surgir, tanto las oficiales, a través de los ayuntamientos, como las iniciativas personales de tipo privado. Son muchas las voces que están recomendando el autoempleo, la creación de pequeñas empresas, la explotación del turismo natural y cultural, la agricultura ecológica, la cultura del vino… En definitiva, los nuevos emprendedores son la esperanza de estos pueblos alpujarreños.
Todos sabemos que para que nuestra comarca despegue económicamente hacen falta iniciativas públicas y privadas, pero hay algo que es imprescindible: tener unas buenas vías de comunicación y eso es lo que exigimos.
¿Hasta cuándo vamos a seguir tolerando esta situación? Es preciso que todos unamos nuestras voces y nuestros esfuerzos. Por eso, a través de estas líneas proponemos a todas las asociaciones alpujarreñas, a todos los grupos políticos, a los empresarios de todas las ramas y a todos los que viven en la Alpujarra o la visitan, que expresen su malestar y que exijan en todos los foros una solución rápida, eficaz y duradera.
ASOCIACIÓN CULTURAL ABUXARRA
CLUB UNESCO DE LA ALPUJARRA GRANADINA
Como no podía ser de otra manera, suscribo totalmente las palabras de Ana Sánchez. Pero es que, además, hay más. Las grietas de la carretera del puerto de la Ragua, cerca del primer cruce de Bayárcal cuando vamos hacía Laroles, empiezan a ser preocupantes; ¿tendremos que esperar a que ocurra una desgracia para que entonces alguien decida resolver el asunto?
Entre Yátor y Cadiar hay también caídas unas terreras descomunales, que en algunos tramos reducen la carretera a un estrecho paso. Además, en otros tramos la escorrentía se ha llevado literalmente la carretera, sencillamente ya no existe.
Y aunque en otras carreteras de la Alpujarra también hay terreras caídas, no tienen la importancia de las que comenta Ana y un servidor, pero también deberían tomar nota nuestros políticos para solucionar los problemas, y que sirvan alguna vez para algo provechoso, que con esa idea les votamos.
¡Ya va siendo hora que se acuerden de la Alpujarra y sus carreteras tercermundistas!
Quizás hasta que en este pais se sea capaz de priorizar gastos y dejar de invertir en un capital humano inservible que ocupa tantos y tantos sillones en las administraciones públicas.
Quizás hasta que nos demos cuenta de que el AVE es muy bonito que llegue a granada para potenciar el turismo, pero si después el turista no puede viajar a nuestras tierras altas para disfrutar de ellas, dejaremos de potenciar el turismo de interior tan necesario y rico en nuestra region.
Quizás hasta que los propios Ayuntamientos de la Alpujarra se olviden de «lo tuyo y lo mio» y se unan sinceramente para reclamar los servicios e infraestructuras que se merecen.
Como dice la canción quizás, quizas, quizas