«El Territorio Comprometido»
Vega de Antequera
Entre los fuerte relieves de las montañas béticas se abren algunas grandes planicies agrícolas (depresiones del surco Intrabético en Ronda, Antequera, Loja, Granada, Guadix y Baza), generalmente ocupadas por una vegas sobre las que se asientan y a la que domina una gran ciudad o un asentamiento importante. Los paisajes de estas comarcas tienen una personalidad propia que se deriva tanto de las peculiaridades de su medio físico y de los usos del suelo, como de la existencia de una historia antigua y rica: estos territorios han sido escenario de una ocupación humana muy prolongada, tanto de carácter urbano, como de colonización del medio rural (en ellos se localizan algunos de los más antiguos regadíos andaluces, en su mayoría de origen andalusí).
La depresión y la Vega de Antequera es un buen ejemplo de este tipo de paisaje, reforzando además su ejemplaridad por ser un espacio extraordinariamente accesible (una encrucijada en el corazón geográfico de Andalucía) y con una gran riqueza de puntos panorámicos y enlaces visuales. El conjunto de elementos rurales de su fértil vega, donde tradicionalmente se intercalan cultivos herbáceos y arborescentes, el emplazamiento de los núcleos de población (especialmente la ciudad de Antequera, dominadora de toda la llanada) y la dimensión y belleza de las montañas calcáreas que circundan la depresión, son rasgos característicos del paisaje antequerano. Rasgos que se ven potenciados por la existencia, en el entorno de la llanura irrigada, de hitos paisajísticos cargados de significados legendarios, generalmente relacionados con las formas caprichosas del relieve kárstico (peñas, torcales, cuevas).
El conjunto de circunstancias concurrentes en la Vega de Antequera convierte a este espacio en un referente ineludible del paisaje andaluz, de significativas analogías con algunas vegas intrabéticas (Ronda, Loja, Granada), a la vez que de fuerte contraste con otras (Guadix, Baza), así como con otros ámbitos agrarios del interior regional, como es el caso de las campiñas del Guadalquivir, sobre todo por sus dimensiones y el alejamiento relativo de las alineaciones orográficas circundantes.
1. Mosaico de cultivos
La presencia de un importante componente minifundista sobre la Vega origina un espacio agrario muy diversificado, en contraste acusado con los paisajes de monocultivo imperantes en las campiñas del Guadalquivir. El parcelario menudo, las variedades de cultivo (sucesión de olivos, árboles frutales y plantaciones herbáceas) y la pervivencia de setos vivos refuerzan la imagen de amenidad y complejidad. Todo ello se materializa también en la diversidad cromática de los componentes del paisaje rural (una amplia gama de verdes y ocres punteada por el blanco caserío disperso).
2. Entorno serrano
El llano de Antequera se encierra entre montañas y relieves muy nítidos. Ello refuerza el carácter de recinto cerrado que tiene, no sólo la Vega de Antequera, sino otras vegas interiores, como las de la meseta rondeña o la depresión de Granada. Los materiales calizos que conforman estas montañas dan origen, además, a paisajes cársticos que se encuentran entre los más espectaculares y conocidos de Andalucía, por ejemplo los célebres torcales (sobre todo, el Torcal de Antequera) que se localizan en las inmediaciones de la Vega.
3. Patrimonio rural
La Entre las construcciones agrarias que pueblan el ámbito de Antequera, se encuentra un patrimonio edificado de alto valor. En las tierras calmas cerealistas y en los olivares del entorno, las grandes propiedades edificaron cortijos y haciendas que hoy constituyen una marca en el paisaje de la comarca y un recurso patrimonial de atracción de visitantes.
4. La Peña de los Enamorados
Un elemento orográfico singular y ampliamente reconocible en el paisaje de la Vega, un lugar cargado de significados y leyendas.
5. Laderas olivareras
En las zonas periféricas de la llanura antequerana, se localizan las masas olivareras, sobre suelos de mayores pendientes, de menor calidad y, al menos tradicionalmente, de secano.
… Anda la comarca entre las tentaciones de la campiña andaluza (cordobesa y sevillana) y las serranas de Granada, y no acaba de decidirse del todo y se queda un poco en sí misma, hasta en sus propias aguas que se estancan en lagunas grandes y saladas… la vega la componen tierras llanas u onduladas, cubiertas de olivares… hay huertas en los hondones donde el agua y crecen nogales y moreras… y donde no llegan el olivo ni el agua, el cereal de los secanos.
José Antonio Muñoz Rojas, de Málaga, 1977
Czestochowa Martín Gómez, Ingeniera de la Edificación de GRarquitectos & Miguel Angel Sánchez del Arbol. Geógrafo y Urbanista. Colaborador de GR-Arquitectos Asociados
Con el de hoy terminamos esta serie sobre el paisaje Mediterráneo. Esperamos que haya sido de vuestro agrado y haya servido para conocer un poco más y con una perspectiva diferente nuestros variados y preciosos paisajes de Andalucía.
Con el de hoy terminamos esta serie sobre el paisaje Mediterráneo. Esperamos que haya sido de vuestro agrado y haya servido para conocer un poco más y con una perspectiva diferente nuestros variados y preciosos paisajes de Andalucía.
Mis queridos Czesto y Miguel Angel, muchas gracias por esta didáctica exposición, siempre aportando; inteligente síntesis de la belleza y riqueza de nuestra tierra.
Echo en falta una mayor atención sobre las cicatrices de la tierra, las canteras que jalonan todo el Surco Intrabético o los viales de acceso a las plataformas eólicas que arañan las laderas de sus principales montañas, lo que tanto impacto produce sobre su paisaje. Sería muy interesante recrear los escenarios que resultarían de una adecuada intervención en esta dirección, a lo mejor descubririamos que tenemos un paisaje más relevante de lo que en apariencia nos parece.