«La Ciudad Comprometida»
Comenzamos el repaso a las 10 ciudades con los mejores centros urbanos según la revista Monocle: Zurich es la ciudad más importante de Suiza, en gran medida por ser un polo financiero de primera magnitud mundial. Como ciudad no deja de ser de un tamaño medio (no llega a los 400.000 habitantes), pero posee un gran área metropolitana que alberga a casi millón y medio de personas. Desde el aire, podemos apreciar una ciudad donde el color verde toma protagonismo por la gran superficie que ocupa en la trama urbana.
Para el forastero, Zúrich parece fácil de descifrar: posee todos los estereotipos del estilo de vida suizo, con sus calles modositas, barrios residenciales limpios y cultura estrictamente empresarial.
El forastero está en lo cierto. Más o menos. Zúrich es un centro neurálgico a nivel económico. Es el cuarto centro financiero más importante del mundo tras Nueva York, Londres y Tokio (aunque Singapur y Hong Kong podrían quejarse) y genera aproximadamente una quinta parte del producto nacional y el empleo suizos. El 77% de los trabajos de la ciudad está relacionado con las finanzas.
Entre financieros bien arreglados, el toque de caos benigno de Zúrich procede de su escena artística. Posee una vida cultural variada, pues alberga más de 50 museos, teatros y salas de conciertos, y un montón de galerías. Además de la reapertura del edificio Löwenbräu, que será sede de la Kunsthalle, de Hauser & Wirth, y del Museo Migros, este año se inaugura el nuevo festival Arte y Ciudad. Gran parte de su encanto se halla en sus joyas artísticas indie, situadas fuera de los circuitos convencionales. Si uno se da un paseo por Limmatstrasse de camino al Viadukt, es probable que se tope con la Industriehof. Construida en 1929 por el arquitecto Fritz Fischer, la antigua sala de exhibición y garaje del legendario concesionario de coches Emil Frey alberga hoy galerías como BolteLang y Lullin+Ferrari.
Zúrich es además una ciudad que trata constantemente de mejorar. Influida por un número creciente de inmigrantes alemanes, chinos y británicos, ha ido cambiando sus ademanes poco a poco: el comercio minorista independiente comienza a surgir a lo largo y ancho de la ciudad y hay más opciones para comprar en domingo y a última hora de la tarde, con zonas comerciales que se desarrollan en la estación de tren y en el aeropuerto.
El reciente torbellino económico puede haber afectado a algunos bancos de la ciudad, pero también ha estimulado a los emprendedores, con una cantidad creciente de jóvenes que comienzan a montar sus propios negocios y unas 30 iniciativas, solo el año pasado, en campos que van desde la tecnología hasta la medicina. “La cultura del riesgo en Zúrich es bastante baja”, explica Michel Bachmann, cofundador del Hub Zúrich, la filial suiza de la incubadora de tendencias londinense. “La gente de aquí siempre hace bien sus deberes, investiga todas las opciones y lo tiene todo planeado antes de decidirse a invertir en un negocio incipiente. El Gobierno siempre ha apoyado a las empresas de alta tecnología; ahora tratamos de atraer mayor inversión hacia granjas de cultivo biológico y hacia nuevos proyectos educativos innovadores”.
Algunos de los encantos de Zúrich —edificios bajos, mentalidad provinciana y prosperidad— son también sus puntos débiles. Una de las principales preocupaciones de la ciudad sigue siendo la escasez de propiedades y el coste de la vivienda. El edificio de 36 plantas Prime Tower, primer rascacielos de Zúrich, puede que destaque como un dedo pulgar inflamado, pero a la vez simboliza el compromiso de la ciudad para abordar la escasez de espacio comercial y repensar la planificación urbanística.
La ciudad se ha focalizado principalmente en Zúrich Norte, el área entre el aeropuerto y el centro, y en Zúrich Oeste, un antiguo páramo industrial que ha sido transformado a lo largo de la década anterior y ahora alberga artistas y diseñadores y el tipo de vida nocturna floreciente y alternativa que esperas que genere ese tipo de gente. Una nueva línea de tranvía, construida con un coste de 150 millones de francos suizos (124,6 millones de euros), conecta ahora el vecindario con el centro, y los tranvías pasan cada cinco minutos, con un índice de puntualidad muy suizo de un 96%.
FICHA:
- Población: 390,082 en la ciudad, 1,39 millones en el cantón de Zúrich.
- Vuelos internacionales: 196 destinos internacionales (179 el año pasado), de los cuales 61 son intercontinentales.
- Delitos: asesinatos, 16; robos domésticos, 4.861 (descienden; en 2010, 5.260).
- Educación: hay 14 instituciones de educación superior en el cantón, incluidos la Universidad de Zúrich y el renombrado Swiss Federal Institute of Technology (ETH). Ambos son de origen público.
- Sanidad: 16 hospitales y tres hospitales universitarios altamente especializados; 416 ciudadanos por médico (asciende; 410 el año pasado).
- Luz solar: 1.482 horas de promedio anual.
- Temperaturas: máxima de media en julio, 22,9º C; mínima de media en enero, -2,8º C.
- Tolerancia: desde enero de 2007, las parejas homosexuales se pueden inscribir en el registro de la ciudad.
- Beber y comprar: la mayoría de los bares abren hasta las 3.00 durante la semana, y hasta las 4.00 los viernes y sábados. Los domingos cierra todo el comercio minorista, salvo las tiendas de la estación ferroviaria principal.
- Ciclismo: el 7% de los que se desplazan al trabajo van en bicicleta.
- Puntos de recarga eléctrica para automóviles: 16.
- Transporte público: precio del billete más barato de tranvía y autobús, 2,60 francos suizos (2,17 euros); el abono diario cuesta 5,20 francos suizos (4,34 euros).
- Cultura: el cantón invirtió cerca de 128 millones de francos suizos (106,7 millones de euros) en actividades e instituciones el año anterior. En Zúrich hay 18 cines y unos 50 museos.
- Acceso a la naturaleza: un viaje en tren de 20 minutos te lleva a la montaña Üetliberg, donde hay una magnífica vista sobre el lago y la ciudad. Otra opción es tomar un barco para hacer un crucero por el lago, o visitar el Werdinsel, la isla de la ciudad de Zúrich.
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La idea, más bien el recuerdo , que poseo de Zurich es simplemente intuitiva, percibida por la piel. Los datos son interesantes y proporcionan otro tipo de realidad, pero creo que existen datos fundamentales que ignoramos.Decimos, por ejemplo , que el número de museos de la ciudad es de 50 , pero no relacionamos la cifra con los visitantes ni con los números de ciudades parecidas. No es una crítica, simplemente ocurre casi siempre porque le otorgamos más importancia al continente que al contenido y a su función cultural.No solo debemos conseguir espacios para… lo importante es llenarlos con público y con contenidos de calidad.
tienes mucha razón, pero no toda… En realidad no dejan de ser parámetros elegidos a fin de poder establecer criterios de comparación. No es igual el museo del Prado que otro de arte y costumbres populares, evidentemente, pero la densidad de vida cultural en una ciudad está claro que constituye un factor relevante a la hora de establecer una valoración sobre su calidad de vida.
Creo que al final del repaso/paseo por estas diez ciudades, podríamos incluir la valoración que esta misma publicaciòn ha realizado sobre Madrid y Barcelona, mucho más próximas culturalmente, y sobre todo, sacar algunas conclusiones del estudio comparativo.