«La Ciudad Comprometida»
“Actualmente, más de la mitad de la población mundial vive en ciudades, por lo que lograr que nuestras ciudades sean más seguras es un reto a largo plazo que podemos alcanzar… así, la resiliencia y la reducción del riesgo de desastres deben formar parte del diseño y estrategias urbanas para lograr un desarrollo sostenible”.
Con estas palabras comienza el manual que para líderes de los gobiernos locales ha elaborado Naciones Unidas a fin de desarrollar ciudades más resilientes, mejor preparadas ante los riesgos que la acechan, dentro de la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres (UNISDR), y la correspondiente campaña mundial de difusión 2010-2015.
Este manual ha de proporcionar a los distintos regidores del mundo un marco genérico para la reducción de riesgos y la identificación de buenas prácticas y herramientas ya experimentadas, y para ello crea este foro para el intercambio de conocimientos.
Pero para saber en qué situación está cada ciudad, el citado manual desglosa una lista de comprobación con 10 aspectos básicos, con los que se podrá establecer el nivel o estatus en que se hallan cada una de las ciudades que quieran adherirse al programa, o que simplemente quieran conocer en qué posición se encuentran ante la prevención e intervención frente a riesgos.
De manera resumida, los 10 aspectos esenciales para lograr ciudades resilientes son:
- Mi ciudad está organizada y coordinada: Desde cómo debe participar la sociedad civil, al conocimiento de cúal es el papel que cada departamento municipal debe jugar.
- Mi ciudad asigna un presupuesto a la reducción del riesgo de desastres y ofrece incentivos a los distintos agentes sociales para ello.
- Mi ciudad mantiene información actualizada y pública sobre las amenazas y vulnerabilidades de la que es presa, elaborando evaluaciones de riesgo y utilizándola como base para sus planes y decisiones relativas al desarrollo urbano.
- Mi ciudad invierte en infraestructuras para reducir el riesgo, ajustándolas incluso al cambio climático.
- Mi ciudad ha evaluado la seguridad de sus instalaciones educativas y de salud, mejorándola cuando es necesario.
- Mi ciudad aplica sus reglamentos de construcción y de planificación del uso del suelo en cuanto a los aspectos relativos al riesgo, identificando terrenos seguros y, cuando sea factible, modernizando los asentamientos informales.
- Mi ciudad lleva a cabo programas educativos, de sensibilización y capacitación, sobre la reducción de riesgos.
- Mi ciudad protege las zonas naturales de amortiguación frente a riesgos.
- Mi ciudad tiene establecidos sistemas de alerta temprana y desarrolla capacidades para la gestión de emergencias a través de simulacros regulares.
- Mi ciudad, tras un desastre, atiende de manera prioritaria a los damnificados, ofertando la reconstrucción de sus hogares y medios de sustento.
Con estas simples propuestas, cada ciudadano, en el derecho que tiene de exigir a sus gobernantes que gestionen bien sus intereses, pero también en el deber que tiene de participar en el beneficio de su comunidad, pueden en apenas unos minutos fijar en qué situación se encuentra su ciudad respecto a la reducción de riesgos de desastres, algo a lo que desde estas líneas invitamos y caso de observar deficiencias en su ciudad lo haga saber a sus regidores.
Y si tus inquietudes te llevan más allá, entre el 7 de noviembre y el 9 de diciembre del presente se celebrará en Panamá el I Curso Taller Internacional sobre Gestión de Riesgos de Desastres y Promoción del Desarrollo Sostenible en los Gobiernos Locales, auspiciado por la UIM (Unión Iberoamericana de Municipalistas) y la propia Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres.
Para más información sobre el Manual se puede consultar la página web www.unisdr.org/campaign y hacer cuantas sugerencias se consideren oportunas a isdr-campaign@un.org. Mientras que si lo que quieres es informarte sobre el curso lo puedes hacer en www.uimunicipalistas.org
Juan Garrido Clavero, geógrafo de GRarquitectos
Que interesante. No tenía ni idea de la existencia de este manual. Me parece una opción muy acertada y también creo que involucrar a la población en algo tan fundamental como la seguridad ante situaciones de emergencia es importante. Debería de fomentarse más la puesta en práctica de programas que preparen y que instruyan a los ciudadanos sobre los procedimientos de actuación ante situaciones de riesgo.
Hace muy pocos días, quizás el de hoy menos tres, que tome la decisión de acceder al refugio de las decisiones, para coger el tarro del “silencio” y tomar las dosis necesarias para aguantar la intención de despedirme de vuestro foro.
Si. Porque un foráneo de vuestras disciplinas académicas y laborales… ¿Qué hago yo acá? Pues en ocasiones cometer dislates verbales y de intención equivoca. No es concebible que un alejado, se acerque poniendo condiciones a un “urbanista” en sus comentarios. Que sitúe al “moro-Muza”, coetáneo de Gebel al Tarik, en un tiempo que no es el suyo, sin explicar que los textos no permiten “recortes” sin los cuales el texto seria de una lógica asumible.
Pero no. Hoy me siento obligado y dar mi última opinión a este foro de arquitectos y proyectistas de cubículos sostenibles. Soy padre y mi vida es útil, solo y empezando por mis hijos y sufro con mucha tristeza el dolor de esos padres que vieron perder a sus vidas, en esta aglomeración de un espectáculo lúdico.
Y pido. ¿No seria condición indispensable que estos habitáculos de festejos estuviesen acondicionados para “salidas emergentes y multitudinarias”? ¿Es tan difícil el estudiar mecanismos de salida-rápida para multitud? ¿Cómo puedo dejar a mis hijos, el ir a un estadio de futbol o de cualquier motivo de diversión, si no posee un mecanismo de desaforo rápido? Pues he aquí, que lo pido con vehemencia a que los técnicos en urbanismo, traten de dar solución a estos casos emergentes y de necesidad. HASTA SIEMPRE GRACIAS
Un buen conversador como Paco deberá admitir una réplica y súplica a tan tajante decisión, ignoro si consultando o no al oráculo… El caso es que yo tambien soy «alejada a estas disciplinas» pero mi gente me ha hecho sentirme libre y feliz con ellos; por ello me pregunto si no hemos sabido trasmitirse esa misma gratitud y actitud. Espero rectificación en forma de comentarios; no es justo que perdamos a cambio de nada, amenazamos con solicitar hoja de reclamaciones!!!!
Raquel, hoy voy para ti. En principio para dar mi más profundo agradecimiento de lo que en pocas letras y sentimiento, me dedicas. Y todo ello, viene de un sentir femenino, quizá porque de una mujer las ideas y los sentimientos son nacidos de la sinceridad y el acierto.
Recuerdo con nostalgia agradable, un dialogo atrayente con aquel amigo de otros días que firmaba con el nombre de Saúl, en el tema del proyecto “Puerta Nueva” de Alvaro-Siza. Siempre he comentado que “yo no escribo para mi, y si para provocar encuentros y dialogo sobre el tema”, por aquello de que siempre he deseado tener mas grande el oído, que la boca, que dicho burlescamente “me gusta mas el ombligo ajeno que el propio”. Pero, no es broma.
Por otro lado y esto es importantísimo para mi, siempre he recibido de Juan Carlos y otros mas, un alentador comentario a mis comunicados y para ello mi agradecimiento nunca he encontrado palabras en mayúscula de alegría en respuesta. Lo que en un momento de reconocimiento humildemente sincero, salte de la silla de mis ideas y me dije “¿Qué hace un tío como tu entre los entendimientos académicos para los que nunca estuve preparado?, pues, nada, y llegará el momento en el que tus conocimientos no den elasticidad y…el golpe será frustrante. Es eso, nada más. GRACIAS RAQUEL
Probablemente pocas ciudades puedan responder afirmativamente a esta pregunta, porque aunque en muchos países se han tomado medidas para reaccionar ante situaciones de emergencias, creo que la ciudadanía está poco concienciada con los posibles desastres naturales a los que nos enfrentamos y cómo reaccionar ante ellos. Todos deberíamos trabajar para mejorar la concienciación ciudana.
Para Paco Pipó. Querido y entrañable contertulio Paco, no me gustaría que éste fuera un punto y final a tu participación en este foro, en el que por casualidad nos hemos encontrado y «batido» con elegancia y compromiso por las ideas que defendemos. Personalmente me es muy estimulante leer tus comentarios, porque aunque en ocasiones parten de postulados diferentes, en otras me han hecho ver puntos de vista que ni siquiera me había planteado, lo que he tomado como una agradable aportación, y a veces como una verdadera cura de humildad. Por eso, con independencia de cual fuera tu decisión, te quería agradecer que, como se dice aquí, «entraras al trapo», y de vez en cuando nos propines un adecuado zarandeo, para que broten de nosotros esas aceitunillas que tan dulce zumo han de dar.
Y como si para engancharte fuera, he de decirte que lo ocurrido en el Madrid Arena no hace sino poner de manifiesto que por muy controlados que supongamos nuestros riesgos, existen variables que nunca fueron barajadas o al menos no en la consideración que debieran. Y me gustaría destacar entre ellas aquellas estrictamente antrópicas, pues considero que no existían carencias en el diseño del edificio, sino más bien en la conducta ciudadana, ya sea de parte de los asistentes o de los organizadores. Cada día vamos a ir viendo como en esto de los riesgos la presencia del elemento humano es determinante, pudiéndose dar el caso de que en una extensión sin apenas peligros próximos un grupo de personas podrían sufrir un riesgo inminente sólo dependiendo de su conducta. Creo que este es uno de los nuevos retos de la globalización, cómo contener a una masa de la que se ha perdido el control, y lo que es peor, de la que desconocemos como reaccionará. Recuérdense casos como el de aquella Semana Santa de Sevilla en la que se dieron distintos casos de estampida humana, o los linchamientos arbitrarios a los que se someten ciudadanos en Centroamérica sólo por unas simples sospechas, o los muertos y heridos a los que dio lugar otra discoteca en Madrid, la de Alcalá en los años 80´s, en las que hubo tantos afectados por aplastamiento como por los navajazos que propinaban aquellos que querían deshacerse de su situación a base de incluso la vida de los demás… En definitiva, un acto de reflexión con el que me gustaría poner de manifiesto que si bien los riesgos naturales no están superados, como nos ha demostrado el huracán Sundy, los antrópicos no le van a la zaga y quizás son más importante por menos desconocidos.
Eso de tener un “amigo” en los comentarios de este foro, es el placer más grande que puedo llevarme y es la luz que da camino al entendimiento, a la tolerancia y al aprendizaje. Con todo sentimiento, te doy las gracias.
ENTRO AL TRAPO. Ya lo hice en mi respuesta a Raquel, que tan amablemente y quizá con ese arte tan femenino que da a sus palabras, de las que nadie puede darse por sordo. Soy un ser provocador, porque ya en mis años jóvenes, los fines de semana nos reuníamos, bien el “bar-Sevilla” o en el “Jandilla” y otros, para discutir fogosamente de cualquier tema y bien que tengo presente en mi memoria. Celebres fueron las charlas del romano Tertuliano y me sumerjo en ellas agudizando el oído y exclamando cualquier barbaridad cuando el tema se escurría en la alteración de la tertulia. Yo me he metido en este foro por la puerta de atrás y he recapacitado en mis pequeñeces y otras veces disfrutado con mis ocurrencias (como aquel articulo del Colegio de los Ferroviarios o el de los monjes budistas del Garraf o en el poemilla a García Lorca). Son cosas mías que pongo al desnudo ante vosotros…porque disfruto de estar con vosotros. Me alegro en mis interiores cuando veo las grandezas profesionales de nuestro jefe-Juan Carlos o las opiniones de tantos como tu, que integráis este oleaje de noticias y comentarios. Es un lujo (como diría JC) pertenecer a este sarao sin acta final, quizás porque la lio diversidad de sus ocurrencias, es la lidia taurina de las ideas. Y esto es lo que tiene que ser este foro, una ensaladilla de opiniones que divergentes o no, den la salsa. No me voy, porque mi naturaleza me lo impide y si en alguna ocasión me lo he propuesto, miro mi ombligo y termino por reconocer que el vuestro, va de bonito. SIGO.