«El Territorio Comprometido»
Uno de los principales efectos del cambio climático es su incidencia sobre la biodiversidad, y en Sierra Nevada estos impactos son mayores al tratarse de un macizo aislado, que alcanza unas altitudes muy elevadas y el más meridional de Europa, además de encontrarse en un punto de transición entre dos comunidades biogeográficas. Los principales aspectos a considerar son los cambios en la fenología (atraso o aceleración de las funciones vitales de plantas y animales, o alteración de sus relaciones y competencias por las alteraciones ene l clima impuestas por el cambio climático). Cambios altitudinales en la distribución y abundancia de las especies (las especies, motivadas por el cambio global, irán colonizando progresivamente cotas altitudinales más elevadas, y que los organismos de pisos superiores pueden extinguirse a nivel local o incluso global.). Cambios latitudinales en la distribución y abundancia de especies (significa que la distribución de las especies cambiará en sentido norte sur. Sierra Nevada constituye el límite más meridional de algunas especies, que desaparecerán migrando más al norte, y ya se han comprobado la presencia de especies propias de latitudes más cálidas en el sur de la Península Ibérica y en concreto en Sierra Nevada). Cambios en interacciones ecológicas: en Sierra Nevada se ha podido comprobar la expansión de algunos insectos gracias al aumento de las temperaturas en determinadas cotas, como la porcesionaria del pino.
Por otra parte se está llevando a cabo el proyecto GLORIA (Global Observation Research In Alpine Enviroments), iniciado en 2001. Este proyecto pretende principalmente evaluar las posibles pérdidas de biodiversidad en zonas de alta montaña así como la vulnerabilidad de estos ecosistemas ante el cambio climático. Las especies estudiadas son el pastizal y el enebral-piornal.
Se estudian muchas formaciones como los Bosques autóctonos y matorrales de media y alta montaña, la Vegetación de Ribera y los Borreguiles. Estos últimos son pastos húmedos de alta montaña, que están muy condicionados por la existencia y temporalidad de la nieve, este ecosistema, por su importancia se lleva estudiando desde los años 80, y se ha calificado como indicador del proceso de cambio climático, por la cantidad de datos que de él se tiene y por su sensibilidad a los cambios ambientales. Algunas especies estudiadas son endemismo, que están en peligro de extinción como la arenaria nevadensis.
Por otra parte todas las especies de fauna han sido sometidas a un seguimiento con el fin de evaluar de forma preliminar los efectos del cambio global y analizar el conjunto de amenazas. Así como la gestión adaptativa, proponiendo medidas de gestión que contribuyan a mitigar el impacto de los efectos del cambio global sobre sus poblaciones.
Para el seguimiento de la población del jabalí y de la cabra montés, se realiza un monitoreo del estado poblacional y sanitario, se realizan censos y se llevan a cabo medidas para su conservación y manutención de la población, en rangos sostenibles.
Se evalúan las tendencias poblacionales, patrones de distribución y abundancia y selección de hábitats de algunos micromamíferos de Sierra Nevada como el topillo nival, la rata de agua o el topo ibérico y de mamíferos carnívoros como el zorro, el tejón o el gato montés. Así como a aves y rapaces, como el aguililla cazadora, que se reproduce en Sierra Nevada.
También se siguen las poblaciones de anfibios y reptiles, entre las que destacan poblaciones de endemismos del sudeste ibérico como el sapo partero bético. Respecto a los reptiles existen unas 20 especies sometidas a seguimiento, entre ellas la culebra lisa europea. También se estudian antrópodos y especies importantes como la procesionaria del pino, que tienen unas necesidades climáticas muy concretas.
Por último se llevan a cabo modelos de distribución potencial de especies y proyecciones futuras. El objetivo es simular cambios en la distribución geográfica de las especies de flora y fauna en Sierra Nevada según distintos escenarios de cambio climático, para obtener datos con los que mejorar los planes de gestión adaptativa del espacio natural protegido.
Natalia Palomares Aliaga. Geógrafa e Historiadora de GRarquitectos y Desarrollo de Ciudades Comprometidas
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