«Ciudadanos Comprometidos»
Hace unos años viajé a Santiago de Chile, y recuerdo que al día siguiente, muy temprano, salí a correr desde mi hotel, y sin saber porqué, me dirigí al Parque Metropolitano, una bella montaña ubicada en el centro de la ciudad. Desde un primer momento supe que esa ascensión iba a formar parte de mis mejores vivencias personales… ¡Y vaya si lo fue! Porque inexplicablemente me puso en comunión con dos personas muy queridas que aquella mañana me abrazaron desde las estrellas… pero no es eso lo que os quería contar… Pues bien, ya en la cumbre, la música tenue de una coqueta capilla me atrapó y al entrar pude leer la oración a la Madre de Santiago… la Virgen que preside aquella montaña… Y me pareció maravilloso que mi oficio de urbanista se viese mágicamente reflejado en aquella plegaria, que desde entonces hice mía:
…Mira, Madre, a tu ciudad.
Aquí tienes nuestras casas y poblaciones,
nuestras fábricas, cárceles y escuelas,
nuestros hospitales, estadios y caminos.
Queremos invocar tu protección sobre nosotros.
Haz que nunca falte el pan en nuestras mesas,
ni cariño en los hogares.
Haz que siempre haya justicia en nuestras leyes
y respeto por cada ser humano…
Por eso, cuando hace unos días pude leer la reciente encíclica del Papa Francisco «Laudatio Si», mis recuerdos volaron hacia aquella mañana fría de Santiago, y me sentí muy reconfortado, hasta el punto de que le mandé un abrazo inmenso por su valentía, por su sentido de la oportunidad, por haber sabido mirar hacia una de las mayores injusticias que hoy consentimos por doquier: que nuestras ciudades sigan siendo espacios que dificultan no sólo el desarrollo personal, sino algo tan básico como la propia dignidad, ante la apatía y la desidia de unos y otros.
Y tuvo que llegar el Papa Francisco, autoridad excepcional pero mejor ciudadano, para decir con fuerza que no es justo que en el s.XXI nuestro desarrollo se siga basando en un crecimiento desmesurado, en un consumo de recursos excesivo e insostenible y en unas ciudades desiguales y poco habitables… que le dan la espalda a las personas. Y es por ello que la encíclica está repleta de referencias a lo más importante, al ser humano. A la indignidad que supone la desigualdad en la ciudad, a la exclusión de las personas por deficiencias en las infraestructuras o el trasporte, a la perdida de la identidad colectiva que emana del no mantenimiento de nuestro patrimonio, o a lo difícil que es relacionarnos con el otro en una ciudad deshumanizada, cuyo tejido social enfermo nos aleja cada vez más de una ciudad sostenible y justa… En suma, de una ciudad comprometida, como nos gusta denominar a nosotros…
Por eso, cada vez más querido Papa Francisco, para este humilde blog, que semana tras semana aboga por el desarrollo de ciudades comprometidas, es un inmenso honor lleno de toda nuestra gratitud, incorporarte a nuestra selecta nómina de CIUDADANOS COMPROMETIDOS.
Para leer el texto completo pincha aquí
Bienvenido Francisco, ojalá a ti te hagan caso.
Amen
Mi querido amigo, me ha encantado la iniciativa, porque ciertamente estamos ante un Papa diferente y con una calidad humana fuera de lo común. Su influencia para millones de personas es indiscutible. Yo no soy creyente y sin embargo, lo admiro profundamente, aunque tengo que decir que no solo con gestos es posible cambiar las cosas, también se necesitan los hechos, muchos hechos, que espero que sea capaz de empezar a llevar a cabo.
Sin duda el Papa Francisco es un hombre diferente y su mensaje es reflejo del clamor de los ciudadanos comprometidos que andamos regados por el mundo intentando se nos escuche. Este espacio que nos regala la Ciudad Comprometida es fantástico y mayor aún la alegría de saber que el Papa Francisco es uno de nosotros.
Me parece acertado » apuntar» a L CC a este curioso personaje., que como dice Sabina, a muchos les da miedo porque parece de verdad que cree en Dios. Yo creo que por lo menos cree en el hombre, que no es poco. En cualquier caso todos , todos somos creyentes de alguna forma: algunos creen que Dios existe y otros creemos que no. En realidad la creencia no es una certeza y por eso lo que nos define son las obras. En este escenario, el de las obras, nos ha ganado por el momento a casi todos. Bien por la iniciativa
Gracias Manuel, yo también creo que ha sido un acierto porque cada día que pasa tiene mucho más interiorizado el Papa Francisco su papel de ilustre ciudadano comprometido