
¿Tiene derecho un ciudadano a visitar gratuitamente el patrimonio cultural e histórico de su ciudad? Sí. ¿Lo sabía? Seguramente este dilema no se lo haya planteado nunca salvo si alguna vez se ha visto en la situación de pagar por ver algo que es propio de su ciudad. El debate, zanjado hace años por la ley de Patrimonio Histórico de Andalucía, sigue latente porque son muchos los museos y monumentos que cobran por igual y sin distinción alguna entre turistas y residentes.
Tal es el caso de la Capilla Real de la Catedral de Granada, que por su acceso cobra cuatro euros, sin tener en cuenta el origen del visitante, e incumpliendo por tanto, lo dictado en el artículo 14 de la Ley. En ella se establece una serie de obligaciones para los propietarios de monumentos catalogados como Bienes de Interés Cultural o que hayan recibido fondos públicos para su restauración o mantenimiento. Entre esas obligaciones está la de permitir cuatro veces al mes la visita gratuita a los ciudadanos que no ofrece como posibilidad este espacio de la Catedral de Granada y que recientemente recibió fondos de la Junta de Andalucía y de la Fundación Caja de Madrid (Bankia) para su restauración.
La situación de la Capilla Real de Granada no es un hecho aislado sino que se suma a otros monumentos andaluces de titularidad privada que incumplen reiteradamente la normativa. De hecho, el año pasado, la protesta vecinal contra el el cobro del acceso a la iglesia colegial de Santa María de los Reales Alcázares de Úbeda, recién restaurada por la Junta de Andalucía por un montante total de seis millones de euros, originó que el Gobierno andaluz diera un toque a la Iglesia sobre este asunto bajo amenaza de replantearse las condiciones de mecenazgo de las futuras restauraciones del patrimonio eclesiástico.
Son muchas las actuaciones de restauración y conservación que la Junta de Andalucía realiza a lo largo de toda la geografía andaluza en el patrimonio de la Iglesia. Desde que en 1997 se iniciara este convenio de colaboración, la Junta ha invertido más de noventa millones de euros en casi cuatrocientos edificios. Un gasto público que el Gobierno andaluz quiere que revierta a la ciudadanía y de ahí el que imponga la condición de que se permita el acceso gratuito a los vecinos, al menos, cuatro veces al mes.
No es el caso de la Capilla Real de Granada, perteneciente al catálogo del Patrimonio Andaluz, y el cual me quedé con las ganas de enseñar a mi hija en mi última visita, porque como vecino de Granada no estoy dispuesto a pagar ocho euros por algo que, por Ley, me deben facilitar gratuitamente y que, en anteriores ocasiones, ya había visitado sin pagar nada. Espero que algún responsable tome cartas en el asunto y corrija este tema lo antes posible. Los granadinos nos merecemos poder visitar nuestro patrimonio.
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