Cae la tarde lánguidamente sobre la Zona Norte de la ciudad de Granada y el último viernes de este verano se acicala para divertirse, última promesa fugaz antes de que el otoño con sus octubres y sus noviembres devuelvan al personal a la realidad, a la rutina, a la pertinaz crisis.
El concejal del equipo de gobierno del Partido Popular Jorge Saavedra fue el encargado de pregonar las fiestas de Casería Montijo. Nervioso, emocionado, pero firme ante su primer pregón, el joven edil popular subió al escenario y desgranó durante quince minutos vivencias, recuerdos y compromisos.
Recordó su experiencia como profesor en el instituto del barrio de La Paz, también en la Zona Norte, al igual que su paso como presidente de la junta de este distrito de Granada. Tuvo palabras de calor hacia los vecinos y hacia la propia asociación y certificó que «Casería Montijo es la ‘niña mimada’ del distrito Norte».
Especificó que cuenta con unas estupendas escuelas infantiles municipales, un centro de día «y una nueva sede para los actos vecinales, así como las pistas polideportivas». Muchos responsables vecinales presentes el viernes en Casería Montijo de los vecinos barrios de Cartuja, Almanjáyar, Campo Verde o Parque Nueva Granada confirmaban las palabras del edil, al menos en lo que se refiere a la flamante sede de la asociación de vecinos.
El presidente vecinal, Clemente Arco, quiso convertir el pregón de las fiestas en un acto de concordia. Invitó primero a subir al escenario a su junta directiva. Luego a los ediles populares, comandados por Vicente Aguilera y Telesfora Ruiz, a quienes acompañaron los socialistas Paco Cuenca y Jemi Sánchez.
Todo salió a la perfección. No hubo los acostumbrados cortes de luz de otros años, los autogeneradores funcionaron a la perfección, los vecinos bailaron y rieron y la Plaza Roja, testigo de estas fiestas, continuó sonriendo sin nomenclatura oficial.
