Estaba paseando por la Feria de Lorca de Granada cuando me di cuenta, de repente, como si una nube de alacranes me comiera las sientes, que no estaba leyendo los carteles de forma correcta. Pretendía llegar a la Feria de Lorca de García y estaba en la Federico del Libro de Granada.
Claramente, algo no funcionaba.
Seguí paseando y rumiando.
Me volví a detener mientras las sienes plateaban como olivos en la noche que noche nochera y el trasunto seguía impertérrito y el cartel decía: Feria del Libro de García. Me froté los ojos como en los tebeos de cuando era un niño y cual piedra ardiente en el lugar del pecado tomé una fotografía.
Cuando comprobé los detalles alí estaba, registrada digitalmente para siempre: Federico de la Feria de García. La borré de inmediato y tomé una nueva foto. Al comprobarla se leía: Feria de Granada de Lorca. Volví a intentarlo, un nuevo click y a comprobar: Feria de Lorca de Granada.
Esto me empezó a tranquilizar.
Volví a leerlo: Feria del Libro de Granada
Se me paró el corazón.
¿Y Lorca?
Volví a mirar en la cámara y se podía leer: Federico García Lorca
¿Y la Feria del Libro?
¿La feria era mutante? ¿Lo era Lorca? ¿Lo era mi cámara? ¿Acaso lo era yo?
Es primavera y las siglas se enamoran, me susurró al oído uno que piensa.
La FLG y FGL estaban haciéndose el amor.
Como yo a ti con mis versos.
CRÉDITOS
-La fotografía es del puesto de libros de Carmen Córdoba y Miguel Ángel Arcas, de los Cuadernos del Vigía