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Dice el viejo refrán castellano que a la tercera va la vencida. Y según lo que está pasando en estos momentos, son ya las nueve de la mañana, en el Cerro de San Miguel, el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Granada (Partido Popular), es en esta tercera intentona cuando va a solucionar el problema que tiene enquistado en las cuevas de San Miguel Alto.

En efecto, tres excavadoras están echando abajo las, en principio, ocho cuevas que judicialmente tenían que derribarse, según se informó a finales del año pasado. Supone el tercer intento del Ayuntamiento de Granada para desalojar estas cuevas.

La anterior intentona ocurrió en diciembre de 2013. Los moradores de las cuevas de San Miguel convirtieron entonces en una fiesta reivindicativa la tentativa de desalojo. Patrullas de la Policía patrullaron el cerro pero no llegaron a intervenir. Se concentraron más de dos centenares de personas desde el amanecer para impedir el desalojo, que se pospuso.

Los convocantes de aquella vez anuncian por Twitter que era 250 los congregados.También anunciaron que había patrullas de la Policía Local pero que nadie se había puesto en comunicación con ellos para comenzar los desalojos previstos.

Entre los congregados, miembros de la activa plataforma Stop Desahucios y el portavoz del grupo municipal de Izquierda Unida, Francisco Puentedura.

El primer intento ocurrió un jueves 11 de enero de 2007. La crónica decía: «Las órdenes no se han hecho esperar. Los ‘okupas’ de algunas de las cuevas de San Miguel Alto, han sido los primeros en recibir las órdenes de abandonar las cuevas que habitan, de forma ilegal, en esa zona de la ciudad. La Policía Local, con un gran despliegue de fuerzas en previsión de altercados con los pobladores, entregó las notificaciones en las que se comunica la obligación de abandonar la cueva en un plazo máximo de 48 horas, en cumplimiento de un decreto firmado por el alcalde que pretende acabar con los problemas de salubridad y de seguridad de las propias cuevas y que no se produzcan derrumbes que podrían poner en peligro toda la ladera. De, ayer, ya se encontró a un ‘okupa’ muerto, posiblemente por accidente, en el interior de una de ellas». (Sigue leyendo la crónica de aquel 11 de enero de 2007)

Los habitantes de las cuevas no se va a marchar por las buenas.

 

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