Unos recuerdan que todo empezó a las ocho de la tarde de este pasado domingo. Otros, que a las ocho y media. Algunos más, que a las nueve.
Da igual. La noche se hizo noche nochera y oscura del todo por la explosión del transformador eléctrico. Fue cuando la barriada de La Paz perdió su nombre durante toda una noche. El presidente de la Asociación de Vecinos, Juan Heredia, lo define en una sola frase: «En un segundo volvimos a la Prehistoria».
Este barrio de la Zona Norte perdió la luz y perdió su nombre, pero no se desgastó ni un ápice la dignidad de sus vecinos . Por ejemplo, la de Keko.
Keko maldice en su carnicería, junto a la iglesia de la barriada de La Paz, en la plaza de las Provincias. Lleva toda la noche sin dormir, «yendo y viniendo, vaciando la cámara y vigilando los dos arcones, sin abrir, para que no se pierdan los congelados». El enorme mostrador con los lomos y los embutidos mantiene la luz apagada, mortecina.
El ruido de un motor de combustible rompe el ritmo de pedidos de las vecinas. «He logrado un generador y está ahí fuera, manteniendo el frío como puede. Toda la noche sin dormir y todavía, es la una de la tarde, esto está igual».
Lo que Keko no quiere ni mentar es que un corte de luz como el de esta jornada le supone la ruina. No lo dice, pero lo lleva escrito en cada una de las facciones de su rostro infartado de rabia y que resiste con pundonor.
Amancio. Igual que Keko. Tiene un bar en la plaza. El Vially. Nadie sabe ni como se escribe, pero Gianluca Vialli fue un gran jugador de fútbol italiano, de moda cuando Amancio, que también tiene nombre de jugador histórico esta vez del Real Madrid, abrió su bar. Y Vially es como le puso a su bar porque fue lo primero que se le ocurrió cuando vino el del camión de la cerveza a ponerle el toldo.
Amancio tiene más tiros pegados que la lupara de un siciliano, Y se le nota en su mirada clara, que clava en la tuya para radiografiarte. «He metido toda la cerveza en un frigo y aguanta hasta ahora medioqué. SI alguien se queja se lleva un ‘esto es lo que hay’». A los refrescos les pongo un trozo de hielo. Las tapas las cocinamos con un campingás».
Y prueba de su buen humor a prueba de Endesas, señala el futbolín donde juegan dos muchachos y dice: «Ese no gasta enchufe y funciona como dios»: Y se parte.
Son dos ejemplos de una jornada de noche sin sueño y con briznas de pesadilla. «Con explosiones que hicieron retumbar mi casa». «Con llamaradas azules que salían por el techo». «Con las sirenas de los Bomberos y la Policía Local». «Sin nada de luz y con el frío en la puerta de la casa». Son los testimonios de los vecinos. Los que no salen en las estadísticas de las multinacionales. Los que nos hacen a todos iguales ante los problemas básicos.
Hay más. En la Zona Norte siempre hay más.
Desde el interior de la guardería, con columpios primorosos de colores vivos, con un parque limpio y juguetón y unas monitoras con batas blancas inmaculadas que contrastan con un perímetro exterior lleno de basura y excrementos.
Hasta el centro de día con su barra vacía, embalsamada en el tiempo sin corriente para servir cafés con leche calentitos a alguno de los 150 mayores que utiliza este servicio básico. Y, de propina, se quedan sin en el menú del día.
Eso sí, a ni uno solo de ellos se le ha quitado las ganas de estampar las fichas del dominó contra las mesas durante sus disputadas partidas. Para eso, como para jugar al futbolín, y para lo de la dignidad y el respeto, tampoco se necesita electricidad.
TRES VERSIONES
La concejala socialista Jemi Sánchez conoció la noticia al punto de la mañana. A las ocho en punto le llamaron varios vecinos y comerciantes. Decidió dejar el Ayuntamiento y acudir con los vecinos. Recordó que en la junta municipal de distrito y en el pleno municipal se aprobaron sus propuestas para enviar cartas a Endesa y a la Junta «para lograr una solución definitiva».
La concejala del PP Telesfora Ruiz está «totalmente de acuerdo con los vecinos en que no pueden seguir así y tienen derecho a exigir un suministro de electricidad en las mismas condiciones que el resto de la ciudad».
Endesa también ofreció su versión de la noticia. «Los enganches ilegales son la causa». Dicen que se necesita más potencia de la contratada y que el resultado son los cortocircuitos, los cortes y la situación que existe en la Zona Norte en general.
FOTOGRAFÍAS
-La imagen superior muestra la calle Tarragona. Se aprecia el cuarto de los transformadores con las señales del incendio, los trabajadores y las nuevas máquinas en la acera.
-La foto inferior. Aparece el presidente de la asociación de vecinos La Paz, Juan Heredia, dialogando con la concejala socialista Jemi Sánchez, en el lugar del suceso.