Granada permite irse de cañas y tapas y graffitis. No es mal plan tomarse una caña con Jimmy Hendrix en El Barecico, junto al río Genil, a espaldas de la Carretera de la Sierra. Este bar cuenta con otro graffiti más, las manos del Camarón, pero me las dejo para otra entrada de graffitis y flamenco.
El bar todavía no lo he catado, pero al responsable lo conozco del Realejo de los tiempos del siglo pasado, un buen tipo. El bar, agradable y con ese puntito que tiene Granada que hizo que nos quedáramos a vivir y a soñar en ella.
No es el único bar que utilza las pinturas del Niño de las Ídem para decorar sus paredes. En el Realejo, el Candela, fue el pionero en ceder su fachada esquinada y fue ahí donde El Niño de las Pinturas dejó su inmenso arte plasmado. En una de la paredes un cuadro flamenco y en la entrada, cuando la persiana está bajada, el Albaicín. La escena, en conjunto es de una fuerza, gancho y pellizco sin igual.
Me estoy imaginando, y creo que me la voy a currar, una guía de Granada y sus graffitis, con parada y fonda en los bares pertinentes, quizá un tumblr, un google map o un tablón en Pinterest. Ya iremos viendo.
De momento, las etiquetas propuestas son
#GranadaSInPintadas Ya!
#GranadaConGraffitis
#GranadaStreetArt