Cada cierto tiempo, surge el grito, la denuncia y, en muchos casos, la incredulidad acompañada de la estupefacción por el uso de la mujer como un mero objeto. Por el uso del gancho sexual como reclamo para el negocio. También aparece la hipocresía, la sociedad hastiada y diletante, el fariseísmo político y la indefensión, siempre, del más débil.
El debate es para disputarlo, en cualquier caso.
En los últimos diez años Granada acumula una serie de casos de este corte que sirven para alimentar la polémica, pero también para hacernos nuevas preguntas y enriquecer el debate. Son los siguientes.
-Agosto de 2013
Se sortean tickets y el ganador tendrá una relación sexual con una camarera especial en una fiesta en un pub de Salobreña.
En este caso, los carteles pegados por la localidad mostraban a una chica sonriente, sin ropa, que ofrecía un chupito y anunciaba la «fiesta con camarera desnuda». La oferta era la siguiente: «con cada copa obtendrás un ticket para el sorteo de una relación sexual con nuestra camarera especial». Además anunciaba que habrá «gogós con sus sexuales bailes». Esta publicidad, que ha estado pegada en las paredes de Salobreña, pertenece a un pub de esta localidad, que tenía anunciada esa fiesta en la que se sorteaba sexo con una mujer para la noche del sábado al domingo pasados. Los hechos fueron denunciados ante la Guardia Civil por vecinos y por el propio Ayuntamiento. Finalmente, la fiesta no se celebró y el organizador pidió todo tipo de disculpas.
-Mayo de 2009
Una discoteca juega a subastar chicas adolescentes entre sus clientes
En mayo de 2009, hace cuatro años, una discoteca juvenil de Granada capital saltó a la fama por organizar una curiosa fiesta que provocó la intervención del Ayuntamiento, que pidió a la Junta de Andalucía y a al Fiscalía de Menores que tomaran medidas. La semana anterior, según se sucedieron los acontecimientos, la sala de fiestas celebró una fiesta en la que se subastaron, con dinero del Monopoly, chicas adolescentes con el reclamo de que eran solteras. Los vencedores del concurso podían pasar un rato con ellas en un palco VIP.
El lema de la fiesta era «Si estás soltera subástate… Si estás soltero puja». La sala de fiestas anunciaba también que premiaba a las chicas que llevaran minifalda. Finalmente, jugar a «subastar» chicas menores de edad como gancho para atraer público a esta discoteca ubicada en el centro de Granada resultó ser «denigrante, sexista y totalmente reprobable». Pero no es delito, según la Fiscalía de Menores.
-Verano de 2005
El Colegio de Enfermería denuncia un espectáculo de striptís en un edificio municipal
El centro cívico de Cartuja organizó dos espectáculos con el transformista Joan Gardenia y dos ‘stripers’, una de las cuales iba ataviada de enfermera de Cruz Roja. La enfermera compareció en el escenario con un voluntario, y con un fonendoscopio ‘comprobó’ su estado de salud. Para ello, se lo aplicó a los genitales y otras zonas del cuerpo entre los efusivos vítores del público, que animaba al voluntario con exclamaciones como «¡Dale caña!», a la vez que se dirigía a la supuesta enfermera con expresiones como «¡El conejo! ¡Queremos ver el conejo!».
Al final la ‘striper’ se despojó del uniforme y lució un desnudo que no llegó a ser integral porque en la cabeza conservó la cofia con el emblema de Cruz Roja. El espectáculo se celebró en la casa de la cultura de Cartuja, un edificio municipal que había sido cedido por el Ayuntamiento pese a las críticas de la oposición.
El Colegio de Enfermería protestó por el uso del uniforme en un espectáculo de ‘striptease’ en un local cedido por el Ayuntamiento. No sólo protestó, sino que además anunció que acudiría a los tribunales de justicia para denunciar los hechos. El colegio estaba ya harto de la imagen que se suele dar del colectivo de enfermería con uniformes y espectáculos que están relacionados con ofrecimientos sexuales.
-Marzo de 2002
Clausura del Salón del Cómic, espectáculo porno en vivo y quema de fotografías de una virgen
Con todo este rosario de contratiempos por el uso sexual de la figura de la mujer, no fue sino en 2002 cuando la zapatiesta fue de tomo y lomo, hasta el punto que el entonces arzobispo de Granada, monseñor Cañizares, convocó en las Angustias un acto de desagravio.
Era marzo de 2002 y la decisión de incluir un número pornográfico en la gala de entrega de premios del VII Salón Internacional del Cómic de Granada salió muy cara a los organizadores porque las administraciones le retiraron todas sus subvenciones, que aquel año fueron 180.000 euros.
El contenido pornográfico de la gala de entrega de premios del Salón del Cómic de aquel año incluyó dos actores que realizaron un largo coito mientras los premiados recibían sus galardones mientras se quemaban imágenes de una virgen y de Lorca.