ERE-Elecciones

El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, habló y anunció esta semana la fecha de las próximas elecciones autonómicas. No sorprendió, era la más previsible en el calendario, el 25 de marzo, y así está escrito en una de estas cartas.

El próximo 30 de enero firmará el decreto de disolución del Parlamento y se pondrá en marcha todo el mecanismo, aunque los partidos llevan tiempo -y sin cesar- dedicados a trabajar en la maquinaria electoral. Serán tres las votaciones en menos de un año y, en esta ocasión, las andaluzas se celebrarán separadas de las generales, cosa que no ocurría desde el año 1990. Ello propiciará que la atención y los debates se centren en lo andaluz. El resultado puede ser inesperado, porque temas interesantes habrá, muy posiblemente como nunca antes.

En este trasiego de la precampaña nos encontramos con el duelo al amanecer entre Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón, en el que uno de ellos, sin descartar que salte una tercera vía, se alce con el liderazgo formal del PSOE. Otra cosa es que los males socialistas se solucionen, porque me da la sensación que el debate, por lo menos hasta ahora, tiene todos los ingredientes de una batalla personalista, en la que hacen falta más ideas o proyecto, como diría Julio Anguita.
Al líder socialista andaluz y candidato a la Junta, José Antonio Griñán, lo que más le preocupa -lógicamente- son las elecciones andaluzas, por eso intenta minimizar todo este proceso que culminará con la sucesión de Rodríguez Zapatero al frente de la secretaría general. «Que gane el mejor candidato o candidata», fue su respuesta hace un par de días al preguntarle por sus preferencias. Que sea uno u otra o un tercero le preocupa poco, aunque en algunas provincias andaluzas se estén produciendo fuertes divergencias entre la militancia.
Lo que imagino que le tiene seriamente preocupado, aunque diga que no le quita el sueño, son algunas de las noticias relacionadas con los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE). El escándalo va a más, después de conocerse la presunta implicación del conductor del exdirector general y el destino de las subvenciones que recibió y en qué se lo gastaron ambos. A todas luces, un episodio lamentable que pone de manifiesto la falta de control en el ámbito de la Junta por no conocer unos comportamientos de tan extraodinaria dimensión. Todo esto supone para las filas socialistas un torpedo que impacta bajo su línea de flotación. Les pasará una severa y elevada factura a la hora de ganar o, más bien, perder votos. Por tanto, este próximo 25 de marzo es muy posible que sea el día de las ERE-Elecciones.