En el post de hoy os ofrecemos una nueva entrega de la serie en la que pretendemos destacar un artículo o web que encontremos por la red que consideramos de interés para los seguidores del blog. Esta serie la podréis encontrar tanto en la Ciudad Comprometida. como en la Red de Urbanismo y Medio Ambiente de la Unión Iberoamericana de Municipalistas.
La web elegida en esta ocasión es la perteneciente a la “Asociación Sostenibilidad y Arquitectura”, (ASA). Se trata de una asociación independiente de arquitectos y urbanistas, abierta a todas las disciplinas, que se propone integrar todos los trabajos que se llevan a cabo sobre sostenibilidad, medio ambiente, biodiversidad y cambio climático en el campo de la arquitectura y del urbanismo, para potenciar y acelerar su aplicación y difusión, así como avanzar en nuevas líneas de investigación y de colaboración.
Esta asociación nació impulsada por el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE) en el año 2007.
En su completa web podemos encontrar multitud de secciones, como las “ASACCIONES”, (intervenciones en los medios urbanos realizadas por arquitectos con la convocatoria y el comisariado de ASA que buscan el fortalecimiento, en la opinión pública, del vínculo entre la Sostenibilidad, Arquitectos y los agentes de la construcción).
En “Formación” se encuentra una relación actualizada de congresos españoles referidos a la sostenibilidad que se celebran próximamente. En “Proyectos”, Investigación de carácter científico realizada sobre proyectos y obras seleccionadas por el Comité Editorial de ASA por su meritoria contribución al desarrollo sostenible.
Con “Noticias de Sostenibilidad” estaremos al día de las novedades en sostenibilidad. Otras secciones son “Concursos”, “Artículos de Opinión”…
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ASA es una asociación colectiva y de participación en la que los socios pueden desarrollar ideas, proyectos e iniciativas que contribuyan a realizar una arquitectura acorde con el objetivo de sostenibilidad que la sociedad demanda. Pertenecer a ASA es, además de un espacio donde favorecer y obtener conocimiento, un signo de interés que prestigia la actividad profesional.
Puedes participar en ASA suscribiéndotecomo “SOCIO ASA” o “AMIGO ASA”. Para más información, PINCHA AQUÍ.
Este es el elocuente título del artículo que publica elpais.com. El gran aumento de la población mundial hace dudar sobre la capacidad del planeta para asumirlo. Las ciudades van ganando terreno a lo rural, pero son necesarias fórmulas que garanticen su sostenibilidad:
En poco más de un siglo la población de la Tierra se ha multiplicado por cuatro y seguirá creciendo de forma vertiginosa todavía otro medio siglo más, hasta alcanzar los 9.000 millones. Hasta hace poco, Naciones Unidas consideraba que ese sería el cénit y que, a partir de esa cifra comenzaría una lenta y progresiva reducción de la población. Sin embargo, ahora sostiene que el planeta albergará 10.000 millones de personas a finales de este siglo. El desafío no es solo la alimentación sino muy especialmente organizar ciudades para darles cabida.
Urbanistas, arquitectos y decenas de miles de expertos estudian cómo hacer frente al reto de adaptar las urbes a semejantes volúmenes de habitantes. Cuentan, además, con otro flujo añadido: los 3.000 millones de personas que en las próximas décadas abandonarán el campo para buscar un futuro supuestamente mejor en la ciudad. Y todo ello dentro del temor cada día más generalizado al cambio climático y a las catástrofes naturales que desencadena, desde horrendas sequías a salvajes inundaciones que se vuelven más frecuentes conforme la Tierra se calienta y aceleran la huida del campo a la ciudad.
Hasta ahora, las ciudades solo ocupan el 2% de la superficie terrestre. Pero la alarma desatada por el aumento experimentado por los precios de la alimentación en los tres últimos años, al no haber crecido la producción tanto como el consumo, ha levantado las voces de quienes denuncian que el cemento arrasa suelos fértiles.
La mayoría de los urbanistas consultados no ven el crecimiento poblacional como una lacra sino como una oportunidad para utilizar mejor y con más sabiduría los recursos que tenemos y para estudiar y aplicar las innovaciones tecnológicas. Además, apuntan que la ciudad actúa como un exitoso método de control de natalidad, ya que al mejorar el nivel de vida y tener acceso a la salud se limitan voluntariamente los hijos sin necesidad de medidas coercitivas, como en China, ni esterilizaciones forzosas, como las que llevaron a la primera ministra de India Indira Gandhi a perder el Gobierno en 1977.
En la actualidad, el 50% de la población es urbana y en 2050 ese porcentaje habrá aumentado al 75%. «Pero también es importante tener en cuenta que las ciudades ya crean 80% de la riqueza total», destaca Ezquiaga.
Para el arquitecto Alejandro Zaera, , que cuenta con uno de sus textos incluido en The Endless City, una de las principales obras teóricas de la arquitectura mundial, del británico Ricky Burdett y de Deyan Sudjic, afirma que «el gran reto es la sostenibilidad de las ciudades». Esto requiere de forma urgente «disminuir su consumo energético, fomentar el transporte público y eliminar el vehículo privado». En este sentido, apuesta por urbes con una alta densidad de población, como Nueva York, Shanghai, Tokio, Hong Kong o Barcelona.
Zaera apuesta por «modelos de vida con una mayor tolerancia al frío y al calor», de manera que con edificios «mucho mejor aislados, con un mejor comportamiento y que se verticalizan de forma natural» pueda prescindirse en gran medida de la calefacción y el aire acondicionado. Para luchar contra el cambio climático que nos afecta a todos defiende que la comunidad internacional imponga una tasa sobre las emisiones de dióxido de carbono, ya que, por ejemplo, «los ciudadanos de EE UU emiten cuatro veces lo que deben para ser sostenibles».
La Unión Europea financia estudios y centros dedicados a investigar sobre las llamadas «ciudades inteligentes», en las que la conectividad desempeña un papel muy importante para garantizar «la creación de riqueza, la sostenibilidad social y el medioambiente», afirma Panagiotis Tsarchopoulos, director de Urenio, un instituto de Salónica (Grecia). Añade que ya tienen diseñado el proyecto de la futura Salónica inteligente, que incluye seis distritos con servicios diferentes y plena conectividad, a través de sensores y sistemas de software. Y lamenta que la crisis económica haya impedido a la municipalidad financiar la puesta en práctica del proyecto.
En esta línea se encuentra también Agenda Futura: El mundo en 2020, un proyecto en el que participan numerosas empresas para estudiar las posibilidades que brinda el crecimiento de la población en los próximos 10 años.
Zaera señala que en el futuro «tal vez sea necesario prescindir» de los grandes templos que se construyen ahora, «como la Ciudad de la Cultura de Valencia», en aras de la «sostenibilidad y de dedicar los recursos financieros a estructuras urbanas que hagan las ciudades más vivibles». Este es el gran objetivo de urbanistas y expertos: que aunque se conviertan en megalópolis de hasta 100 millones de habitantes sigan ofreciendo a los ciudadanos trabajo y esperanza en un futuro mejor.
Podéis acceder al artículo completo en el siguiente enlace: PINCHA AQUI
La semana pasada presentamos el artículo de la revista digital de la Dirección General de Tráfico del mes de Julio, donde 7 arquitectos exponen su visión de la ciudad perfecta. Hoy es el turno para la tercera y cuarta opinión. Los participantes han sido:
-Vicente Guallart, “Ciudades tecnológicas”
– Petra Jebens, “Ciudades sostenibles”
-Patxi Lamíquiz, “La ciudad paseable”
-Alexandra Delgado Jiménez, “Contaminación = 0”
-Juan Carlos García de los Reyes, “Barrios habitables”
-Carlos Hernández Pezzi, “Soberanía del espacio público”
El Consejo de Gobierno ha aprobado el Decreto de Fomento de las Energías Renovables y la Eficiencia Energética, norma que establece las exigencias básicas en estas materias y crea una certificación para garantizar su cumplimiento en la construcción y la industria. Su desarrollo supondrá en los próximos siete años un ahorro previsto de alrededor de 390.000 toneladas equivalentes de petróleo.
Entre otras medidas, el decreto fija objetivos concretos y plazos para la implantación de sistemas constructivos eficientes y el uso de energías renovables en edificios e instalaciones industriales; la utilización de biocarburantes en el transporte, y el aprovechamiento energético del biogás que se genera en los centros de producción y gestión de residuos.
Respecto al primero de estos aspectos, la norma propiciará durante los próximos siete años un ahorro energéticode77.000 toneladas equivalentes de petróleo (tep) en la edificación y de 211.000 en el sector industrial. Por su parte, las medidas relativas a biocarburantes facilitarán la sustitución de 100.000 tep de combustibles convencionales.
La consecución de estos objetivos se acreditará, entre otros instrumentos, a través de la nueva figura del Certificado Energético Andaluz, que será imprescindible tanto para el otorgamiento de autorizaciones y licencias como para la puesta en servicio de las instalaciones y el suministro energético. Este certificado se exigirá en las fases de redacción y finalización del proyecto, y la exigencia se aplicará tanto a edificios de nueva construcción como a las nuevas instalaciones industriales.
Así, frente al certificado informativo que exige la normativa estatal, el autonómico tendrá carácter de requisito obligatorio previo a la construcción, primera ocupación o puesta en funcionamiento de los edificios e instalaciones, además de proporcionar a la ciudadanía una información adecuada sobre el consumo energético y la calidad en la edificación. La certificación correrá a cargo de técnicos competentes u organismos colaboradores de la Administración, dependiendo de las características concretas de cada edificación o instalación.
En los dos ámbitos, los certificados tendrán una validez de diez años. Para asegurar el mantenimiento en el tiempo de los niveles de eficiencia y ahorro acreditados, el decreto regula la figura de los planes de gestión, que deberán desarrollarse en edificios de gran consumo (con una potencia térmica de instalaciones comunes superior a 70 kw) y en todas las industrias incluidas en el ámbito de la regulación.
En el caso de la edificación, los niveles de eficiencia necesarios para el certificado se calcularán siguiendo la metodología prevista en la normativa básica estatal y deberán alcanzar, como mínimo, la ‘categoría D’ definida en la misma. Los requisitos se exigirán a los edificios de nueva planta, a la totalidad de los del sector público andaluz (incluidos los antiguos) y a aquellos ya existentes cuya ampliación o reforma suponga incrementar en más del 30% el consumo de energía primaria, ampliar en más de 1.000 metros cuadrados la superficie útil o renovar más del 25% de los cerramientos. Para los casos en que no sea obligatoria la certificación, se prevé el establecimiento de incentivos económicos y tributarios dirigidos a la adopción voluntaria de medidas.
Respecto a la industria, los requerimientos serán aplicables en todas las instalaciones nuevas a partir de umbrales de consumo anual definidos para cada sector y fijados por defecto en las 250 tep o en su equivalencia de suministro eléctrico en alta tensión estimado de 1.250 kw. El certificado se exigirá también a los proyectos de ampliación que supongan incrementar en un 30% el consumo de energía primaria, siempre y cuando se rebasen los umbrales mínimos.
Para ampliar información pueden visitar los siguientes enlaces que sirvieron de base para el siguiente artículo: