LAS CIUDADES PROMETIDAS

“La Ciudad Comprometida”

La web de la Revista Cultura «Ñ» recogía un artículo titulado “Las Ciudades Prometidas”, en donde se reflexiona sobre las virtudes y defectos de las ciudades en un contexto global. El arquitecto y profesor de la Universidad de Buenos Aires (UBA), David Kullock, nos habla de los pros y contras de vivir en las metrópolis actuales.

La discusión sobre las ciudades ha generado en las últimas dos décadas nuevas conceptualizaciones sobre los cambios permanentes que el capitalismo generó en la mayoría de las urbes del mundo.

En este diálogo, Kullock plantea la situación social que atraviesan las metrópolis globales y sostiene que las ciudades no son artefactos aislados; son productos culturales necesariamente vinculados con la condición de riqueza o pobreza de las sociedades que las crean y los países en que se localizan. Y subraya la diferencia que puede surgir de la separación entre ciudades ricas y pobres: “más allá de la relativa divisoria entre países pobres y países ricos, las ciudades reflejan las diferencias que plantean las distintas capacidades económicas de los grupos sociales que la habitan.

BUENOS AIRES. Según la mirada de Le Corbusier. FUENTE: revistaenie
BUENOS AIRES. Según la mirada de Le Corbusier. FUENTE: revistaenie

Algo notorio en muchos rincones del mundo ha sido la consolidación de guetos que terminaron separando a las clases sociales como en la Edad Media. “La fragmentación espacial en las ciudades es una respuesta primaria y perversa a la fragmentación social de la población que la habita. No soluciona el problema, simplemente lo oculta temporaria e imperfectamente”,

Hay un lugar común que arriesga que las ciudades padecen de suficientes problemas como para ser un modelo donde vivir y que habría que refundarlas. Kullock defiende el estatus de las ciudades: “Si bien en el campo corremos menos peligros (accidentes de tránsito, por ejemplo), estamos más alejados de los múltiples recursos que la atención sanitaria brinda en las ciudades. Pensemos en las mayores posibilidades de supervivencia ante un accidente cardiovascular que nos brinda la ciudad y no el campo. Por otra parte, no creo que las ciudades ,al menos en países como el nuestro,(En referencia a Argentina) estén sujetas a los colapsos inminentes que nos auguran los sensacionalistas. Es evidente que la ciudad sigue siendo preferida por una diversidad de cuestiones que van desde las posibilidades de empleo y supervivencia, hasta las alternativas de interacción personal y social, que la ciudad brinda más que el campo”.

De todas formas, es burdo pensar que la felicidad sí está en un lado y no en el otro, para todas las personas por igual.” La ciudad de fines del siglo XX y comienzos del siglo XXI presenta una diversidad de problemas. Para Kullock, los más generalizados y con efectos negativos para todos sus habitantes, son la creciente competencia entre la demanda de espacios públicos para una vida social rica en manifestaciones, por un lado; y la expansión del automóvil, por otro lado. Y, como problemas no generalizables, sino propios de sectores sociales rezagados, aparecen las típicas carencias de niveles básicos de calidad ambiental, tanto a nivel de vivienda, como de infraestructura y equipamiento básicos. “Considero que hay una demanda emergente en nuestras sociedades actuales: la amenidad urbana; cualidad difícil de definir pero un poco más imaginable, si la pensamos en contraposición a tanto suburbio nacido sólo a golpes de demanda de localización.”

Y sobre la ciudad futura, augura: “Depende de la evolución de las sociedades que las habiten. Esperemos que, ya pasado el brote disruptivo del modelo neoliberal, se vayan imponiendo modelos que recuperen los principios de la solidaridad social y asuman los de la racionalidad ambiental. Si así fuese, podríamos imaginarnos ciudades más amigables en el futuro. Si así no fuese, persistirían o se agravarían los problemas actuales, más exacerbados por la desigualdad social, y apenas disimulados por la fragmentación espacial”.

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7 Comentarios

  1. Me gusto mucho el artículo y creo que sirve para reflexionar por los tiempos de crisis en los que estamos.
    Hay que empezar a pensar como afectará a la conformación urbana la nueva crisis económica.
    Esta claro que las diferencias sociales siempre existieron y existirán y se pueden ver claramente en diferente medida en todas las ciudades del mundo (barrios para ricos y para pobres).
    Pero que va a suceder con el futuro vacio urbano del centro?….. las clases medias se suelen alejar del centro para poder adquirir viviendas mas accesibles y los inmuebles del centro se empiezan a quedar vacios.Dando una imagen desolada y deteriorada….sin ir mas lejos se puede comprobar en la infinidad de locales comerciales que abren y cierran en plazos cortos cambiando el aspecto de las calles sin descanso.
    Posteriormente esos inmuebles estrategicamente ubicados en la ciudad serán ocupados por personas que ven un oportunidad por un tiempo , habitándolo con sus propias posibilidades…..y otra vez los inmuebles vuelven a desvalorizarse…hasta que se pongan de moda por su buena situación dentro del centro y la propia presión de las clases mas pudientes vuelvan a revalorizarlo.
    Sin duda creo que las ciudades son mas flexibles de lo que pensamos trascendiendo a cualquier metodología urbana.

  2. Muy interesante el hilo argumental; lo que ocurre es que la esperanza compartida de que las estrategias «lower end» se consideren superadas se aviene mal con el amodorramiento urbano casi generalizado del que me siento tan cómplice como víctima. Por ello lugares como éstos donde se tutea a términos como solidaridad; racionalidad; sostenibilidad y ,algo que me ha hecho reflexionar y me ha encantado, la amenidad urbana, merecen que se les dedique un tiempo y, por mi parte, mi admiración.

  3. El artículo es muy interesante y hace reflexiones con las que todo el mundo nos sentimos identificados. La evolución de las ciudades depende de muchos factores y por supuesto son el reflejo de la sociedad. Y respecto a la comparación entre el campo y la ciudad, como dice el artículo ninguna es la panacea, ambos tienen sus aspectos negativos y positivos.

  4. Comparto plenamente que es imprescindible que «se vayan imponiendo modelos que recuperen los principios de la solidaridad social y asuman los de la racionalidad ambiental» si queremos nuestros entornos urbanos sean generadores de oportunidades, de bienestar, de igualdad de oportunidades, integradores, armónicos y bellos… Controvertidos también, bien organizados, eficientes, amables.
    Nosotros le llamamos CIUDADES COMPROMETIDAS y hemos decidido empeñar toda la fuerza de la razón y nuestra ilusión por sembrar el camino de acciones positivas y directas hacia ese afán. ¿Sumamos?

  5. ¡Cuidado!, se sigue sobrestimando la vida urbana e infravalorando la rural. De acuerdo que lo urbano tiene sus ventajas para la vida cotidiana, pero habría que preguntarse si esto es así para todas las capas sociales, quizás encontramos que a partir o hasta una cierta edad lo que queremos es campo. Además, ¿quién a dicho que en lo rural no haya ciudad?, sólo que de otro tipo al que venimos siendo acostumbrados. Mi apuesta es por frenar las ciudades y potenciar lo rural basándonos precisamente en una nueva configuración urbana de nuestros pueblos y en el máximo aprovechamiento de las nuevas tecnologías telemáticas. Sólo así podremos compensar el déficit ambiental que estamos creando a nivel mundial con la configuración de una exponencial red de ciudadades isla.

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