«El Territorio Comprometido»
Poca gente conoce esta obra de ingeniería fluvial que durante un tiempo estuvo en funcionamiento. Yo la he recorrido este verano, y aunque ahora su uso no es el original aún se percibe ese sueño que buscaba el desarrollo de toda una región. Ahora no tendría sentido, pero en el momento seguramente tenía muchos defensores que veían mediante esta vía la salida de un producto y con ella el progreso. En ocasiones, ahora también se plantean muchas propuestas que quizás puedan parecer demasiado ambiciosas, y que probablemente quedarán abandonadas, pero que seguramente serán la base sobre la que surjan otras buenas ideas.
El Canal de Castilla, para el que aún no lo conozca, es una obra de infraestructura fluvial construida entre los siglos XVIII y XIX a partir del sueño de transportar grano y mercancías desde los campos castellanos del sur de la región con la costa cantábrica. Finalmente sólo unió la localidad palentina de Alar del Rey con la vallisoletana de Medina de Ríoseco. Entre otros motivos esta idea se abandonó definitivamente con la llegada del ferrocarril, que acabó con el uso definitivo de los 207 kilómetros que finalmente se construyeron.
Para construir el Canal fue necesario resolver todos los puntos conflictivos que aparecían a lo largo del recorrido, para ello se tuvo que diseñar una serie de esclusas que servirían de ascensores para salvar el desnivel (la de Frómista es una de las más espectaculares por su forma). También se construyeron puentes, acueductos, presas y dársenas, de manera que cuando se finalizara se convertiría en una infraestructura cien por cien efectiva.
El hecho de que apareciera esta infraestructura contribuyó a que en torno a ella se construyeran muchas obras de arquitectura industrial que potenciarían el desarrollo de la región (pude visitar este verano la fábrica de harinas de Medina de Rioseco, que aunque lleva cerrada bastantes años, por suerte se conservan en perfecto estado tanto el edificio como la maquinaria original, al haberse convertido en museo, un ejemplo de las cosas bien hechas).
Actualmente el Canal se utiliza como recorrido lineal para andar, correr y pasear en bicicleta por su orilla, o para disfrutarlo desde dentro por su cauce en piragua o en una barcaza turística. Sea como sea, lo que está claro es que a lo largo de todo el recorrido se puede disfrutar de su riqueza monumental, del paisaje y de su fauna.
El tiempo ha demostrado cómo una idea tan ambiciosa, que podría parecer que no llegaría a ningún sitio, y que finalmente tendría que abandonarse, ha generado directa o indirectamente riqueza a su alrededor. De alguna manera, con su declaración como Bien de Interès Cultural y con las visitas que recibe al año al haberse reinventado se está consiguiendo que tenga su reconocimiento.
Jesus Rubio Gomez, arquitecto de GRarquitectos
Más de 200 Km de BIC en buen estado dan para mucho: desde recorridos turísticos navegando por el canal (en Francia lo hacen desde hace bastante tiempo por el Loira)hasta cierta explotación comercial no turística. En cualquier caso es una buena forma de aprovechar recursos…imaginación y buenas ideas necesitamos.
Siempre es una buena noticia que la declaración como BIC de elementos como el Canal de Castilla lleve aparejada una revitalización del bien en sí y de su entorno. Aunque por desgracia, esta figura de protección cultural, no siempre produce los efectos deseados de salvaguarda de sus valores, claros ejemplos de ello los tenemos en Granada como la Hacienda de Jesús del Valle.
Este verano tuve la oportunidad de disfrutar un ratito de una construcción similar en Francia. El «Canal des deux mers» viene a ser algo parecido, aunque algo más magnámimo pues llega a los 575 km. y efectivamente une el Mediterráneo con el Atlántico, de punta a rabo. Hoy se encuentra en desuso, al menos para la finalidad que fue diseñado, evitar el paso por las peligrosas aguas del estrecho al llevar los productos de un lado a otro del país, ya que su uso presente es eminentemente turístico, deportivo y de recreo. Aun recuerdo un par de etapas del tour que lo recorrieron paralelamente, por su vía de servicio, en su no sé cual aniversario; fue realmente algo grandioso, con retransmisión del pelotón desde una cámara instalada en una barcaza. Además es sitio de entreno para el equipo francés de remo, y un lugar paisajístico de primera magnitud. Bueno, que si tenéis una oportunidad verlo, porque además discurre por el sur del país, muy cerquita de los Pirineos. Podéis consultar más información en: http://www.fondear.com/Todo_Charter/Rutas_Charter/Extranjero/Mediterraneo/Francia/Canal_2Mares/Canal_Mares.htm
Considerando el contexto histórico en el que se realizó la infraestructura, y con óptica contemporánea, este artículo me ha recordado, salvando las distancias obviamente, a un megaproyecto que tenemos en ciernes: Eurovegas. Y el paralelismo que le encuentro no es solo por ser obras faraónicas, sino por ser iniciativas que claramente son extemporáneas, propias de otros tiempos y otros modelos que ya no funcionan y lo sabemos, pero que aún asi seguimos hacia adelante. Antes, la navegación cuando el ferrocarril era el presente; ahora, la especulación y el ladrillo al servicio del turismo cuando el desarrollo sostenible y las nuevas tecnologías verdes son el presente.
Me encanta el Canal de Castilla, he ido varias veces a ver diferentes tramos y teníamos el proyecto de hacerlo corriendo y en bici. Una preciosidad digna de cuidar y que tienen bien explotada en Castila. La fábrica de harina de San Antonio no es muy conocida y me dejó impactada. Os animo a todos a conocer esta maravilla.