«Lo que sienten los pensamientos»
Hoy amanecí en las tierras de Almería, en casa de unos entrañables amigos a los que debía una visita. Acaba de amanecer y los primeros rayos de luz se filtran por entre las nubes en un combate que aún no es capaz de presagiar si vencerá el sol, “joven y fuerte”, dispersará el cielo o si por el contrario el frescor y la brisa apretarán las nubes y traerán la primera tormenta del tórrido verano andaluz.
Aprendo a dejar volar mis pensamientos para escucharlos… para escucharme… y se me antoja que es como si estuviese trazando las primeras pinceladas de un cuadro en el que solo cupiesen buenas sensaciones, cosas hermosas, o vivencias que me dejaron algún rastro hermoso. Fugaces recuerdos de las cosas bellas que ayer, o en los días recientes, viví. A los que evoco en la luz tenue de la mañana para confirmarme lo bello que puede ser vivir si sabemos apreciar y enfatizar todo lo bueno que se nos ofrece en la vida… Comprendiendo al fin que lo que importa se construye sumando y sumando todos los momentos luminosos que iluminan nuestra vida, aunque a veces, muchas veces, solo se trate de pequeños brillos: un abrazo, un aroma, una conversación, contemplar algo bello, una melodía, o la fugaz satisfacción por algo bien hecho… Y al escucharme esta mañana, he decidido quedarme hoy solo con esas pinceladas que recientemente han arrojado luz a mi vida, trenzando con ellas un haz de bienestar que me ha hecho sonreír…
Y en esas estaba cuando mi corazón me ha retado a que con los pequeños haces luminosos de cada día, empiece a entrelazar la luz de mi felicidad… Sumando y sumando…
Y de repente he sonreído porque, ya sea la luz de mi corazón o la brisa de mis pensamientos, el caso es que me han hecho ver, como si de una gran metáfora se tratase, que construir mi felicidad guarda un gran paralelismo con el diseño de mejores ciudades en las que vivir, algo que llevo años explicando aquí o allá. Y es que se requiere de un proyecto colectivo en el que al cabo de los años, sumando y sumando buenos proyectos, óptimas decisiones, coordinando las acciones de unos y otros, ensamblando las iniciativas de estos o de aquellos, aprendiendo a debatir responsablemente para discernir colectivamente aquellos que sea de mayor interés, poco a poco iremos visualizando que al progreso y a la armonía de nuestra ciudad solo ha sido posible con la consolidación progresiva de una ciudadanía comprometida.
En fin, lo dicho, que lo que importa se construye en general lentamente, sumando y sumando…
Que tengas un bonito día!