«La Arquitectura Comprometida»
Bajo el nombre de “La producción Social del Hábitat: un desafío para la arquitectura y la interdisciplina”, hace unos días pudimos disfrutar de unas conferencias organizadas por el Colegio Oficial de Arquitectos. Nos acercaron las experiencias del cooperativismo en Uruguay, para conseguir la construcción de conjuntos de viviendas de un modo muy distinto al que estamos acostumbrados.
Los ponentes fueron el arquitecto Raúl Vallés, profesor de la Facultad de Arquitectura de Montevideo, y a la vez director de la Unidad remanente de Vivienda y Coordinador de la Comisión de Vivienda Social, entre otras muchas actividades.
Junto con el ingeniero Benjamín Nahoum, Ingeniero Civil, docente e investigador sobre la “Evaluación de programas y Tecnologías para la vivienda de interés social” en la Universidad de Montevideo.
Con el lema: “Logramos una vivienda no; Nos dieron una vivienda”, se resume lo que se pretende mediante las cooperativas. Se busca el apoyo mutuo, se unen las pequeñas posibilidades de cada familia y el esfuerzo del estado para conseguir su objetivo, un conjunto de viviendas dignas.
De este modo las claves principales son autogestión, autoproducción y autoconstrucción. Tanto las viviendas finales como la deuda son de la cooperativa, y cada uno de los miembros podrá disfrutar de las ventajas de ésta pero debe hacer frente con su parte de deuda.
Existe una organización de iguales, dirigida democráticamente por su base social. Una división de tareas y una organización de pirámide invertida son la clave.
La cooperativa por su falta de experiencia necesitará de la ayuda y el asesoramiento de técnicos, donde participan trabajadores sociales, arquitectos, arquitectos técnicos, abogados…, que cooperarán durante este proceso existiendo de este modo un intercambio entre el saber técnico y el popular, consiguiendo un aprendizaje continúo y reciproco sin animo de lucro.
El Estado también se implica, consta con una cartera de tierras, asegurándose que las cooperativas construyan en los lugares dotados de infraestructuras, y en las que aseguren una correcta ordenación de la ciudad. La cooperativa comprará el suelo público cuando haya obtenido el crédito, y comenzará la construcción.
También podrán disfrutar de ciertos servicios que como miembros individuales serían más difíciles de conseguir: equipos deportivos, guarderías,…, consecuencias que llegan después de conseguir el objetivo principal, la vivienda.
Así que después de asistir a la conferencia conocimos un papel de los técnicos distinto al habitual, un papel en el que éstos tan solo asesoran y no participan de un modo activo y directo en la obra.
Czestochowa Martín Gómez, Ingeniera de la Edificación de Grarquitectos
Pude asistir a esta magnífica ponencia y verdaderamente es una experiencia muy interesante, quizás no extrapolable al desarrollo de todas las viviendas con algún tipo de protección pública o común, pero si como alternativa a una única manera de construir. No es la solución definitiva pero si puede jugar un importante papel en la resolución del problema de la vivienda, ya que abre el abanico del tipo de inversión que ha de hacerse en proyectos similares, no dejándolo todo al peso de la iniciativa privada o la iniciativa de las Administraciones, pues existen unas vías intermedias como éstas.
La conferencia estuvo muy interesante y es una experiencia muy imaginativa que proporciona una vivienda digna a un colectivo que de otra manera le sería imposible obternerla, y fue dada por dos personas que creen este sistema y que tiene mucha experiencia en él. El artículo resume muy acertadamente las claves de las cooperativas de vivienda en Uruguay.
Por supuesto que la extrapolación al 100% a todos los ámbitos no es posible, pero el tener en cuenta esta experiencia puede ayudar a generar nuevas formas de acceso a la vivienda. La implicación por parte de los futuros residentes, hasta el nivel de ser ellos los que levantan su vivienda, hace que en esa sociedad aparezcan nuevos valores y una nueva forma de entender el hábitat.
Quiero agradecer una vez mas a la arquitecta uruguayoespañola Fiorella Russo las iniciativas que asume para difundir buenas prácticas en materia urbana, a partir de las cuales reflexionar y aprender. Y nosotros, como no puede ser de otra manera, encantados de participar y de difundirlas!
Muchas gracias Juan Carlos por la difusión y el apoyo dados a través del blog La Ciudad Comprometida. Gracias también por el interés y por la síntesis muy acertada del artículo. Os adelanto que próximamente iniciaremos una serie de artículos sobre la experiencia del Cooperativismo de Vivienda en Uruguay, en el blog de La Ciudad Viva, con la intención de difundir una práctica que lleva más de cuarenta años, que ha sido pionera, y continúa siéndolo… 🙂
Me parece un buen ejemplo de ciudad comprometida con sus ciudadanos y pese a llevar más de 40 años esta práctica, como indica Fiorella, se adapta a la perfección a la situación de crisis actual; abriendo nuevas vías de acceso a las viviendas y facilitando el acceso a las mismas por parte de la población.
Especialmente interesante es el compromiso social con los futuros moradores, ciudadanos que al mismo tiempo que construyen su vivienda están aprendiendo, culturizándose en campos desconocidos para ellos, valorando el esfuerzo y su futuro hogar desde su inicio. Sin duda, de esta manera, se aprenda a apreciar más lo que se tiene.