A VISTA DE… ARQUITECTO (XV). Hong Kong

“La Ciudad Comprometida”

 Dia 15

 A menos de 800 kilómetros al Este del falso paraíso de Huaxi está Hong Kong. La antigua colonia británica sí responde a un desarrollo capitalista más natural, siendo hoy uno de los grandes centros financieros de Asia. A pesar de lo que pueda parecer a simple vista el 75% del territorio de la ciudad es un parque natural, los siete millones y medio de habitantes viven en el 25% restante. Pongo el ojo de pez y os regalo esta inmensa fotografía del erizo de la ‘city’ antes de volver a tocar mar después de mis últimos 15.000 kilómetros. Ya huelo el salitre.

Hong Kong. Fuente: jotdown.es
Hong Kong. Fuente: jotdown.es
Ortofoto de Hong Kong. Fuente: Google Earth
Ortofoto de Hong Kong. Fuente: Google Earth
Calle de  Hong Kong. Fuente: Panoramio
Calle de Hong Kong. Fuente: Panoramio

HONG KONG

País: China

Entidad: Región Administrativa Especial de Hong Kong

Población: 7.184.000 hab.

Densidad de Población: 6.544 hab/km²

Superficie: 1.1084 km²

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A VISTA DE… ARQUITECTO (XIV). Huaxi

«La Ciudad Comprometida»

Dia 14

Quiero que veáis esta foto antes de informaron por donde floto ahora. Vamos a intentar deducir qué cultura estamos sobrevolando hoy. Fijaos en la trama, en la calidad de las viviendas y en el entorno industrial del fondo. A primera vista parecen un poblado residencial en algún perímetro industrial de una ciudad colmatada de oriente, pero nada más lejos de la realidad. Hay algo que no cuadra. Las viviendas son muy grandes. Con tres alturas sobrepasarán mínimo los 300 metros construidos cada una, amén del jardín y parcela ¿Qué trabajadores del sector primario tienen casas de 300 metros? Tiene que ser una actuación dirigida especial. Ahora fijaos en la calidad de los materiales. Parecen muy pobres. No hay grandes revestimientos (aunque parece que todavía se están construyendo y quedarán así). No cuadran con proyectos de villas señoriales ostentosas, además, ¡Son todas iguales! ¿Qué forma de buscar la distinción de los nuevos ricos es esa? Solo un estilo e ideología puede construir un lujo tan atrofiado y basado en la igualdad también para con los acaudalados. ¡Exacto!… el comunismo (moderno) mal entendido. Estamos en China, cerca de Shanghai, sobrevolando a 200 pies la ciudad de Huaxi, una especie de isla del delirio capitalista en la inmensidad de este nuevo falso comunismo. La ciudad más artificialmente rica del todo el país. Pensada y construida para vender sus encantos como publicidad de la nueva prosperidad materialista. Sus 1.500 habitantes son accionistas del grupo Jiangsu Huaxi, el mayor entramado empresarial de China, dueño y promotor de esta ‘aldea Potemkin’.

En algún lugar de…Fuente: jotdown.es
En algún lugar de…Fuente: jotdown.es
Mezcla de tramas residenciales e industriales. Fuente: Google Earth
Mezcla de tramas residenciales e industriales. Fuente: Google Earth
Una calle cualquiera..Fuente: Google Maps
Una calle cualquiera..Fuente: Google Maps

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CHINA, CONTRADICCIONES EN UN GRAN PAÍS DE GRANDES CONTRASTES

“Noticias y actualidad”

En casi todas las noticias que escuchamos sobre China se combinan dos factores que suelen coincidir. Uno de ellos es la escala. Todo se trata en un tamaño de proporciónes gigantescas. El otro, un poco más sutil y subjetivo, es que  da la sensación de que ciertos procesos que observamos desde la distancia los conocemos de antemano, incluso nos reconocemos en ellos y por ende, también creemos que podemos atisbar sus consecuencias.

En una de ellas, leíamos que China lanza una masiva campaña de migración del campo a la ciudad”, donde afirman que se flexibilizará el sistema de empadronamiento para estimular el flujo hacia las ciudades e impulsar el consumo interno. Desde los ochenta se estima que han emigrado del campo a la ciudad unos 260 millones de personas, en un movimiento de mano de obra de ambientes rurales a  las regiones industrializadas, similar al que por ejemplo, Inglaterra comenzó en el siglo XVIII-XIX. Pero China es difenremte y hasta ahora, debido a un particular sistema-tradición, los ciudadanos inmigrantes eran legal y formalmente, ciudadanos de segunda en las urbes:  los emigrantes continuban legalmente atados a sus lugares de origen por medio del hukou o registro de residencia, un sistema creado en 1958, que les impide en la práctica instalarse con sus familias en las ciudades en las que trabajan porque no gozan de los mismos servicios sociales, de educación y sanitarios que los locales. La mayoría deja a los hijos con los abuelos y otros familiares en los pueblos.

Shanghái. Fuente: elpais.com
Shanghái. Fuente: elpais.com

La nueva estrategia del Gobierno se basa en que “el modelo actual de desarrollo ha alcanzado un punto de inflexión y debe pasar de una economía basada en la inversión y la exportación a una más centrada en el consumo”. Para ello, es preciso que los habitantes de las zonas rurales mejoren sus ingresos y compren más, lo que, a su vez, requiere que cientos de millones emigren a las ciudades —ya que en el campo sobra mano de obra y falta empleo— y que los que lo hagan puedan vivir en igualdad de condiciones que los locales.

Es decir, que por una estrategia puramente económica, al igual que la de en su día fomentó el movimiento poblacional para facilitar mano de obra, ahora los desplazados podrán convertirse en ciudadanos de primera, si la suerte les acompaña…

Paradójicamente, a la vez, miles de chinos no quieren habitar en las ciudades de nueva creación que se construyeron en el centro del país para las víctimas del terremoto de Wenchuan de 2008, al encontrarse junto a montañas de fosfoyesos, un residuo muy contaminante. Montañas de residuos crean en China ciudades vacías donde nadie quiere vivir»). Contradicciones en un gran país de grandes contrastes.

Ciudad de nueva cración junto a planta de residuos. Fuente: lavanguardia.com
Ciudad de nueva cración junto a planta de residuos. Fuente: lavanguardia.com

 

 

LA BATALLA VERDE SE JUEGA EN LA CIUDAD

«La Ciudad Comprometida»

Que el desarrollo sostenible y ciudad es un binomio inseparable es algo incuestionable en la actualidad. Más si cabe cuando la población que vive en entornos urbanos experimenta un crecimiento exponencial. Para mediados del presente siglo, el 40% de las personas vivirán en una metrópolis. Pero por países, China es sin duda el que más peso tendrá: Se prevé que aumente su población en 300 millones. Por esta razón es lógico pensar que el gigante asiático tendrá un papel fundamental en los modelos de ciudad para las próximas décadas.

A día de hoy, China es el país donde mayor cantidad de ciudades diseñadas con criterios sostenibles se estén planificando e incluso llevando a la realidad. La realidad es que se están construyendo aisladas, entendidas como pruebas o ensayos y no como modelos de desarrollo urbano a nivel global, sin prestar por tanto atención  a la ciudad existente y consolidada. Y mucho menos entendiendo el crecimiento en su doble vertiente,  hacia el exterior en nuevos desarrollos y  hacia el interior a través de la rehabilitación y actuaciones en el espacio público.

En el artículo siguiente que hemos encontrado en la prensa digital se repasan algunos de los ejemplos de estas nuevas ciudades creadas de cero con criterios sostenibles. Unas ya son un fracaso antes de ni siquiera nacer, como Dongtan, al norte de Shangai, y otras están en proceso, como Tianjin Eco-city, en China:

Tianjin Eco-city. FUENTE: elpais.com
Tianjin Eco-city. FUENTE: elpais.com

En medio de ese escenario, Tianjin Eco-city quiere cambiar el panorama. Ha habido estrepitosos fracasos como Dongtan —al norte de Shanghái, ideada para ser inaugurada durante la Expo de 2010—, que se postulaba como la ciudad-solución para el futuro chino y ha visto cómo su promotor, el líder del partido comunista de la ciudad, Chen Liangyu, terminaba encarcelado por fraude. Pero en Tianjin, a 150 kilómetros de Pekín, están yendo más despacio. Y son más modestos. Esta primavera llegaron allí los 60 primeros habitantes de la que, cuando alcance 350.000 vecinos en 2020, será la mayor ciudad ecológica del mundo. Y, como es natural, un lugar grande nunca puede ser un gueto. A 45 kilómetros de la actual Tianjin, los pioneros de la futura urbe llevan una dosis de realidad a una fórmula que ha fracasado ya demasiadas veces por resistirse a pasar de las ideas a los hechos. En Tianjin Eco-city habrá mezcla de personas y pisos de varios tipos, tamaños y precios, pero en una cosa será igualitaria: todos sus habitantes tendrán que aprender a administrarse. El 60% de los desechos deberá ser reciclable y la recogida de basura será siempre selectiva. Habrá disponibles 120 litros de agua al día por habitante. Ni uno más. La lluvia se recogerá y se reciclará para riego o aguas grises —para lavado y aseo—, se fomentará la vida de barrio —con colegios y hospitales en todos los vecindarios— y el transporte rodado quedará reducido un 90% respecto a una ciudad de ese tamaño.

La idea es ser realista y crear lugares habitables en vez de utópicos escenarios de una perfección que además, por definición, también es insostenible. Así, el principal valor de Eco Tianjin es ese: la normalidad de la propuesta no la hace parecer ciencia ficción. ¿Su mayor contribución? Quiere ser una ciudad modelo y, por tanto, exportable y repetible. Se ofrece como conejillo de indias en un país, China, que es líder mundial en instalación de acumuladores de energías renovables, pero en el que, con el 70% de los ríos contaminados, los cambios en las políticas medioambientales pasan por transformaciones urbanísticas.

El Gobierno chino y el de Singapur están detrás de las finanzas para levantar esta ciudad. Pero también figuran empresas como General Motors —ensayando medios de transporte no contaminantes y a partir de energías limpias— y la holandesa Philips —a cargo de la iluminación nocturna—, conscientes de que para salvar sus negocios deben hacerlos necesarios, esto es: contribuir con ellos a la sostenibilidad del planeta.

Asia es el terreno abonado para las ecociudades —una escala urbanística que parece tener más fácil partir de cero que reparar—. Por eso, el profesor de Geografía de la Universidad Autónoma de Bellaterra Francesc Muñoz está convencido de que “en China está pasando lo que sucedió en EE UU en los años veinte y treinta: es un lugar de experimentación tan brutal que lo que salga de allí puede tener capacidad de ser un modelo de futuro”. La experiencia europea de los ecobarrios alcanza en China dimensiones brutales. Tal vez por eso, en la pasada Bienal de Arquitectura de Venecia Singapur propuso que el mundo siguiera su modelo.

Al ser más fácil partir de cero que reparar, las ecociudades del planeta buscan acomodo en los pocos lugares que permanecen vacíos junto a las grandes metrópolis. Estos terrenos son, por definición, territorios con pasados difíciles. Así, se da la paradoja de que son los peores lugares los que se están transformando para convertirse en los mejores. La japonesa Fujisawa se levanta en los antiguos solares de una zona fabril y Treasure Island, en San Francisco, ocupa una isla junto al puente Golden Gate azotada por el viento y cubierta habitualmente por una niebla que los arquitectos Skidmore, Owings y Merrill pensaban vencer combinando planificación urbanística y plantación de árboles.

Fracasos como Dongtan, o como Huangbaiyu —que el gurú del cradle to cradle, o diseño capaz de evitar el impacto ecológico, William McDonough, abandonó cuando las autoridades chinas decidieron recurrir a la construcción rápida para rentabilizar la inversión—. O irrealidades como Masdar en Abu Dhabi —donde no se pueden permitir vivir los obreros que la construyen— convierten Tianjin en verosímil. De momento, lo que la hace posible es, precisamente, que no es perfecta. Pero, como sucede con los avances tecnológicos, “es fundamental comprobar si las ecociudades son, o no, un nicho de mercado. Cuando eso suceda, las empresas y las grandes economías apostarán por ellas”, advierte Francesc Muñoz. Solo entonces podrán convertirse en modelos de ciudad a imitar. Con todo, la llegada de los primeros habitantes a una Tianjin en construcción añade humanidad al proyecto. Uno aprende a cuidar lo que ayuda a construir. Esa es la idea. Evitar los escenarios y conseguir que Tianjin sea, como cualquier ciudad, un imperfecto y cambiante lugar de encuentro y mezcla para una población heterogénea con ganas de contribuir a salvar el lugar en donde vive

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