«El Territorio Comprometido»
Desde la Alpujarra alta, en las laderas de subida a Sierra Nevada, la vista abarca los componentes más significativos del paisaje alpujarreño con el telón de fondo de la Sierra de la Contraviesa. Un ejemplo emblemático de la montaña mediterránea andaluza. En primer término las laderas de frutales en terraza, en torno a los ruedos del poblamiento de Las Alpujarras. En un plano medio, las vegas del fondo del valle, cultivadas sobre los depósitos aluviales. El macizo cuarcítico la Contraviesa cierra hacia el sur la vista, aislando el valle alpujarreño del litoral. El pasillo de Berja, con el embalse de Benínar, separa esta alineación montañosa de la Sierra de Gádor, done afloran las calizas metamórficas.
Un paisaje de contrastes, característico de la montaña media mediterránea andaluza: dominan las vertientes rocosas con poca o escasa vegetación, resultado en parte de un intenso proceso de desforestación, especialmente en las laderas de la Sierra de Gádor, debido a una histórica e intensiva explotación minera. Pero, junto a ello, un paisaje agrícola de huertos y frutales en las llanuras aluviales y en las laderas aterrazadas característico de los sistemas de policultivo mediterráneo. La acusada alternancia cromática de ambos mundos define buena parte de los valorespaisajísticos alpujarreños. El poblamiento se sitúa primordialmente en los fondos de valle, sobre todo en el discurrir del río Guadalfeo, pasillo natural y eje de comunicación humana de toda la comarca.
1. Sierra de Gádor
Las estribaciones de la Sierra de Gádor, un macizo de calizas dolomíticas con un paisaje profundamente desforestado, herencia en parte de una intensa explotación minera en el siglo XIX.
2. Pasillo de Berja
Pasillo de Berja, separando la Sierra de Gádor y la Contraviesa. Al fondo, el embalsede Benínar y la insinuación del litoral almeriense.
3. Cultivos tradicionales
Cultivos aterrazados en ladera, un sistema de cultivo característico del paisaje alpujarreño.
4. Escaso poblamiento
Las estribaciones de la Sierra de la Contraviesa, un macizo cuarcítico de escaso poblamiento y casi completamente desforestado.
5. Ugíjar
La población de Ugíjar, un centro rural característico del poblamiento alpujarreño. La morfología urbana de los pueblos de Las Alpujarras se está viendo transformada en parte por una creciente incidencia del turismo rural. Las Alpujarras constituyen una de las comarcas interiores andaluzas con mayor presencia de visitantes
6. Fondos de valle
El fondo de valle alpujarreño, un eje longitudinal de vegas cultivadas donde se sucede un poblamiento denso en núcleos rurales de pequeña dimensión con ruedos agrícolas de pequeñas dimensiones.
Ya lo he indicado muchas veces…: por Alpujarra se entiende todo el terreno comprendido entre Sierra Nevada y el mar, y encerrado luego, como en un rectángulo, por las sierras laterales; es decir: todo lo que queda dentro del horizonte sensible que se abarca desde las cimas del Cerrajon de Murtas; todo lo que sería un solo valle, a no existir la Contraviesa; todo lo que, visto desde el mar de Albuñol, mirando al Mulhacén, tiene, en fin, un cielo común…La Alpujarra, como veis, es absolutamente distinta.- Verdad que aquí hay también nieves (en lo alto de aquella Sierra…), y valles, y ríos, y peñascos, y derrumbaderos, y hasta alguna vez nubes… pero ¡cuán diferentes todas estas cosas! –El tono, el color, la luz, el ambiente, todo varía aquí por completo.- Un cielo, casi siempre despejado, y de un azul puro, intenso, rutilante, empieza por servir de fondo a todas las decoraciones, disipando con su viva refulgencia vaguedades, misterios, nebulosos contornos, indeterminadas fantasmagorías. Una tierra cálida y enjuta nutre con la sangre de sus entrañas, y no con el lloro de sus peñas, esos manantiales de luz y fuego que se llaman el olivo y la vid, o los elíseos frutos que roban sus más vistosos colores al iris. Aquestos valles no contrastan con lo petrificado por el frío, sino con lo calcinado por el sol. Aquestas rocas, lejos de sudar agua, funden y acrisolan metales. Las flores son fragantes y valientes, a pesar de la vecindad de los viejos ventisqueros, y el arroyo que baja de las regiones muertas se asombra de encontrarse con las adelfas silvestres o con las ferozmente grandiosas higueras chumbas, orladas de arrumacos verdes y pajizos, como las princesas etiopes. ¡Ah! La influencia de la Sierra es casi siempre vencida por la de losvientos de África. El sol puede aquí más que la nieve”
“La Alpujarra: sesenta leguas a caballo precedidas de seis en diligencia”,1874. Pedro Antonio de Alarcón